He andado muchos caminos
Antonio Machado (fragmento)
“He andado
muchos caminos,
he abierto
muchas veredas,
he navegado en
cien mares
y atracado en
cien riberas.
En todas
partes he visto
caravanas de
tristeza,
soberbios y
melancólicos
borrachos de
sombra negra,
y pedantones
al paño
que miran,
callan y piensan
que saben,
porque no beben
el vino de las
tabernas.
Mala gente que
camina
y va apestando
la tierra...
Y en todas
partes he visto
gentes que
danzan o juegan
cuando pueden,
y laboran
sus cuatro
palmos de tierra”
Hola
Alejandro, hace mucho tiempo que no te escribía, quizá porque no había nada
interesante que decir, quizá porque sólo no había nada que decir.
Sabes,
a lo largo de todos estos años que te he acompañado, que he caminado a tu lado
he visto que tus debilidades son tus fortalezas y sueños, que paradoja querido
amigo, el problema no radica en nacer para morir, sino en el vivir, en como
andamos por estos caminos, vericuetos y entronques donde Diana espera a los
transeúntes para engañarlos, al menos esa era la creencia en la edad media, los
caminos, eso es lo importante, siempre los caminos, no importa de dónde vienes
de origen, adonde llegaras al final, solo trasciende lo que camines, el cómo lo
hagas, los lugares, las caras, los aromas y colores, las tormentas y la calma,
sólo eso importa.
En
Persia, los tejedores de alfombras van haciendo su trabajo, la trama hermosa,
el urdimbre fuerte, nudo por nudo y rezan una oración mientras tejen y dibujan,
tramas casi perfectas, porque todos ellos cuidan en cometer un error en su
tejido, lo hacen porque la perfección únicamente corresponde a Dios, así hasta
los más hábiles se saben mortales, se saben humanos, creo que exactamente por
eso sus alfombras son hermosas y perduran a través de las eras, por que tejen
historias humanas.
Hay
tantos caminos, tantas historias que tejer, tantos mares que cruzar.
Pero
tú has andado por muchos lugares, navegado por anchos mares, has llegado sin
saber cómo ni por qué, nunca hiciste un proyecto de vida, sencillamente como
una nao solo con sus velas al viento navego por donde el buen Eolo soplaba, es
como Ulises, así tu también llegaste y viste Lestrigones, soñaste con Circe en
Ea, las Sirenas cantaban “La
música a la que no se puede escapar es solamente la de su voz… Lo soy todo
porque soy sólo corriente de vida sin accidentes; soy inmortal porque todas las
muertes confluyen en mí, se vuelve a convertir en vida ya no individual y determinada,
sino pánica y por lo tanto libre”. (Jean Pierre Vernant. Mito y Pensamiento en la Grecia
Antigua)
Hoy
sabes que todo camino concluye, que todo océano es finito, que lo único eterno
es el sueño del hombre, su esperanza, su alegría, su capacidad de saber y aun
así, seguir soñando…
“Sé que una cosa no hay. Es el
olvido; sé que en la eternidad
perdura y arde lo mucho y lo
precioso que he perdido: esa
fragua, esa luna y esa tarde.”
Jorge Luis Borges, fragmento del poema Ewigkeit
Sé
que estas cansado, al dormir los sueños se van, son fantasmas, así como Aquiles
“En diciendo esto, le tendió los brazos,
pero no consiguió asirlo: disipóse el alma cual si fuese humo y penetró en la
tierra dando chillidos” (Ilíada canto XXIII verso 99).
Fantasmas
que se desdibujan cuando te acerca a ellos, sombras de recuerdos y de
posibilidades muertas, tú Alejandro le has gritado a Dios como Job, el más
humano “¿Cuántas son mis culpas y mis
pecados? Dame a conocer mi rebeldía y mi pecado. ¿Por qué ocultas tu rostro y
me consideras tu enemigo?¿Quieres atemorizar a una hoja llevada por el viento?
¿Vas a perseguir a una paja reseca? ¡Tú que dictas contra mí sentencias amargas
y me imputas las culpas de mi juventud, tú que pones mis pies en el cepo, tú
que vigilas todos mis senderos y cercas las plantas de mis pies!” Libro de
Job, 13:23 al 27.
Cada
día la violencia, el horror, la discriminación, el miedo, el horror, esos son
los argumentos, no tan sólo son usados por los asesinos, sino por cualquiera,
así hay quien hace de la ira su voz y no se da cuenta, se oculta, repta…
Si,
estas cansado, recuerdas el Discurso que hace Charlot en el Gran Dictador:
“Lo siento.
Pero yo no quiero ser emperador. Ese
no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos
o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos
así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos
odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra
es rica y puede alimentar a todos los seres. El camino de la vida puede ser
libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha
levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas.
Hemos progresado muy deprisa, pero
nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo, que crea abundancia,
nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra
inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado, sentimos muy poco.
Más que máquinas necesitamos más
humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura.
Sin estas cualidades la vida será
violenta, se perderá todo. Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más
cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige
la hermandad universal que nos una a todos nosotros.
Ahora mismo, mi voz llega a millones
de seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños,
víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes
inocentes. A los que puedan oírme, les digo: no deseperéis. La desdicha que
padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen
seguir el camino del progreso humano.
El odio pasará y caerán los
dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo,
y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no perecerá”.
Sé
que has visto muchas cosas, con tus ojos has presenciado la guerra, la
persecución, el dolor, pero también has visto la alegría, a los niños reír y
jugar.
Del
amor que te puedo decir, no importa porque caminos andes, solo iremos tu y yo,
únicamente nosotros dos.
En
el Eclesiastés 3, habla de que el tiempo siempre llega todo tiene su momento
oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un
tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo
para cosechar…
Tu tiempo y
tu momento llegaran, no te preocupes, lo harán en el momento preciso y tu sabrás
de ellos, como ellos sabrán de ti.
Sé
que quedan muchas cosas que decir, el tintero eta lleno, siempre hay tanto que
decir y tan poco tiempo, ¿acaso habrá alguien que escuche…?
Tantas
preguntas y tan pocas respuestas, tantas historias y tantas vidas que contar.
Es
hora de irse, de volver a embarcar, es hora de de seguir, aquí has estado mucho
tiempo ya, anda, toma tu abrigo, guarda ese pan junto a la esperanza y anda, es
hora de echar a andar.
Con
esto, he decidido dejar de escribir en el Blog, no se por cuanto tiempo, no sé
si vuelva a hacerlo, pero si se que al menos este es el tiempo de andar
nuevamente, gracias, muchas gracias…
Las
llaves del reino no están lejos, están ahí, para que quien desee abrir sus
puertas pueda hacerlo, para que salgan lo encerrado y entre lo ajeno.
Antes
de irme querido Alejandro, antes de dejar de escribir, recuerda que lo
maravilloso es que donde están los niños viven los sueños y donde viven los
sueños la esperanza es su hogar.
Alejandro.
Ciudad de México a 6 de mayo del 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario