domingo, 30 de enero de 2011

Respuesta de Dios.


Alejandro

Recibí tu carta, sabes, es muy raro que alguien me escriba hoy en día, es curioso, estoy en boca de todos, ¡Dios mío!, ¡Gracias a Dios!, y así sucesivamente, más son solo expresiones sin contenido, palabras huecas, por eso me extraño mucho tu carta, recuerdo (has de saber que yo tengo muy buena memoria) que no solo dudaste de mi existencia, sino que fuiste un jacobino entre los jacobinos y me agrada y sorprende el recibir tu carta, porque por principio creo que aceptas mi existencia, más ese es un debate que no tiene sentido, porque básicamente es un asunto de fe y eso es una responsabilidad de cada ser.

Para empezar, te digo algo que seguramente ya sabes, lo has dicho, escrito muchas veces, porque ¿te has dado cuenta? de que cuando cree el universo, este y todos los universos posibles también cree todas las formas de vida, algunas de ellas inimaginables, así que tú y todo lo existente, hasta ese vacío y la vacuidad están hechos del mismo material de polvo de estrellas.

Que todo lo existente es único, irrepetible e irremplazable, que cada uno, cada cosa existe para que todo pueda existir, que a fin de cuentas todo es uno y lo mismo, así Alejandro dime ¿te has dado cuenta entonces de lo importante que eres?, que si tu no existieras aquí, en este momento, en este lugar, todo, absolutamente todo sería diferente ¿te has dado cuenta?

Hace mucho tiempo, cuando los hombres intentaban aprender, le respondí también a uno hombre, ¿recuerdas a Job?, en su libro en el versículo 38:4 le digo ante su inquerimiento de donde estaba yo cuando el tenis tantos problemas” ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?”

¿Por qué? Alejandro, te das cuenta, él estaba en mí, como todo el universo, siempre estuve con Job, sin embargo, era necesario que él se diese cuenta de ello, que no era un desafío o un duelo lo que le daría razón a su sufrimiento, por eso también le dije en el mismo libro, 38:11 “Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante”

Su sufrimiento provenía de su condición, la de ser humano, eso que los hace diferentes a mi, son capaces de sentir y por ello aprenden, por eso aman, desean, perdonan, odian, por su condición única, ese es un don que les he dado.

Aunque debo de admitir que mis biógrafos no han sido muy afortunados, es más, desde que descubrieron que solo hay un Dios me dieron diferentes nombres, me encerraron en templos (no sé por qué esa necesidad de adueñarse de algo y de guardarlo, es un poco enfermizo, ¿no crees?), han hecho una gran parafernalia de los ritos, creado una ortodoxia que a veces es contra natura, es más me han atribuido actos atroces o que yo los provoque, incite o que los realice, aparte de eso, me han dividido, ahora soy bueno y malo, uno u otro, no uno y otro, el mismo.

No Alejandro, fueron ustedes los que me hicieron a su imagen y semejanza, necesitaban adorarse a sí mismos, pensar que son el centro y sentido mismo del universo, no entendieron que son iguales a si mismos, por eso deje que la vida surgiera y de ahí se formara el ser humano, las mujeres y los hombres, pero no conformes con esto, han buscado la inmortalidad, ser eternos, desean vivir más ¿Cómo si eso les hiciera capaces de acceder al conocimiento?

Sin embargo tienen algo único, poseen alma, más no han entendido que esa alma es parte de mí, es lo que los une a mí y al universo, es lo que los hace seres eternos y divinos.

Que te puedo decir de la vida, está hecha para una sola cosa, para vivirla, la forma en que cada uno la vive es libre, por que como todo el cosmos, son libres.

Sobre los ángeles caídos, algo que siempre has pensado y sobre Enoch y los ángeles, solo te puedo decir que ustedes, a pesar de su ingenio y conocimiento no son los únicos que existen y cada ser, cada lugar es siempre una posibilidad y cada posibilidad posee una infinidad de opciones para existir.

Has de saber que a los humanos hay que leerlos, la creación es un libro, uno inmenso y en ese libro cada uno de ustedes es una letra, se unen y forman palabras y frases, textos enteros, yo solo sé el principio y el fin del libro, el texto lo hacen ustedes, imagina entonces, a los humanos hay que leerlos, yo los he escrito con tantas letras, con tantos símbolos, los he escrito para ser leídos en el único idioma, el de la creación.

Ahora entiendes, cuando tú lees, lees al otro y al hacer esto me lees a mí, no existe lenguaje críptico ni subterfugio alguno, solo tu y el universo, las palabras son puentes y caminos.

Hoy te dejo, sé que quedan muchas preguntas, sé que existen reclamos y hasta deseos, pero también sé que somos parte de lo mismo y que tu como todos están en mi, así que Alejandro, no me despido, sino hasta la próxima.

Con todo cariño:

Dios

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