sábado, 9 de octubre de 2010

Disertaciones sin sentido


Somos marineros, somos quienes buscamos en el cielo una estrella y con nuestro sextante nos orientamos, sentimos la brisa en nuestras caras, somos aventureros y la vida es eso, una aventura.

Pero la vida es como un Jazz, suave, tenue, como una gota de agua que cae sobre el cristal y se estrella, escurriendo suavemente hasta el suelo y ahí aguarda al amanecer para poder volver a nacer.

Y la vida es pasión y es amor, es deseo, es esperar y compartir, es tolerancia y respeto, es valor y fortaleza, la vida es el canto de un amado hacia su amada mientras ambos sueñan en que solo existen para ser amados.

La vida también es dolor, eso nos hace superiores a los dioses, porque ellos gozan, juegan, no conocen el dolor, no conocen el sufrimiento, y ese dolor el que nos da la oportunidad de ver, el que nos ayuda a aprender y a entender, por eso nosotros somos superiores a los dioses.

Dice la Tora:
"...Cuando miramos a otra persona vemos sus cualidades superficiales externas. Ocultos debajo de sus rasgos físicos hay capas y capas de espiritualidad..."

Un manantial de espiritualidad, de cariño, de amor, agua que brota de manera incesante y da vida a quienes nos acercamos a ella, fuente de gozo y felicidad.

Así la vida es encaminar, un conocer, un aprender a ser, una posibilidad, un acto de redención o un acto ominoso, puede ser dignidad o humillación, por eso caminamos, por eso andamos tantos caminos.

Así la vida es como navegar intentando regresar, pero ese retorno a la tierra prometida es doloroso, porque a lo largo del trayecto aprendemos, por que cual naos en la mar, bregamos y la vida y el amor son una mar muy ancha, y así conocemos el dolor, el placer, sin embargo para regresar siempre hemos de llevar la esperanza y los sueños como nuestro astrolabio y sextante, marineros que buscan regresar.

Cuando logramos llegar podremos sentarnos bajo un frondoso árbol, cerca de un arroyo de cristalina y fresca agua y tomar de ella, voltear hacia atrás y mirar los verdes campos, así diremos que hemos tenido una buena vida, y mientras ello ocurre el viento nos dirá suavemente en nuestros oídos todas las voces, todos los sonidos..

Y con ello, guardaremos nuevamente la esperanza en nuestro bolso y emprendemos el andar nuevamente, ahora que sabemos que hemos vivido.

La vida es un andar por diversos caminos, ir por vericuetos, nadar en ríos cristalinos, soportar tormentas, desear saber y andar, siempre andar.

En ocasiones perdemos el camino, nos extraviamos, en ese momento debemos consultar a nuestro corazón y preguntarle por donde hemos de andar, que camino hemos de tomar, el nos sabrá decir, nosotros hemos de saber escuchar con atención y decirle a nuestros pies que caminen por que hay que echar a andar.

La vida debe ser un acto de amor y felicidad, un lugar donde el mirar sea placentero, por eso hemos de conocer, por eso hemos de construir, quien ama y es amado puede construir, quien desea y es deseado puede soñar.

Yo he hecho mi vida como he querido, un lugar raro, diferente, he viajado como Odiseo y los dioses me han dado, me han quitado, hoy no tengo más allá de lo que soy y realmente a pesar de ser tan pequeño, tan insignificante, estoy plenamente satisfecho y no, no cambiaría nada, ni mis yerros ni mis pecados, por que si los pierdo entonces no sería mi vida, no sería lo andado ni navegado, por eso estoy satisfecho de no tener nada, absolutamente nada más allá de mi mismo y de mi historia..

Soy dichoso, porque he visto los ojos del universo, la creación divina que el gran alfarero formo y en ellos guardo para que fuese vista por mí.

Que la palabra sea magia, que la palabra sea la posibilidad del futuro, el canto de la esperanza y la fuerza del amor, que la palabra sea principio y fin.

Realmente no entiendo este raro mundo, en él conviven el odio, el rencor, la venganza junto con el amor, la compasión, la ternura, el perdón, acaso y el divino alfarero cuando nos creo lo hizo intencionalmente, de esa manera es posible que exista y surja la magia.

A fin de cuentas la vida es tanto un acto divino como un lugar mágico, un punto donde se encuentra y entrecruza la alegría con el dolor.

Un lugar en donde todo es posible, en donde debaten cotidianamente el ser con él deber ser, un momento de ternura y de tranquilidad, un espacio de ira y venganza, así al final existe ese algo mágico que nos ha motivado a la existencia, que le ha dado contenido y sentido a la vida, que es como Itaca, a quien le retribuimos lo andado con nuestra experiencia y entendimiento, sabremos entones que su verdadero valor radica en aquel don que ya nos ha sido concedido, el de vivir.

Así, lo mágico, lo fantástico de la vida se encuentra en nuestra capacidad de amar y ser amados, de perdonar y ser perdonados, de poder redimirnos y acaso el llegar a reinventarnos, de crear fantasías, de vivir nuestros sueños, de romper con lo cotidiano, con lo gris de la existencia, es como un arco iris sobre el cual cruzamos de un extremo a otro la vida.

Así pues, yo tomo la palabra y con el Bahara Gita digo:

“El Amor es la respiración en la vida del hombre. El amor es la conciencia en todos los seres. El amor es la meta de la vida humana. La vida humana está impregnada de amor. El hombre, incapaz de comprender el eterno principio del Amor, se ha degradado por lo físico, por las preocupaciones mundanas y por las ansiedades”.


El amor en tanto es el fundamento de la vida, es, por tanto el génesis y el fin de la existencia el amor por lo mismo es único e indivisible, es contundente como el granito, nítido como el agua, dulce como la miel, suave como el algodón, tierno como el alba y fresco como el rocío, cálido como el atardecer.

El amor también es amargo como la hiel, frío como el hielo, duro como el mármol.

El amor es todo y uno, el amor es como dice Lao Tse en el Tao Te Kin:

"Nada en el mundo es más blando y débil que el agua; mas ¡no hay nada como el agua para erosionar lo duro y lo fuerte!, pues nada puede reemplazarla.
Que lo débil venza a lo fuerte y lo blando venza a lo duro, es algo que todos conocen pero que nadie practica".


Así, el amor derriba muros y perfora como el agua la roca más dura, el amor y el amor es aprender a respetar, a buscar, a ser sabios, a construir a compartir, el amor es para una persona la amada, el amor es para todo lo existente

Para crear una paz interior, lo más importante es la práctica de la compasión y el amor, la compasión y el respeto por los seres humanos. Los más poderosos obstáculos para ello son la ira y el odio, el temor y el recelo. De modo que, mientras la gente habla de desarme en el mundo entero, cierto tipo de desarme interno es prioritario

Únicamente quien ama la vida es capaz de amar a otra persona, solo quien es capaz de perdonar puede vivir en paz y en armonía, solo quien es compasivo vive sin rencor y sin ira, sin odio, solo quien sabe dar es generoso y solo quien es generoso está vivo.

Así, el amor se da para todo y para todos, pero también se da para una sola persona.

Solo es posible dar el amor a quien le pertenece por que para esa persona fue gestado y nacerá, solo esa persona si lo desea podrá beber de él hasta él hastió, no es posible darlo a nadie más, porque no es suyo, eso sería una traición, una infamia.

Por ello el objeto de nuestro amor es único y verdadero, por ello creemos y justificamos, por ello mentimos y engañamos, por ello somos capaces de dar todo y estar satisfechos de no recibir nada, por ello podemos realizar los actos más heroicos o los más grotescos, por ello...

Entonces, el amor solo sucede cuando estamos vivos, cuando sentimos, cuando tenemos la capacidad del asombro y del arrebato, de la lujuria y la concupiscencia, cuando sabemos que el amor es un todo y como tal exige todo, cuando el amor romántico, dieciochesco se diluye y deja ver el amor verdadero, aquel que habita en nuestros cuerpos deseosos de sentir y en nuestros corazones deseosos de amar y ser amados.

El amor es un acto de compasión, de misericordia, de perdón, de redención, es la posibilidad real de reinventarnos y de ser como realmente lo anhelamos, de sentir y de soñar.

Entonces el amor es vida, es gozo, pero también es dolor, es el lugar, el momento en el cual la vida une lo amargo con lo dulce, lo suave con lo duro.

Por eso los amantes en tanto quienes se aman y gozan, comparten y viven, sueñan sus largos días, sus placenteras noches, más cuando esos amantes no son capaces de recibir, cuando el miedo les llena el alma destruyen la fantasía, rompen la magia de la vida.

Por ello creo que amar es también un acto de valor, valor para ser amado, valor para amar, es un acto de honestidad y de confianza, de entrega y de pasión, por ello también las medidas del amor no pueden ser las nuestras, su racionalidad radica en la pasión y puede concluir en la obsesión, por ello el amor verdadero es la unidad del cosmos.

Amar es un acto de compasión, de misericordia, es un acto en el cual damos la vida, y la damos por que entregamos los sueños, las esperanzas en manos del otro, lo hacemos coparticipe de nuestro espíritu y a la vez recibimos lo propio que nos es dado en correspondencia.

El amor no es justo, no busca ser justo, si así fuera seria monótono, anodino, sin sentido, sin fuerza, el amor es sensible y vuela de un extremo a otro cargando el fiel de la balanza hacia uno u otro lado.

Nos enamoramos, más no necesitamos esa mitad que nos hace formar la unidad, porque eso no es real, buscamos una unidad un ser completo, no mitades ni fragmentos, alguien con quien compartir, con quien caminar, de quien aprender.

A lo largo de la vida buscamos y pretendemos haber encontrado, sin embargo llega el momento de la ruptura, y se rompe aquello que creímos hacer con tanto cuidado, cristal delicado, se rompe por que construimos lo que nunca podrá ser factura humana en tanto que es un don divino y está ahí, por eso cuando realmente encontramos siempre perdura, subsiste, es indestructible.

Amar duele, es el dolor del saber que no es verdad o bien el del miedo, del temor del quien no acepta amar y ser amado.

El amor nunca hiere por que entiende, duele más comprende, es compasivo.

Llorar es el decir que estamos enamorados, es el saber que sentimos, que nos aceptamos, es el gritar cuanto te amo, es el aguardar la respuesta y no escuchar sonido alguno, llorar es entonces un acto de amor.

Por que únicamente ama aquel que es humano, aquel que vive, aquel que camina.

El amor por sí mismo no destruye, crea, transforma, pero jamás destruye, es nuestra desesperanza, nuestro dolor el que daña, por eso el amor es fuerte y valiente, es el sueño y el espíritu de dios, de no ser así que sentido tiene amar?

El amor es un acto de egoísmo en tanto te implica tu satisfacción, pero y paradójicamente es un acto de entrega en tanto te hace el dar, el conceder, el aceptar, esa es la magia del amor, la convivencia de sentimientos encontrados.

Entonces ¿cómo podemos culpar al ser amado de sus temores y de los actos que estos le llevan a cometer?, ¿cómo podemos culpar al ser amado de habernos enamorado de él, como?

El amor debe ser esperanza, más esta a veces hay que tenerla a buen recaudo por que los desencantos duelen más porque nos hemos mentido y de ser así, no vale la pena ser pacientes y prudentes y si no fuera así, no vale la pena perdonar.

También el amor es deseo, carne, sensaciones, cuerpos, sudores, olores, unión de uno en el otro, formación de un solo cuerpo, de un solo momento, de tacto que recorre geografías, de lengua que saborea, de ojos que disfrutan, de oídos que escuchan, de bocas que se dicen y se unen, de gritos y susurros, de silencios, el amor también es carne y deseo, eso es también amor.

Así, nuevamente cito a Lao Tse.

Todo el mundo dice que mi Tao es grande, aunque parece lo más extraño del mundo. ¡Pero es simplemente porque mi Tao es grande, por lo que no se parece a nada en la tierra! Si fuera comparable a cualquier cosa sobre la tierra, ¡qué pequeño habría sido desde el principio!
Tengo Tres Tesoros que guardo con cuidado y vigilo estrechamente. El primero es la Compasión. El segundo es la Sobriedad. El tercero es No osar ser el primero en el mundo. Porque soy compasivo, puedo ser valiente. Porque soy sobrio, puedo ser generoso. Porque no oso ser el primero, puedo ser el capitán de todos los barcos.
Si una persona quiere ser valiente sin ser primero compasiva, generosa sin ser antes sobria, líder sin estar dispuesta primero a seguir a otros, ¡sólo está cortejando a la muerte!
La compasión por sí misma puede ayudarte a ganar una guerra. La compasión por sí misma puede ayudarte a defender tu estado. Porque el Cielo acudirá al rescate de los compasivos y los protegerá con su compasión.

Posiblemente nuestras vidas sean monótonas, sin sentido, más si es así, somos impotentes ante la voluntad del Hado Ante tantas cosas, ante tantas preguntas no tengo respuestas, solo preguntas.

Sea pues lo que deba de ser y en su momento actuaremos como sea más conveniente, no neguemos el dolor, aceptémoslo como humana condición, y sobre todo que de nuestros bolsos ya raídos sé cayo la esperanza y los sueños, algunos de ellos fueron pisoteados, los otros, los que acaso y pudiesen germinar se han secado ya.

Hay un refrán español del siglo XVI que reza así: "El amor es una mar muy ancha" y yo creo que es como el horizonte, una línea imaginaria que entere más te acercas a él, más se aleja de ti.

Y el dolor, y la guerra, ese ser de mil cabezas que nos atormenta y devora, que se alimenta de nuestros miedos y ahoga las esperanzas y las fantasías.

Así el dolor de la agonía, de la desesperanza, de la destrucción convive con nosotros.

Y si bien el principio de la vida es el amor, la compasión, el perdón, es la búsqueda y el hallar las respuestas, el caminar por diversos caminos, el navegar por tantos mares, también la vida es dolor, es violencia, es crueldad, es ira, enojo, odio, intolerancia, es también, el foso de los lagartos.

La guerra no es la ausencia de paz, es la presencia constante de la violencia en todas sus formas.

La violencia es real, existe, devora al amor, la misericordia, la esperanza, la violencia es el argumento del poderoso, el cual por temor, por miedo, por cobardía golpea, grita, humilla, por eso es sordo y ciego.

El poderoso, el destructor se cree poseedor de la verdad, dueño único y absoluto de esta, de la palabra, del camino, de la vida, el solo sabe ordenar, no sabe pedir, no sabe dar, es egoísta y ambicioso, es alguien que esta vacio, terriblemente vacío, terriblemente solo y llena su vida con opresión, con indiferencia, con intolerancia, con dolor y con tristeza.

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