domingo, 5 de diciembre de 2010

Carta a Dios


Querido Dios, he decidido escribirte por que tengo tantas cosas que decirte.

Primero quisiera saber cómo decides las cosas, aunque supongo que eso no lo debo preguntar por qué eres omni-todo, pero es que no entiendo, seguramente con tantos universos y tantas creaciones que andas haciendo por ahí que no has de tener tiempo y bueno, hace tanto tiempo que nos creaste que seguramente encargaste las cosas de este planeta a algunos ángeles de tu divino gabinete.

Por que Dios, he de decirte que el ángel encargado de cuidar que no destruyamos el planeta está haciendo un pésimo trabajo, hacemos reuniones de todos los niveles, magnitudes y exquisiteces, asisten desde los gobernantes hasta los dueños del planeta, los empresarios y hablan y hablan y cuando descubren que nos estamos acabando el planeta deciden iniciar su recuperación, claro, mientras sus mezquinos intereses no se afecten, así que nos reunimos para discutir como salvarnos de nosotros mismos y no podemos lograr un acuerdo sobre la vida.

El ángel encargado de la paz, la armonía y la tolerancia ha de haberse ido de vacaciones, su trabajo es terrible, con solo decirte que hacemos guerras y más guerras y hay quienes, claro esta, con tu divino permiso, se hacen millonarios produciendo y vendiendo armas, así como quien es poderoso y se las entrega a su aliado, aunque este sea el propio demonio (quien por cierto, es tambien un ángel), eso sin considerar que las guerras tienen otros beneficios, por ejemplo, crean hambre, destrucción, depredación, rapiña, pero eso sí, sirven para evitar el crecimiento poblacional, fíjate que gastamos más en armas que en alimentos, medicinas y educación.

Ese mismo ángel ha hecho que la guerra no solo sea un negocio, sino una forma de vida, que bueno eres Dios al encargarnos con tan gran señor.

Ah!!! Y que te puedo decir del racismo, de la discriminación, eso sí que va muy bien, matamos, torturamos, humillamos a los que son diferentes, aunque sabes, yo creo que lo que sucede es que les tenemos miedo, por eso la homofobia, la misoginia, la intolerancia, ah!!! Gracias, muchas gracias, esto también ayuda a que seamos iguales a nosotros mismos.

Oye y los pobres, los ancianos y los niños que viven en las calles de nuestras hermosas y financieras naciones, dile al ángel encargado de eso que a ver si ya pone atención, a fin de cuentas, ellos también son tus hijos ¿o no?

Oye Dios y dicen los sabios, esos que tu has imbuido de tu logos (así se dice ¿verdad?) que estamos hechos a tu imagen y semejanza, así que nos parecemos, tanto tu como nosotros somos violadores, asesinos, ladrones, mentirosos y tantas, tantas cosas más que yo te pregunto ¿realmente eres así…?

Bueno Dios, ojala y algún día me contestes, pero por favor, no mandes a ningún político ni empresario a hablar conmigo, tampoco a militares ni policías, ni narcotraficantes, ni hedonistas, ni soberbios, solo mándame un ser humano, que no sea como tu ni como yo, solo un sencillo ser humano.

Te mando una oración y te pido una bendición, de preferencia con muchos sellos para poder usarla cuando me detengan o quieran despedirme o asesinarme por decir la verdad.

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