sábado, 15 de septiembre de 2012

202 años por la Paz



 

Mañana es 15 de septiembre del año 2012, un aniversario más del inicio de la guerra de independencia de lo que hoy es México contra la Corona Española, trono ocupado por José Bonaparte, (Pepe Botella), hermano del emperador de los franceses.

Sin embargo, este festejo, esta celebración me lleva recordar la realidad del país, en 1810 se toco la campana del curato de Dolores en lo que hoy es el estado de Guanajuato, en la capital de la república, en cada capital de cada estado, en cada municipio se hace lo mismo, se realiza una verbena popular, es un acto de festejo colectivo, sin embargo desde hace algunos años, hay lugares donde no se lleva a cabo la “ceremonia del grito”, por miedo a ser víctimas de la violencia, por eso decidí mirar la otra realidad, la cotidiana, la que llena nuestras vidas.


CNN – México publico el 20 de enero de este año  un artículo de Ashley Fantz “La lucha contra el narco en México: muertos a cambio de millones”, en el señala:

“La historia de violencia por el combate al crimen organizado se puede resumir en dos cifras: 48,000 muertos y 39,000 millones de dólares”.

“En los últimos cinco años, cerca de 48,000 personas han muerto en episodios de violencia supuestamente relacionados con el narcotráfico en México, según informó la Procuraduría General de la República recientemente. En los primeros tres trimestres del 2011, casi 13,000 personas murieron”.

“Frecuentemente, México es reducido —varias veces por semana— a titulares de prensa relacionados con muertes violentas, como de películas de terror. Treinta y cinco cadáveres abandonados en la autopista durante la hora pico en una de las principales ciudades turísticas. El rostro de una persona cosido a un balón de futbol. Cuerpos encontrados dentro de barriles con ácido. Cabezas rodando en concurridas pistas de baile de clubes nocturnos”.


Ante esto, me acorde de un discurso de Bob Kennedy que dio en 1968, la vigencia de sus palabras continúan, la trascendencia de las mismas más allá de las fronteras y del tiempo es evidente, por eso lo transcribo aquí, creo que por eso lo mataron, por hablar fuerte desde el centro del poder del país más poderoso del mundo.


Hoy no es un día para política, aprovecharé mi único acto de hoy, para hablarles brevemente, de la insensata violencia en América, que de nuevo salpica a nuestro país y la vida de todos nosotros. No incumbe a una sola raza, las víctimas de la violencia son negras y blancas, ricas y pobres, jóvenes y viejas, famosas y desconocidas; son sobre todas las cosas, seres humanos a los que otros seres humanos querían y necesitaban. Nadie, viva donde viva, haga lo que haga, puede estar seguro quien va a sufrir, por un acto insensato de derramamiento de sangre. Sin embargo, sigue, sigue y sigue en este país nuestro. ¿Por qué? ¿Qué ha conseguido siempre la violencia?, ¿Qué ha creado siempre? Siempre que un americano pone fin a la vida de otro americano, innecesariamente, ya sea en nombre de la ley, o desafiando la ley, ya sea un hombre o de una banda que mata a sangre fría o con rabia, en una ataque de violencia, o respondiendo a la violencia, siempre que se rasgue el viento de una vida, que otro hombre a tejido, torpe y penosamente, para él y sus hijos, siempre que hagamos eso, la nación entera será degradada. Y sin embargo parecemos tolerar un nivel creciente de violencia, que ignora nuestra común humanidad, y nuestras demandas a la civilización. Demasiadas veces celebramos la arrogancia y la chulería, y a los bravucones, demasiadas veces excusamos, a los que quieres construir su vida sobre los sueños destrozados de otros seres humanos. Pero hay una cosa clara, la violencia engendra violencia, la represión engendra venganza, y solo una limpieza de toda nuestra sociedad, puede arrancar este mal de nuestros corazones. Pues cuando enseñas a un hombre a odiar y temer a su hermano, cuando le enseñas que es un ser inferior, por su color, o sus creencias, o las normas que siguen, cuando le enseñas que los que son distintos a ti, amenazan su libertad, o tu trabajo, o tu hogar, o tu familia, entonces aprende también a enfrentarse a los otros, no como conciudadano, si no como enemigos, recibiéndolos no como cooperantes, si no como invasores que subyugan y someten. Y al final aprendemos a mirar a nuestros hermanos como extraños, extraños con los que compartimos una ciudad pero no una comunidad, hombres ligados a nosotros en una viviendo común, pero no en un esfuerzo común. Tan solo aprendemos a compartir un miedo común, solo un deseo común, de alejarse del otro, solo un impulso común, de superar el desacuerdo con la fuerza. Nuestra vida en este planeta es demasiado corta, el trabajo por hacer es demasiado grande para dejar que ese espíritu prospere por más tiempo en esta tierra nuestra. Desde luego, no podemos prohibirlo con militares, ni con una resolución, pero quizás podamos recordar, aunque se por un momento, que aquellos que viven con nosotros son nuestros hermanos, que comparten con nosotros el mismo corto momento de vida, que solo buscan, como nosotros, la oportunidad de vivir la vida con bienestar y felicidad, disfrutando lo que la satisfacción y el logro les proporciona. Seguramente este vínculo de sentido común, seguramente este vínculo de objetivos comunes, puede empezar a enseñarnos algo. Seguramente podremos aprender, por lo menos, a mirar alrededor a aquellos de nosotros que son nuestros semejantes, y seguramente podremos empezar a trabajar con algo más de entusiasmo y a curarnos mutuamente las heridas, y convertirnos otra vez, en hermanos y compatriotas de corazón.

Ciudad de Cleveland, Ohio “La amenaza absurda de violencia” Robert F. Kennedy 5 de Abril de 1968

Espero que el año que viene, en México, como en todo el mundo logremos terminar con la violencia, deseo que todos, absolutamente todos los habitantes de este planeta celebremos la independencia del miedo, de la violencia, del dolor, deseo ver a los niños corriendo, gritando, jugando, riendo, a los ancianos charlar, recordando su vida, deseo que podamos caminar sin miedo.

Yo sé que esto no corresponde a la ortodoxia patriótica, pero si es un grito el de la PAZ!!!!

“En sueños caminaba yo
entre la niebla y la ciudad
por calles frías desoladas
cuando una luz blanca y helada
hirió mis ojos
y también hirió la oscuridad
la vi brillar
la veo en el silencio
en la desnuda luz mire
vi mil personas tal vez más
gente que hablaba sin poder hablar
gente que oía sin poder oír
y un sonido que
los envolvía sin piedad
lo puedo oír
sonidos del silencio
entonces yo les quise hablar
entonces los quise ayudar
quise sentirlos como hermanos
quise tomarlos de las manos
pero no podían
no podía despertar
y entender
de un día en el silencio
se arrodillaban a rezar
aquella luz era su dios
yo les grite que despertaran
que la verdad ahí no estaba
que los profetas no, no son luces de neón
y que dios
siempre habla en el silencio”

Simon & Garfunkel - Los sonidos del silencio

No hay comentarios:

Publicar un comentario