domingo, 23 de septiembre de 2012

Solo pienso




“Cuando el poder del amor sobrepase al amor del poder, el mundo conocerá la paz."
 Jimy Hendrix..

Hace mucho, tanto, tanto tiempo; mucho antes de que el hombre caminara sobre la tierra o que en el cielo se vieran la luna y las estrellas, antes de que todo existiera, cuando nada era todo, Dios y el Diablo hicieron un pacto, dejaron que los humanos caminaran solos, no intervendrían en nada, no responderían a sus suplicas ni a sus deseos, solo dejarían que la humanidad existiera, eso es lo que cuentan os viejos, aquellos que saben todo porque todo lo ven, seres de fuego y estrellas, eso es lo ellos cuentan.

Por eso hay silencio, por eso en el cosmos solo se escucha la música de las esferas…


Si pienso que debería volar y en lugar de hacerlo me arrastro, sólo puedo deprimirme. Pero alguien me puede ayudar a darme cuenta de que ni vuelo ni me arrastro; simplemente, camino.

He visto los días y las noches, me he arropado con el viento y comido los sueños, hoy ya no hay tiempo.

Quisiera volver a sentir, volver a saborear el asombro, porque los asombros son la capacidad de maravillarnos ante lo cotidiano, ante lo que ahí esta y siempre es nuevo.

Quisiera sentir, recordar esa nube o ese pedazo de luna, sentir un cuerpo cálido, una sonrisa, porque la vida es sensaciones, delicias de cada momento, sueños que caminan a nuestro lado.

Quisiera tener tiempo, quisiera saber que todo puede ser, quisiera recorrer nuevamente los valles y las montañas, volver a caminar sobre la arena a la orilla del mar o nadar mar adentro, quisiera volver a sonreír, saber que es sentirse alegre.

Quisiera haber sido sabio, haber aprendido, quisiera no estar cansado, no estar en este infinito letargo que antecede el final.


“nunca tuvimos ni paciencia ni olvido/ pero un poco más lejos hacia nada/ están las lámparas de viaje/ temblando suavemente”.

“en esta noche, llena de insomnio, donde gasté más de un paquete de cigarros, me pregunto cuál es el sentido de las palabras. Si las palabras dicen lo que dicen, o más, o todo, o nada, o lo que se quiere escuchar, o el sinsentido.

“escribo una historia igual a otra historia. Escribo partiendo a un destino sin puerto. Tengo miedo de este mundo. Tengo miedo de este abismo en libertad. No sé cómo mirar la luz de la mañana. Nunca se está a salvo de uno mismo.

El vértigo duele con la intensidad del desgarramiento.

Tengo la devoción que marca cada paso. Pero el paso: adónde se dirige.

Hoy no escribo poemas, hoy escribo las palabras del desamor”.

La imposibilidad de escribir...
la necesidad de hacerlo
la solicitud de hacerlo
la literatura como evidencia
de nuestros pasos

Mas que hijos,
los poemas
declaran
que un día

algún ser
trato de burlar
la soledad
y el tiempo

nunca se logra
el olvido
aplasta

de la obra solo queda
la firma
y una falsa
biografía.


Recuerdo el miedo, la alegría, lo desconocido, el gozo, el placer, los olores, los cuerpos desnudos, uno frente al otro, ambos temblando de emoción, ambos temblando de miedo ante lo desconocido pero anhelado, ambos buscando con sus manos sudadas y temblorosas el otro cuerpo, ambos por primera vez, ambos aprendiendo juntos el placer de vivir.

Eso quisiera, nuevamente estar lleno de sensaciones, de emociones, ambos desnudos, por vez primera, compartiendo todo, intentando ser uno solo, aprendiendo juntos.

¿A quién le digo? todo lo que soy que lo único que tengo es mi cuerpo, mi inteligencia y mi corazón, que esto es lo que soy y solo esto puedo dar, solo mi vida.

Ya no escucho, mi corazón no me habla ha enmudecido, esta maltratado y triste, solo, ya no lo entrego a nadie para que lo cuide, para que lo ame, porque en él me va la vida y el alma, para que me ayude a sanarlo.

me pregunto qué es lo que en verdad necesitamos.

¿La idea no ha muerto?

Ciertamente no ha muerto la idea, porque nada muere definitivamente. Todo reaparece bajo nuevas formas, pero nada muere por completo.

¿Pero las formas sí cambian?

Las formas cambian, sí; las formas son importantes.

La convicción de que la vida tiene una finalidad está grabada en todas las fibras del hombre, es una propiedad de la sustancia humana. Los hombres libres llaman de muchas maneras a tal finalidad, y sobre su naturaleza piensan y hablan mucho.

Me parece, en cambio, digno de atención este hecho: queda claro que hay entre los hombres dos categorías particularmente bien distintas: los salvados y los hundidos. Otras parejas de contrarios (los buenos y los malos, los sabios y los tontos, los cobardes y los valientes, los desgraciados y los afortunados) son bastante menos definidas, parecen menos congénitas, y sobre todo admiten gradaciones intermedias más numerosas y complejas.

Primo Levi (Si esto es un hombre, fragmento)

Y si ya no hubiera tiempo, porque todo tiene su tiempo, un tiempo para amar, otro para el enojo, otro más para el perdón, así los tiempos se distribuyen en el cosmos, forman parte del tiempo del universo y ¿si mi tiempo ya fue?

Yo le pregunto a Dios, yo le grito a Dios, si ya fue, si ya no es mi tiempo para amar y ser amado ¿¡entonces, que!?

Le he dicho a mi corazón que se endurezca, que sea duro, que no sienta, le he dicho a mi corazón que deje de latir, le he dicho a mi estomago que ya no sienta ese vacío de emoción cuando la veo, le he dicho a mi cuerpo, deja de sentir, a mi corazón deja de latir.

“Hay cuatro cosas en la vida que jamás regresan: la flecha disparada, la palabra pronunciada, la vivencia que se tuvo y la oportunidad desperdiciada”.


Los péndulos son mágicos, se mueven, giran sobre su propio eje, en un vaivén constante, deslizándose sobre el aire, se mueven a su propio ritmo, a su tiempo, siempre a su tiempo y cuando llegan a detenerse lo hacen siempre sabiendo que el tiempo es como el viento, sopla siempre, pero siempre regresa, hace que todo se mueva, por eso los péndulos son mágicos, son únicos, son los instrumentos que Dios utiliza para medir la vida.

Ya no importa, mi péndulo ya casi no oscila.

Al principio, existe un gran salón donde se encuentran todas las almas reunidas, ahí los ángeles de Dios forman las parejas, para que, cuando esas almas sean humanos encuentren el alma que les ha sido designada, ese es el don del amor, verdadero, ese es el gran secreto, la piedra filosofal de la existencia.

Hoy ya no hay tiempo, los dones fueron desechados, cayeron sobre tierra yerma, la vida se volvió un vacio, el largo letargo, ese dejarse ir, ese dejarse de sentir, ese corazón roto, esa alma vacía, ese espíritu seco, el tiempo de la tregua ya fue y solo queda el cansancio, el infinito deseo de la no existencia, el hastío, la desolación.


Ya nadie habla, el corazón apenas y si murmura, ahora yo le digo; “Mmmm... corazón no hay amor, pero hay cariño, nunca he sentido amor por otras personas, pero las estimo y me agradan, nunca he llegado a odiar. Necesito a alguien que me ayude, alguien que me enseñe a amar... que me diga el significado del amor”

Porque no logre encontrar, porque he perdido el camino, por que se que la necesito y no logro saber cómo decírselo, por que se que no he aprendido a amar, por que se que el tiempo de la tregua concluyo, por que se que solo puedo esperar

"Es evidente que Dios me concedió un destino oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Al principio me resistí a creer que eso pudiera ser la felicidad. Me resistí con todas mis fuerzas, después me di por vencido y lo creí. Pero no era la felicidad, era sólo una tregua. Ahora estoy otra vez metido en mi destino. Y es más oscuro que antes, mucho más".

Mario Benedetti “La Tregua”


Eres todo lo que pedía, lo que mi alma vacía quería sentir…

Soledad Vespertina.
Sara Fuentes

Vida, es que acaso esto es imposible? Quiero sentirme vivo!!!! No más espíritu apagado en mí, no más días que se van y y se diluyen con sabor a vinagre, sin sal ni pimienta, invadidos de gris oscuridad, cubiertos los ojos para no dejar entrever, cerrados los labios para no dejar conocer, inexistiendo en una burbuja de acero frío, sin arcoiris de luz y sonido. Soy el caballero de la triste figura, (pero no más triste que mi tristeza), desparramado cojines abajo, no ruidos, no risas, no llantos, no penas, pobre y pétreo espíritu, muriendo de escaso nutriente de voces, de interrupciones, de expresiones, callando, siempre callando a grito cerrado, vagando entre paredes, ojos clavados en maldito invento del siglo xx... o bendito? voces y figuras sin vida inundan mi espacio, mudas o gritando, perdidas tras un botón. Cuando mis párpados se niegan a permanecer más tiempo abiertos, cuando a punto del exterminio, mi espíritu débil se rinde a la muerte del día, oprimo el botón en el momento en que mi voluntad no responde más y a ojos cerrados conduzco mis pasos hasta la blancura y abandono, lugar de olvido, inexpresión, sueños, donde todo parece ser, donde todo parece existir, incluso hasta la felicidad... Ya pronto arribará la luz, y empezará el ajetreo de un nuevo día, antídoto de las soledades vespertinas...


Una Luz para los corazones oscuros... luces del interior que no pueden iluminar más
allá... el fuego de la vida...

Alejandro
(Escrito en febrero del 2008 en la madrugada en que estoy sintiendo tu cuerpo escurrirse suavemente entre mis manos).

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
Sabines

“...Había una vez una flor, una piedra, un cristal, una reina, un rey, un palacio, un amante y su amada, en algún lugar, hace mucho, mucho tiempo, en una isla en medio del océano, hace cinco mil años...
De esa especie es el amor, la flor mística del alma.
Ese es el centro del sí mismo...”
Carl Gustav Jung


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