viernes, 24 de agosto de 2012

Un poco de Lovecraft




“(...) Siempre que las estrellas estuvieran en posición, podían saltar de un mundo a otro a través de los cielos; mas cuando las estrellas no eran propicias, Ellos no podían vivir. Pero aunque no pudieran vivir, tampoco morirían realmente”.

“Los hombres de ciencia sospechan algo sobre ese mundo, pero lo ignoran casi todo. Los sabios interpretan los sueños, y los dioses se ríen”.

Howard Phillips Lovecraft,  EUA. (Providence, Estados Unidos, 20 de agosto de 1890 – ibídem, 15 de marzo de 1937)

Mi madre ha estado mal y recién fue intervenida de su ojo derecho, así que en las ocasiones en que he estado en el hospital, mientras espero, me he vuelto a encontrar con, personaje que conocí cuando Violeta y yo empezamos a vivir juntos, hoy a la distancia y con años de soledad vuelve a mi vida H. P. Lovecraft, y lo hace un lugar ad hoc para este tipo de encuentros.

Lo maravilloso, es que sigo descubriendo que me gusta, es maravilloso, existe un mudo como los de Borges, algo que permite ver los mundos y ciudades antiguas, los seres arquetípicos, un lugar donde el horror es la ética, algo así como mi país, pero sin el encanto de la narración mágica de H. P. Lovecraft, es más, este hombre, que prácticamente vivió en su sótano, que miro y conoció más allá de nuestras limitadas fronteras, ha creado una tendencia que parte desde la literatura fantástica hasta la música, el cine y la pintura.

Hoy deseo compartirles un poco de H. P. Lovecraft.

Alejandro.

De "Hongos de Yuggoth":

El libro

El lugar era oscuro y polvoriento, un rincón perdido

En un laberinto de viejas callejuelas junto a los muelles,
Que olían a cosas extrañas traídas de ultramar,
Entre curiosos jirones de niebla que el viento del Oeste dispersaba.
Unos cristales romboidales, velados por el humo y la escarcha,
Dejaban apenas ver los montones de libros, como árboles retorcidos
Pudriéndose del suelo al techo... ventisqueros
De un saber antiguo que se desmoronaba a precio de saldo.

Entré, hechizado, y de un montón cubierto de telarañas
Cogí el volumen más a mano y lo hojeé al azar,
Temblando al leer raras palabras que parecían guardar
Algún secreto, monstruoso para quien lo descubriera.
Después, buscando algún viejo vendedor taimado,
Sólo encontré el eco de una risa.


II.           Persecución

Llevaba el libro apretado bajo el abrigo,

Escondiéndolo como podía en semejante lugar,
Mientras apretaba el paso por las viejas calles del puerto
Volviendo con recelo la cabeza a cada instante.
Ventanas sombrías y furtivas de tambaleantes casas de ladrillo
Espiaban extrañamente mi paso apresurado,
Y al pensar en la que cobijaban ansié violentamente
Una visión redentora de puro cielo azul.


Nadie me había visto cogerlo... y sin embargo
Una risa hueca seguía resonando en mi aturdida cabeza,
Dejándome adivinar qué mundos nocturnos de maldad
Acechaban en aquel volumen que había codiciado.
El camino se me hacía extraño, los muros demenciales...
Y a mi espalda, en la distancia, se oían pasos invisibles.

Howard Phillips Lovecraft, Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt



ooOOoo


A través de la puerta de la llave de plata.

En una vieja y antigua casa de Nueva Inglaterra, se encuentran reunidos cuatro personas, en medio de una extraña atmósfera de misterio, teniendo como tema a tratar el reparto de los bienes de Randoph Carter , quien había desparecido , en muy raras circunstancias hacia tres años, y nunca más se supo de el. Se trata de las siguientes personas: el señor Ernest K. Aspinwal; el Sr. Phillips, el Sr. Etienne de Marigni , albacea del desaparecido Carter , y un extraño personaje , llegado de la India , que se hacia llamar el Swami Chandraputra.

Hacía rato que se discutía ásperamente acerca del caso, pues algunos pensaban que Cartes estaba aun con vida. Carter era un esotérico, muy sabedor de misterios acerca de lo ignorado por la mayoría de la gente.

Llega el momento de hablar del Swami Chandraputra , quien dice conocer el misterio de la desaparición , aduciendo a que lo había soñado en la India. Hace alusión a la desaparición de Carter el 7 de octubre de 1928 , a la edad de 54 años, así como también , a otra desaparición, igual de misteriosa de un antepasado del mismo , ocurrida en 1781, de Edmond Carter, que había huido de Salem durante la caza de brujas.

Describe algunos objetos extraños encontrados en un viejo sótano: un pergamino indescifrable, un extraño cofrecillo con inscripciones in entendibles, y una llave de plata labrada con raros dibujos. El Swami explica que estos eran objetos que Carter había descifrado y que se referían al traspaso de este mundo , a otro , desconocido y misterioso , que es el mas allá .La versión de este era que Carter aviase dirigido acerca da la caverna de las serpientes y avanzado a un lugar en que había una grieta en el roquerio y usando la llave de plata había abierto el camino , internándose en un mundo desconocido , donde no existía ni el tiempo ni el espacio , es decir un mundo multidimensional , donde habitaba una criatura terrorífica llamada UMR AT-TAWIL o EL DE LAVIDA PROLONGADA , según había descubierto siglos antes un sabio árabe. que era la autoridad de ese mundo.

Carter empieza a sentir miedo , pero habla con ese ser, a través del pensamiento. Siente que ya no tiene cuerpo y solo es espíritu, se siente aterrado, y aceptando un desafío acepta traspasar la ultima puerta, donde nada existe, más que extrañas y horribles criaturas que jamás hubiera soñado .Carter pide regresar a sus orígenes , y la entidad le advierte que tendrá graves peligros, pero Carter acepta. En un segundo se siente transportado a un planeta que existió miles de millones de años atrás, y se da cuenta que su cuerpo es ahora algo horrible, cubierto de escamas y se traslada reptando .Estaba horrorizado

Es difícil poder regresar , pero pasa millones de años planeando la forma de volver a la tierra , hasta que termina su plan .En un descuido de los habitantes del planeta , se lanza al espacio, con una capsula metálica , demorando miles de años en regresar , pero lo logra ..En ese momento Aspinwal exige que se acabe la farsa del Swami, pero este ofrece pruebas, En un momento que de Marigny y Phillips se alejan, Aspinwal encuentra algo raro en el , lo trata de farsante , entonces el Swuami reconoce que lleva una máscara y que el es Cartes , Aspinwal le quita la máscara de improviso y lanza un grito de terror y cae al suelo . Entran Phillips y De Marigny , y ven al caído , y al Swami reptando hacia el reloj con forma de ataúd , lo ven meterse en él y cerrarlo, .Al abrirlo ven con sorpresa que está vacío, quedan perplejos, pero como ellos no vieron la cara de Carter, dudan de la historia, y al no saber más de Carter , con el tiempo piensan que fue una farsa, la narración termina en ese misterio
Escrito por: Mario Rabie Jachu



El llamado de Cthulhu

“Es imposible que tales potencias o seres hayan sobrevivido… hayan sobrevivido a una época infinitamente remota donde… la conciencia se manifestaba, quizá, bajo cuerpos y formas que ya hace tiempo se retiraron ante la marea de la ascendiente humanidad… formas de las que sólo la poesía y la leyenda han conservado un fugaz recuerdo con el nombre de dioses, monstruos, seres míticos de toda clase y especie…”
Algernon Blackwood

Adoraban, dijeron, a los Grandes Antiguos que eran muy anteriores al hombre y que habían llegado al joven mundo desde el cielo. Esos Antiguos se habían retirado ahora al interior de la tierra y al fondo del mar, pero sus cadáveres se habían comunicado en sueños con el primer hombre, quien inventó un culto que nunca había muerto. Este era ese culto, y los prisioneros dijeron que había existido siempre y que siempre existiría, ocultándose en lejanías desiertas y lugares retirados hasta que el gran sacerdote Cthulhu saliese de su sombría morada en la ciudad submarina de R'lyeh para reinar otra vez sobre la Tierra. Algún día vendría, cuando los astros ocuparan una determinada posición; y el culto secreto estaría allí, esperándolo.

Mientras tanto no podían decir nada más. Se trataba de un secreto que ni la tortura podría arrancarles. La humanidad no era lo único consciente en la Tierra, pues había unas formas que emergían de la sombra para visitar a sus escasos fieles. Pero éstas no eran los Grandes Antiguos. Ningún ser humano había visto a los Antiguos. El ídolo de piedra representaba al gran Cthulhu, pero nadie podía decir si los otros eran o no como él. Nadie era capaz de descifrar ahora la antigua escritura; muchas cosas se transmitían oralmente. La invocación ritual no era el secreto. Éste no se comunicaba nunca en voz alta. El canto significaba: "En su casa de R'lyeh el fallecido Cthulhu espera soñando".

En los primeros tiempos algunos hombres escogidos habían hablado en sueños con aquellos seres, pero luego algo había pasado. La gran ciudad de piedra de R'lyeh, con sus monolitos y sepulcros, se había hundido bajo las olas, y las aguas de los abismos, con ese misterio primigenio en que nadie había pensado ni siquiera en penetrar, habían interrumpido esas citas espectrales. Pero los recuerdos no morían, y los altos sacerdotes afirmaban que cuando los astros fuesen favorables la ciudad volvería a la superficie. Entonces los viejos espíritus de la Tierra, mohosos y sombríos, saldrían de sus subterráneos y propagarían los rumores recogidos allá, en olvidados fondos del océano. Pero de ellos el viejo Castro no se atrevía a hablar. Se interrumpió de pronto y ni la persuasión ni las sutilezas pudieron arrancarle otras informaciones. Tampoco quiso mencionar, curiosamente, el tamaño de los Antiguos. En cuanto al culto, afirmó que su centro debía encontrarse en los desiertos intransitados de Arabia, donde Irem, la ciudad de los Pilares, sueña aún intacta y secreta. No tenía relación alguna con la brujería europea y sólo era conocido por sus miembros. Ningún libro aludía a él, aunque los chinos inmortales decían que en el Necronomicón del árabe loco Abdul Alhazred había un sentido oculto que el iniciado podía interpretar de muy diversas maneras, especialmente en el tan discutido dístico:

Hablaba de sus sueños de un modo extrañamente poético, haciéndome ver con terrible claridad la ciudad ciclópea de piedra verde y musgosa - cuya geometría, añadió curiosamente, era totalmente errónea-, y oí otra vez con un temor expectante el subterráneo llamado mental: Cthulhu fhtagn, Cthulhu fhtagn

la ciudad muerta de R'lyeh, construida hace millones de años, antes de los comienzos de nuestra historia, por las enormes y espantosas criaturas que descendieron desde unos astros desconocidos. Allí yacen el gran Cthulhu y sus compañeros, ocultos en unas bóvedas verdes y húmedas desde donde envían, luego de incalculables ciclos, pensamientos que aterrorizan a los hombres sensibles y reclaman imperiosamente a los fieles del culto que inicien el peregrinaje de la liberación y la restauración. El oficial Johansen ignoraba todo esto, ¡pero Dios sabe bien que había visto bastante!

Cthulhu existe también, supongo, en ese refugio de piedra que le sirve de abrigo desde que el sol era joven. Su ciudad maldita se ha hundido otra vez, pues el Vigilant navegó por aquel lugar después de la tormenta de abril; pero sus ministros en la Tierra bailan aún, y cantan y matan en lugares aislados, alrededor de monolitos de piedra coronados de imágenes.

Cthulhu tuvo que haber sido atrapado por los abismos submarinos pues si no el mundo gritaría ahora de horror. ¿Quién conoce el fin? Lo que ha surgido ahora puede hundirse y lo que se ha hundido puede surgir.

La abominación espera y sueña en las profundidades del mar, y sobre las vacilantes ciudades de los hombres flota la destrucción. Llegará el día… ¡pero no debo ni puedo pensarlo! Ruego que si no sobrevivo a este manuscrito, mis ejecutores testamentarios cuiden de que la prudencia sea mayor que la audacia e impidan que caiga bajo otros ojos.

FIN


Historia del Necronomicón

H.P. Lovecraft
En el año 730, en un lugar recóndito llamado Damasco, fue escrito un libro conocido con el nombre de Al-Azif ("el murmullo de los demonios"), que posteriormente seria traducido por el griego Theodorus Philetas con el nombre de Necronomicon (El Libro de los Muertos).

Este libro, que posteriormente se haría famoso, fue escrito por Abdul Al-Hazred ("El Adorador del Gran Devorador" o "El Árabe Loco"), un poeta que visito las ruinas de Babilonia y los subterráneos de Menfis y paso 10 años en el desierto de Roba el-Khaliyeh y en el del Dahna.Posteriormente paso sus últimos años de su vida, en Damasco, donde escribió el Necronomicon (Al-Azif), este decía que había visto la famosa Irem ("La Ciudad de los Pilares"), y adoraba a unas entidades desconocidas llamadas Yog-Sothoth y Cthulhu.Este, según dicen fue devorado por una "criatura invisible" en pleno día, después de escribir el Necronomicon.

La primera traducción del libro, fue la del griego Theodorus Philetas en 950, con el título de "Necronomicon". Posteriormente se realizaron traducciones de esta, pero naturalmente, el libro original, es el que tiene mayor valor, ya que la traducción griega no fue "muy exacta". Solo existen dos copias del libro original:

  • La 1º se encuentra en la "Universidad de Miskatonic" (Arkham)
  • Y la 2º se encuentra en nuestras manos.

*Estas dos copias, se realizaron del libro original, sin ningún tipo de fallo, conservando el lenguaje original del libro.

El Necronomicon(El Libro de los Muertos),fue concebido para dar a conocer toda clase de información sobre temas de fantasía, terror, ciencia ficción, ocultismo, música, cine...

El famoso libro Necronomicon, es un libro ficticio creado, por uno de los maestros de la literatura de terror y ciencia ficción Howard Philips Lovecraft, en el libro se describían todas aquellas formulas, que fueron olvidadas, y que permitían contactar con unas entidades sobrenaturales, de un inmenso poder, también poseía multitud de rituales, como resucitar a los muertos, viajar a las dimensiones donde habitaban estos seres sobrenaturales, etc.

Breve, pero completo, resumen de la historia de este libro, de su autor, de diversas traducciones y ediciones desde su redacción (en el 730) hasta nuestros días.

Edición conmemorativa y limitada a cargo de Wilson H. Shepherd, The Rebel Press, Oakman, Alabama.

El título original era Al-Azif, Azif era el término utilizado por los árabes para designar el ruido nocturno (producido por los insectos) que, se suponía, era el murmullo de los demonios. Escrito por Abdul Al Hazred, un poeta loco huido de Sanaa al Yemen, en la época de los califas Omeyas hacia el año 700. Visita las ruinas de Babilonia y los subterráneos secretos de Menfis, y pasa diez años en la soledad del gran desierto que se extiende al sur de Arabia, el Roba el-Khaliyeh, o "Espacio vital" de los antiguos, y el Dahna, o "Desierto Escarlata" de los árabes modernos. Se dice que este desierto está habitado por espíritus malignos y monstruos tenebrosos. Todos aquellos que aseguran haber penetrado en sus regiones cuentan cosas extrañas y sobrenaturales. Durante los últimos años de su vida, Al Hazred vivió en Damasco, donde escribió el Necronomicón (Al-Azif) y por donde circulan terribles y contradictorios rumores sobre su muerte o desaparición en el 738. Su biógrafo del siglo XII, Ibn-Khallikan, cuenta que fue asesinado por un monstruo invisible en pleno día y devorado horriblemente en presencia de un gran número de aterrorizados testigos. Se cuentan, además, muchas cosas sobre su locura. Pretendía haber visto la famosa Ilrem, la Ciudad de los Pilares, y haber encontrado bajo las ruinas de una inencontrable ciudad del desierto los anales secretos de una raza más antigua que la humanidad. No participaba de la fe musulmana, adoraba a unas desconocidas entidades a las que llamaba Yog-Sothoth y Cthulhu.

En el año 950, el Azif, que había circulado en secreto entre los filósofos de la época, fue traducido ocultamente al griego por Theodorus Philetas de Constantinopla, bajo el título deNecronomicón. Durante un sigo, y debido a su influencia, tuvieron lugar ciertos hechos horribles, por lo que el libro fue prohibido y quemado por el patriarca Michael. Desde entonces no tenemos más que vagas referencias del libro, pero en el 1228, Olaus Wormius encuentra una traducción al latín que fue impresa dos veces, una en el siglo XV, en letras negras (con toda seguridad en Alemania), y otra en el siglo XVII (probablemente en España). Ninguna de las dos ediciones lleva ningún tipo de aclaración, de tal forma que es sólo por su tipografía que se supone la fecha y el lugar de impresión. La obra, tanto en su versión griega como en la latina, fue prohibida por el Papa Gregorio IX, en el 1232, poco después de que su traducción al latín fuese un poderoso foco de atención. La edición árabe original se perdió en los tiempos de Wormius, tal y como se dijo en el prefacio (hay vagas alusiones sobre la existencia de una copia secreta encontrada en San Francisco a principios de siglo, pero que desapareció en el gran incendio). No hay ningún rastro de la versión griega, impresa en Italia, entre el 1500 y el 1550, después del incendio que tuvo lugar en la biblioteca de cierto personaje de Salem, en 1692. Igualmente, existía una traducción del doctor Dee, jamás impresa, basada en el manuscrito original. Los textos latinos que aún subsisten, uno (del siglo XV) está guardado en el Museo Británico y el otro (del siglo XV) se halla en la Biblioteca Nacional de París. Una edición del siglo XVII se encuentra en la Biblioteca de Wiedener de Harvard y otra en la biblioteca de la Universidad de Miskatonic, en Arkham; mientras que hay una más en la biblioteca de la Universidad de Buenos Aires. Probablemente existían más copias secretas, y se rumoreaba persistentemente que una copia del siglo XV fue a parar a la colección de un célebre millonario norteamericano. Existe otro rumor que asegura que una copia del texto griego del siglo XVI es propiedad de la familia Pickman de Salem; pero es casi seguro que esta copia desapareció, al mismo tiempo que el artista R.U. Pickman, en 1926. La obra está severamente prohibida por las autoridades y por todas las organizaciones legales inglesas. Su lectura puede traer consecuencias nefastas. Se cree que R.W. Chambers se basó en este libro para su obra El rey en amarillo.

Cronología del Necronomicrón.
  • Al-Azif se escribe en Damasco en el 730, por Abdul Al-Hazred.
  • Traducción al griego con el título de Necronomicón, a cargo de Theodorus Philetas, en el 950.
  • El patriarca Michael lo prohíbe en el 1050 (el texto griego). El árabe se ha perdido.
  • En 1228, Olaus traduce el texto griego al latín.
  • Las ediciones latina y griega son destruidas por Gregorio IX en 1232.
  • En 14... (?) aparece una edición en letras góticas en Alemania.
  • En 15... (?) el texto griego es impreso en Italia.
  • En 16... (?) aparece la traducción al castellano del texto latino.

FIN

El texto del “La Llamada de Cthulhu de Lovecraft, Howard Phillips”,  puede descargarse en:




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