Hace
92 años y casi 6 meses nació mi madre Josefina Bravo Estudillo, el viernes 14 a
las 20 horas falleció, su cuerpo viejo no podía con su espíritu todavía impetuoso,
sencillamente se fue…
Puedo
decir lo que la quería, lo que mis hijos, nieta y yernos la querían, pero eso
es redundante, podría decir que fue una buena mujer y persona, pero quienes la
conocieron lo saben muy bien, podría decir…d
Porque
es tanto lo que puedo decir de mi madre, sobre todo de su generosidad, de su solidaridad,
de su necesidad de dar tan solo porque había que hacerlo, no había quien no
recurriera a ella y siempre recibía sus bendiciones y apoyo.
Hoy
mi casa está tan sola, tan grande y muda, sola, triste, hoy ya no está.
Cuando
falleció ahí estaban sus nietos, su familia, pero también los amigos, los de
ella y los míos y se fue rodeada de amor y de bendiciones, su camino, el que
sea será lleno de amor, de alegría, mucho baile, mucha charla y sobre todo
risas y alegría.
Agradezco
a quienes le apoyaron, la cuidaron y quisieron, agradezco a quienes en estos
años estuvieron a su lado y hoy están al mío.
Yo
agradezco a la vida el que ella haya sido mi madre, la abuela de mis hijos y la
bisabuela de mi nieta, ya cansada tomo sus sandalias, guardo la esperanza bajo
el brazo y se fue, buen viaje, muy buen viaje.
31 DE diciembre 2016
Eclesiastés.
Capítulo 1
1.1.
Palabras del Predicador, hijo de David, rey en
Jerusalén.
1.2.
Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad
de vanidades, todo es vanidad.
1.3.
¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo
con que se afana debajo del sol?
1.4.
Generación va, y generación viene; más la tierra
siempre permanece.
1.5.
Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a
volver al lugar de donde se levanta.
1.6.
El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va
girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo.
1.7.
Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al
lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo.
1.8.
Todas las cosas son fatigosas más de lo que el
hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír.
1.9.
¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo
que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.
1.10.
¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es
nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.
1.11.
No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo
que sucederá habrá memoria en los que serán después.
1.12.
Yo el Predicador fui rey sobre Israel en Jerusalén.
1.13.
Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría
sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los
hijos de los hombres, para que se ocupen en él.
1.14.
Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y
he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
1.15.
Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto
no puede contarse.
1.16.
Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he
engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí
en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.
1.17.
Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y
también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era
aflicción de espíritu. 1:18 Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y
quien añade ciencia, añade dolor.
Capítulo 2
2:11 Y yo, yo mismo, me volví hacia todas las obras mías que mis manos
habían hecho, y hacia el duro trabajo que yo había trabajado duro para lograr,
y, ¡mira!, todo era vanidad y un esforzarse tras viento, y no había nada que
sirviera de ventaja bajo el sol.
2:13… existe más ventaja para la sabiduría que para la tontería, tal
como hay más ventaja para la luz que para la oscuridad.
2:18,19... odié todo mi duro trabajo en que estaba trabajando duro bajo
el sol, que dejaría atrás para el hombre que llegaría a ser después de mí. ¿Y
quién hay que sepa si él resultará ser sabio o tonto? Sin embargo, él asumirá
el control de todo mi duro trabajo en que trabajé duro y en el que mostré
sabiduría bajo el sol. Esto también es vanidad.
Capítulo 3
3:1-8 Hay un momento para todo y un tiempo para
cada cosa bajo el sol:
Un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un
tiempo para arrancar lo plantado;
Un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un
tiempo para edificar;
Un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y
un tiempo para bailar;
Un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo
para abrazarse y un tiempo para separarse;
Un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y
un tiempo para tirar;
Un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un
tiempo para hablar;
Un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un
tiempo de paz.
Capítulo 4
6 Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con
trabajo y aflicción de espíritu.
9 Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
10 Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay
del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
11 También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo
se calentará uno solo?
12 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de
tres dobleces no se rompe pronto.
Soliloquio de Hamlet.
William Shakespeare.
Ser o no ser:
Hamlet: Ser o no ser, la alternativa es esa!
Si es a la luz de la razón mas digno
sufrir los golpes y punzantes dardos
de suerte horrenda, o terminar la lucha
en guerra contra un piélago de males.
Morir; dormir. No más, y con un sueño
pensar que concluyeron las congojas,
los mil tormentos, de la carne herencia,
debe termino ser apetecido.
Morir; dormir. Dormir? Sonar acoso!
Ah! la rémora es esa; pues que sueños
podrán ser los que acaso sobrevengan
en el dormir profundo de la muerte,
ya de mortal envuelta despojados,
suspende la razón: ahí el motivo
que a la desgracia da tan larga vida.
¿Quien las contrariedades y el azote
de la fortuna soportar pudiera,
la sinrazón del déspota, del vano
el ceno, de la ley las dilaciones,
de un amor despreciado las angustias,
del poder los insultos, y el escarnio
que del menguado el merito tolera,
cuando el mismo su paz conseguiría
con un mero punzón? Quien soportara
cargas que con gemidos y sudores
ha de llevar en vida fatigosa,
si el recelo de un algo tras la muerte,
incógnita región de donde nunca
torna el viajero, no turbara el juicio
haciéndonos sufrir el mal presente
más bien que un busca ir de lo ignorado?
Nuestra conciencia, así, nos acobarda;
y el natural matiz de nuestro brío,
del pensar con los pálidos reflejos
se marchita y así grandes empresas
y de inmenso valer su curso tuercen
y el distintivo pierden de su impulso.
Pero silencio. La gentil Ofelia!
Ah ninfa! En tus plegarias
que todos mis pecados se recuerden.
Versión traducida por Guillermo MacPherson, publicado en Madrid en el año 1873.
Hamlet: Ser o no ser, la alternativa es esa!
Si es a la luz de la razón mas digno
sufrir los golpes y punzantes dardos
de suerte horrenda, o terminar la lucha
en guerra contra un piélago de males.
Morir; dormir. No más, y con un sueño
pensar que concluyeron las congojas,
los mil tormentos, de la carne herencia,
debe termino ser apetecido.
Morir; dormir. Dormir? Sonar acoso!
Ah! la rémora es esa; pues que sueños
podrán ser los que acaso sobrevengan
en el dormir profundo de la muerte,
ya de mortal envuelta despojados,
suspende la razón: ahí el motivo
que a la desgracia da tan larga vida.
¿Quien las contrariedades y el azote
de la fortuna soportar pudiera,
la sinrazón del déspota, del vano
el ceno, de la ley las dilaciones,
de un amor despreciado las angustias,
del poder los insultos, y el escarnio
que del menguado el merito tolera,
cuando el mismo su paz conseguiría
con un mero punzón? Quien soportara
cargas que con gemidos y sudores
ha de llevar en vida fatigosa,
si el recelo de un algo tras la muerte,
incógnita región de donde nunca
torna el viajero, no turbara el juicio
haciéndonos sufrir el mal presente
más bien que un busca ir de lo ignorado?
Nuestra conciencia, así, nos acobarda;
y el natural matiz de nuestro brío,
del pensar con los pálidos reflejos
se marchita y así grandes empresas
y de inmenso valer su curso tuercen
y el distintivo pierden de su impulso.
Pero silencio. La gentil Ofelia!
Ah ninfa! En tus plegarias
que todos mis pecados se recuerden.
Versión traducida por Guillermo MacPherson, publicado en Madrid en el año 1873.
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