Las palabras
suelen por lo general tener alas, son libres y vuelan, se detienen en algunos
lados y anidan, a veces suelen entonar melodías diversas, pero hay quien las
atrapa, las guarda y se las come y después las vomita saliendo de su boca o de
la tinta de su pluma palabras dolorosas, de muerte, de amenaza y destrucción.
Esto fue lo que
sucedió en 1513, cuando el católico Rey Fernando y su hija Juana (después conocida
como la loca) hicieron obligatorio que los “Requerimientos” fuesen leídos a los
aborígenes (por cierto, aborigen es: -desde el origen- es el habitante de un
lugar que pertenece a una cultura que ya no es la predominante en un lugar y
que ha cedido lugar a una nueva, ya sea por violencia, asimilación o cualquier
otro proceso o combinación de procesos), los habitantes originarios de este “Nuevo
Mundo”
El texto se leía
en latín ante los atónitos “indios”, quienes sencillamente se quedaban
sorprendidos y no aceptaban la pérdida de su cultura, su lengua, sus dioses,
pero eran ellos los culpables, no el europeo, no el conquistador, ellos estaban
aquí para “evangelizarnos” como lo hizo Carlo Magno con los Germanos o los
alemanes (Es una ley muy justa que las brujas sean muertas, porque producen
muchos daños, lo que ha sido ignorado hasta el presente, pueden robar leche,
mantequilla y todo de una casa... Pueden encantar a niños... También pueden
generar misteriosas enfermedades en la rodilla, que el cuerpo se consuma...
Daños los producen al cuerpo y alma, dan pociones y encantamientos, para
generar odio, amor, tormentas y destrozos en las casas, en el campo, que nadie
puede curar... Las magas deben ser ajusticiadas, porque son ladronas,
rompedoras de matrimonios, bandidos, asesinas... Dañan de muchas formas. Así
que deben ser ajusticiadas, no sólo por los daños, sino también porque tratan
con Satanás – Martin Lutero).
Así sucedió, la
ignorancia no permitió a los “indios” darse cuenta de que el futuro seria
esplendoroso, millones que no servían fueron muertos por las armas o las
enfermedades traídas desde Europa, trabajarían para extraer las riquezas de la
que por gracia divina y civilizada pretensión ya no era su tierra, sus idiomas
serian considerados como lenguas vulgares, sus atuendos no eran apropiados para
los estilos europeos ah! y el color de su piel, no, no eran blancos, ni rubios,
ni barbados, eran morenos, color de cobre, de tierra y de fuego, después fueron
traídos hombres de carbón, del color de la noche, del misterio, del amor.
Así las
palabras devoradas, enclaustradas se convirtieron en espadas, látigos,
crucifijos, picota y cadalsos, en oro y plata, sangre de America.
Les dejo con el
texto de los requerimientos reales.
Alejandro.
REQUERIMIENTOS
DE 1513
De parte del rey, Don Fernando, y de su
hija, Doña Juana, reina de Castilla y León, domadores de pueblos bárbaros,
nosotros sus siervos, os notificamos y os hacemos saber, como mejor podemos,
Que Dios nuestro Señor, uno y eterno, creó
el cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de quien nos y vosotros y todos
los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos los que
después de nosotros vinieran. Mas por la muchedumbre de la generación que de
estos ha salido desde [hace] cinco mil y hasta más años que el mundo fue
creado, fue necesario que los unos hombres fuesen por una parte y otros por
otra, y se dividiesen por muchos Reinos y provincias, que en una sola no se
podían sostener y conservar.
De todas estas gentes Dios nuestro Señor
dio cargo a uno, que fue llamado San Pedro, para que de todos los hombres del
mundo fuese señor y superior a quien todos obedeciesen, y fue cabeza de todo el
linaje humano, dondequiera que los hombres viniesen en cualquier ley, secta o
creencia; y dióle todo el mundo por su Reino y jurisdicción, y como quiera que
él mandó poner su silla en Roma, como en lugar más aparejado para regir el
mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes, cristianos, moros, judíos,
gentiles o de cualquier otra secta o creencia que fueren. A este llamaron Papa,
porque quiere decir, admirable, padre mayor y gobernador de todos los hombres.
A este San Pedro obedecieron y tomaron por
señor, Rey y superior del universo los que en aquel tiempo vivían, y así mismo
han tenido a todos los otros que después de él fueron elegidos al pontificado,
y así se ha continuado hasta ahora, y continuará hasta que el mundo se acabe.
Uno de los Pontífices pasados que en lugar
de éste sucedió en aquella dignidad y silla que he dicho, como señor del mundo
hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Océano a los dichos Rey y
Reina y sus sucesores en estos Reinos, con todo lo que en ella hay, según se
contiene en ciertas escrituras que sobre ello pasaron, según se ha dicho, que
podréis ver si quisieseis.
Así que sus Majestades son Reyes y señores
de estas islas y tierra firme por virtud de la dicha donación; y como a tales
Reyes y señores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido notificado,
han recibido a sus Majestades, y los han obedecido y servido y sirven como
súbditos lo deben hacer, y con buena voluntad y sin ninguna resistencia y luego
sin dilación, como fueron informados de los susodichos, obedecieron y
recibieron los varones religiosos que sus Altezas les enviaban para que les
predicasen y enseñasen nuestra Santa Fe y todos ellos de su libre, agradable
voluntad, sin premio ni condición alguna, se tornaron cristianos y lo son, y
sus Majestades los recibieron alegre y benignamente, y así los mandaron tratar
como a los otros súbditos y vasallos; y vosotros sois tenidos y obligados a
hacer lo mismo.
Por ende, como mejor podemos, os rogamos y
requerimos que entendáis bien esto que os hemos dicho, y toméis para entenderlo
y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo, y reconozcáis a la Iglesia
por señora y superiora del universo mundo, y al Sumo Pontífice, llamado Papa,
en su nombre, y al Rey y Reina doña Juana, nuestros señores, en su lugar, como
a superiores y Reyes de esas islas y tierra firme, por virtud de la dicha
donación y consintáis y deis lugar que estos padres religiosos os declaren y
prediquen lo susodicho.
Si así lo hicieseis, haréis bien, y
aquello que sois tenidos y obligados, y sus Altezas y nos en su nombre, os
recibiremos con todo amor y caridad, y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y
haciendas libres y sin servidumbre, para que de ellas y de vosotros hagáis
libremente lo que quisieseis y por bien tuvieseis, y no os compelerán a que os
tornéis cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad os quisieseis
convertir a nuestra santa Fe Católica, como lo han hecho casi todos los vecinos
de las otras islas, y allende de esto sus Majestades os concederán privilegios
y exenciones, y os harán muchas mercedes.
Y si así no lo hicieseis o en ello
maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios,
nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por
todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y
obediencia de la Iglesia y de sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y
de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos
y dispondremos de ellos como sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros
bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos
que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y
protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a vuestra
culpa y no de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con
nosotros vienen.
Y de cómo lo decimos y requerimos pedimos
al presente escribano que nos lo dé por testimonio signado, y a los presente
rogamos que de ello sean testigos.
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