Para
nosotros, en esta América tan nuestra y tan distante, una figura abre la
historia del Nuevo Mundo, el Almirante de la Mar Océano, Don Cristóbal Colón, nacido
en algún lado y enterrado (se supone) en algún otro, de hecho nadie se ha
puesto de acuerdo, hay quien dice que era judío o pirata o acaso un noble
venido a menos, eso no importa, el señor es quien por designios divinos
Descubre un continente habitado por millones de personas que si sabían que
ellos vivían ahí, aunque el resto del mundo no lo supiera.
Todo,
según se cuenta fue entre la noche del 11 y la madrugada del 12 de octubre de
1492 y que quien grito tierra fue Rodrigo de Triana (y que al parecer su nombre real era Juan
Rodríguez Bermejo).
El buen Almirante inicio lo que hasta el día de hoy vivimos,
este continente ha sido saqueado, violado, humillado, asesinado, traicionado, ha
ardido en la hoguera, sentenciado al paredón, también llegó un dios y una
religión que por alguna razón esta religión y Dios eran tan poderosos como sus
armas y por tanto eran mejor que los nuestros, Ah! y unos reyes que nunca se
dignaron a venir, con excepción de Portugal, que Napoleón lo convenció de mudar
residencia, idiomas que por la misma razón que su dios, su religión y su rey es
mejor que el nuestro, y que decir de la ley y la justicia que por la misma
razón resulto ser mejor que cualquiera de las de este continente, siempre se ha
usado el mismo argumento, el del fusil y siempre hemos pagado el mismo precio,
la carne y la sangre.
Ah! y claro, los "indios" fueron sometidos por que ellos así lo quisieron, por que siempre se leían en latín "LOS REQUERIMIENTOS" y que en su último párrafo dicen: "Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a vuestra culpa y no de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen." lo pueden encontrar en lo que el año anterior escribí: http://alejandro-ellugardetodos.blogspot.mx/2012/10/12-de-octubre-los-requerimientos-los.html
Ah! y claro, los "indios" fueron sometidos por que ellos así lo quisieron, por que siempre se leían en latín "LOS REQUERIMIENTOS" y que en su último párrafo dicen: "Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a vuestra culpa y no de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen." lo pueden encontrar en lo que el año anterior escribí: http://alejandro-ellugardetodos.blogspot.mx/2012/10/12-de-octubre-los-requerimientos-los.html
Así llegamos a el siglo XIX y fue al inicio de esa centuria
cuando se inicia la independencia de las colonias americanas de Europa (algunas
antes, otros después), ah!, pero que equivocados estábamos, en el norte del
continente hasta ya entrado el siglo XX siguieron despojando, matando,
mintiendo, en el resto, sencillamente fuimos marginados, empobrecidos,
mutilados, en fin, puro gatopardismo (Si queremos que todo siga como esta, es
necesario que todo cambie, de la obra El gatopardo donde Tancredi le dice a su
tío Fabrizio esa frase, la obra es de Guiseppe Tomasi de Lampedusa)
Así que este doce de octubre en España es el Día de la
Hispanidad, para los españoles, distribuidos como Dios manda en españoles de
primera, segunda tercera y demás categorías, sobre todo en aquellos viejos y
dolorosos años; en México es el día de la Raza, así, aunque sea de recuerdito,
pa´no olvidar, en EUA, ellos que son los “Americanos” (y de pilón varios
estúpidos se lo creen, América prácticamente colinda con los dos extremos
polares del mundo y con los océanos Pacifico y Atlántico a todo lo largo de
ambos, no es solo geografía, es dignidad) es el día de Colón y así
sucesivamente, la realidad es que no sé qué celebramos, los millones de
muertes, las miles de violaciones, los esclavos traídos desde el África, el
saqueo que hizo de Europa lo que es (y siempre es saludable pensar ¿Qué es?)
Cuenta Fray Bartolome de las Casas que estas palabras fueron dichas por
Hatuey, cacique indio de la isla la Española.:
"Este es el Dios que los españoles adoran. Por estos pelean y
matan; por estos es que nos persiguen y es por ello que tenemos que tirarlos al
mar... Nos dicen, estos tiranos, que adoran a un Dios de paz e igualdad, pero
usurpan nuestras tierras y nos hacen sus esclavos. Ellos nos hablan de un alma
inmortal y de sus recompensas y castigos eternos, pero roban nuestras
pertenencias, seducen a nuestras mujeres, violan a nuestras hijas. Incapaces de
igualarnos en valor, estos cobardes se cubren con hierro que nuestras armas no
pueden craquear."
En el año del señor de 1512 a 20 años del arribo
del Almirante de la Mar Oceano, el cacique Tahino de la isla La Española Hatuey
fue condenado a la hoguera, castigo reservado a los más viles criminales. Pero
cuando estaba a punto de ser quemado, al preguntársele si quería convertirse en
cristiano para subir al cielo preguntó:
"¿Y
los cristianos también van al cielo?"
y al
recibir una afirmación dijo luego el cacique, sin más pensar, que:
"No
quiero yo ir allá, sino al infierno, por no estar donde estén y por no ver tan
cruel gente. "2
Bueno, les
dejo un breve texto que encontré en la revista Letras Libres “Colón, el descubriento”, Por
Brenda Lozano – Revista Letras Libres, junio 2006 y el
texto del Diario de A bordo del Almirante de la Mar océano.
“Colón, el descubriento”
Digamos, también, que hay otros monumentos. Por ejemplo, el del
hombre que descubre su calvicie luego de observar la coladera del baño y notar
que su cabellera cabalga por las tuberías. Su placa: “¿Por qué querrían
recordarme por mi melena?” Y conformémonos con un solo hombre que descubre el
restaurante donde sirven los mejores y más barrocos emparedados, en el que con
letras doradas brillaría la frase de su encuentro: “Los muchachos de la oficina
no creerán lo estupendo de estos emparedados.” Suspendamos aquí para enmarcar
el segundo del descubrimiento: la frase es necesaria para ordenar el caos de la
eureka. En este paseo por la avenida que no existe, se antoja congelar todas
las frases por igual, pues quizá las palabras que despiertan un descubrimiento,
menor o mayor, son el inicio de toda narración.
Diario de abordo del primer viaje del almirante Cristóbal
Colón
Jueves, 11 de Otubre,
1492.
Navegó al Güesudueste. Tuvieron mucha mar, más
que en todo el viaje avían tenido. Vieron pardelas y un junco verde junto a la
nao. Vieron los de la caravela Pinta una caña y un palo, y tomaron otro palillo
labrado a lo que parecía con hierro, y un pedaço de caña y otra yerva que nace
en tierra y una tablilla. Los de la caravela Niña también vieron otras señales
de tierra y un palillo cargado d'escaramojos. Con estas señales respiraron y
alegráronse todos. Anduvieron en este día, hasta puesto el sol, 27 leguas.
Después del sol puesto, navegó a su primer camino al Güeste. Andarían doze
millas cada ora, y hasta dos oras después de media noche andarían 90 millas,
que son 22 leguas y media. Y porque la caravela Pinta era más velera e iva
delante del Almirante, halló tierra y hizo las señas qu'el Almirante avía
mandado. Esta tierra vido primero un marinero que se dezía Rodrigo de Triana
puesto que el Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de
popa, vid lumbre; aunque fue cosa tan çerrada que no quiso affirmar que fuese
tierra, pero llamó a Pero Gutiérrez repostero d'estrados del Rey e díxole que
pareçía lumbre, que mirasse él, y así lo hizo, y vídola. Díxolo también a
Rodrigo Sánchez de Segovia, qu'el Rey y la Reina embiavan en el armada por
veedor, el cual no vido nada porque no estava en lugar do la pudiese ver.
Después qu'el Almirante lo dixo, se vido una vez una vez o dos, y era como una
candelilla de cera que se alçava y levantava, lo cual a pocos pareçiera ser indiçio
de tierra; pero el Almirante tuvo por çierto estar junto a la tierra. Por lo
cual, cuando dixeron la Salve, que la acostumbran dezir e cantar a su
manera todos los marineros y se hallan todos, rogó y amonestólos el Almirante
que hiziesen buena guarda al castillo de proa, y mirasen bien por la tierra, y
que al que le dixese primero que vía tierra le daría luego un jubón de seda,
sin las otras mercedes que los Reyes avían prometido, que eran diez mill
maravedís de juro a quien primero le viese. A las dos oras después de media
noche pareçió la tierra, de la cual estarían dos leguas. Amainaron todas las
velas, y quedaron con el treo que es la vela grande, sin bonetas, y pusiéronse
a la corda, temporizando hasta el día viernes que llegaron a una isleta de los
lucayos, que se llamava en lengua de indios Guanahaní.
Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió
a tierra en la barca armada y Martín Alonso Pinçón y Viceinte Anes, su hermano,
que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la vandera real y los capitanes
con dos vanderas de la Cruz Verde, que llevava el Almirante en todos los navíos
por seña, con una F y una I, ençima de cada letra su corona, una de un cabo de
la + y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas
y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los
demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo d'Escobedo, escrivano de toda el
armada, y a Rodrigo Sánches de Segovia, y dixo que le diesen por fe y
testimonio cómo él por ante todos tomava, como de hecho tomó, possessión de la
dicha isla por el Rey e por la Reina sus señores, haziendo las protestaçiones
que se requirían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se
hizieron por escripto. Luego se ayuntó allí mucha gente de la isla. Esto que se
sigue son palabras formales del Almirante en su libro de su primera navegaçión
y descubrimiento d'estas Indias. «Yo», dize él, «porque nos tuviesen mucha
amistad, porque cognosçí que era gente que mejor se libraría y convertiría a
nuestra sancta fe con amor que no por fuerça, les di a algunos d'ellos unos
bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescueço, y otras
cosas muchas de poco valor, con que ovieron mucho plazer y quedaron tant
nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los
navíos adonde nos estávamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón
en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocavan por otras cosas
que nos les dávamos, como cuentezillas de vidrio y cascaveles. En fin, todo
tomavan y daban de aquello que tenían de buena voluntad, mas me pareció que era
gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y
también las mugeres, aunque no vide más de una farto moça, y todos los que yo
vi eran todos mançebos, que ninguno vide de edad de más de XXX años, muy bien
hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruessos cuasi
como sedas de cola de cavallo e cortos. Los cabellos traen por ençima de las
cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. d'ellos se
pintan de prieto, y [d']ellos son de la color de los canarios, ni negros ni
blancos, y d'ellos se pintan de blanco y d'ellos de colorado y d'ellos de lo
que fallan; y d'ellos se pintan las caras, y d'ellos todo el cuerpo, y d'ellos
solos los ojos, y d'ellos solo el nariz. Ellos no traen armas ni las cognosçen,
porque les amostré espadas y las tomavan por el filo y se cortavan con
ignorançia. No tienen algún fierro; sus azagayas son unas varas sin fierro y algunas
d'ellas tienen al cabo un diente de peçe, y otras de otras cosas. Ellos todos a
una mano son de buena estatura de grandeza y buenos gestos, bien hechos. Yo
vide algunos que tenían señales de feridas en sus cuerpos, y les hize señas qué
era aquello, y ellos me amostraron cómo allí venían gente de otras islas que
estavan açerca y les querían tomar y se defendían. Y yo creí e creo que aquí
vienen de tierra firme a tomados por captivos. Ellos deven ser buenos
servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dizen todo lo que les
dezía. Y creo que ligeramente se harían cristianos, que me pareçió que ninguna
secta tenían. Yo plaziendo a Nuestro Señor llevaré de aquí al tiempo de mi
partida seis a Vuestras Altezas para que deprendan fablar. Ninguna bestia de
ninguna manera vide, salvo papagayos en esta isla.
Todas son palabras del Almirante.
Se te ha olvidado alguna que otra pirámide con restos humanos que chorrean sangre de niños, mujeres y hombres asesinados y luego despedazados y arrojados a la multitud.
ResponderEliminar