martes, 26 de febrero de 2013

Poesia eres tu cuando yo estoy contigo - Poesía Persa




Soy así

¿Que yo del vino soy devoto ciego?
 Y bien, lo soy.
¿Que soy infiel, idólatra del fuego?
Y bien, lo soy.

Cada uno de mí en su idea fía;
mas yo, dueño de mí, tengo la mía:
Soy lo que soy.

El vino del amor

Mi pobre corazón de angustia herido
y de locura, no podrá curarse
de esta embriaguez de amor, ni libertarse
de la prisión donde quedó sumido.

Pienso que el día de la creación
en que el vino de amor fue al hombre dado,
el que llenó mi copa fue esenciada
con sangre de mi propio corazón.

Omar Khayyam


Poemas persas
De autor desconocido

Por eso el corazón tiembla ante el amor,
como si tuviera ante sí la amargura de la muerte.
Porque en donde el corazón despierta, muere
el yo, el sombrío déspota.

Oigo tus cabellos
cuando caen como lluvia
y me pregunto si tú lo sabes.

Vive felizmente con las de ojos negros
que el mundo no es nada más que viento y fábula.
Alégrate de lo que has conseguido
y no recuerdes el pasado.
Para mí aquel rizado y perfumado cabello,
para mí aquella cara de luna que es de raza de ángeles.
Afortunado es el que utiliza y obsequia,
desafortunado el que no utiliza y no ofrenda.
Este mundo de anhelo es como el viento y la nube,
acerca el vino, ¡pase lo que pase!
شاد زي با سياه چشمان شاد
كه جهان نيست جز فسانه و باد
زآمده شادمان ببايد بود
وز گذشته نكرد بايد ياد
من و آن جعد موي غاليه بوي
من و آن ماهروي حور نژاد
نيكبخت آن كسي كه داد و بخورد
شور بخت آن كه او نخورد و نداد
باد و ابر است اين جهان فسوس
باده پيش آر ، هرچه بادا باد
رودکی سمرقندی
Otras señales son: que el amante vuele presuroso hacia el sitio donde está el amado; que busque pretextos para sentarse a su lado y acercarse a él; y que abandone los trabajos que le obligarían a estar lejos de él, de al traste con los asuntos graves que le forzarían a separarse de él, y se haga el remolón en partir de su lado.
No está reprobado por la fe ni vedado en la santa Ley, por cuanto los corazones se hallan en manos de Dios Honrado y Poderoso, y buena prueba de ello es que, entre los amantes, se cuentan califas y rectos imanes.

¡Oh tú, en cuyas mejillas ha escrito el vello dos líneas que,
al destruir tu belleza, despiertan ansias y cuidados!
No sabía que tu mirada era un sable, hasta ahora
que te he visto vestir los tahalíes del vello.

Le di aquello que me pedía, le hice mi señor...
El amor ha puesto bridas en mi corazón
como un camellero pone bridas en su camello.

¡Cuántas noches me han servido las copas
las manos de un corzo que me compromete!
Me hacía beber de sus ojos y de su mano
y era embriaguez sobre embriaguez, pasión sobre pasión.
Yo tomaba los besos de sus mejillas y mojaba mis labios
en su boca, ambas más dulces que la miel.

Turbado por las miradas, te parecería
que acaba de despertarse del sopor del sueño,
la blancura y rubicundez se asocian en la belleza,
sin que sean contrarias, pues son semejantes;
como cadenas de oro rojizo sobre un rostro de plata,
así la aurora, blanca y rubia,
es la que parece imitarle.
Cuando aparece el rubor en sus mejillas
es como el vino puro en cristal de roca.
Yo le seguí hasta la puerta de su casa,
porque hay que seguir a la pieza hasta alcanzarla,
le até con mis riendas
y fue dócil a mi bocado.
Fui a beber a los pozos del deseo
y pasé por encima de la vileza del pecado...

Tengo un amado alto, blanco, rubio.
¿Has visto de noche la luna? Pues él brilla más
Me dejó el traidor y luego vino a verme y saber mis nuevas:
tapó mi boca, calló mi lengua,
hizo como la lima con mis barruntos.

Desde que nací hasta ahora, pláceme el descoco,
y hay algunas cosas que nunca me faltan:
con todo bebedor y fornicador me junto.
Cuando alguien le recordó que quien es serio en esta vida será recompensado con el Paraíso, el irreverente Ibn Quzman respondió estar en el Paraíso en esta vida, vindicando su libertino estilo de vida
Si el paraíso me dieran, vino sería
y amar beldades.

Allí fuimos de broma y desenfreno,
ora con mozos, ora con mujeres;
corrieron copas y hubo lo que hubo.
Consejeros, dejaos de monsergas:
¡mi vicio es virtud! 

Al recordar el tiempo de mi juventud, es como si se encendiese
el fuego del amor en el pecho.
Aquellas noches en que no hacía caso de la sensatez del consejo
y seguía los errores de los alocados;
condené al insomnio a los párpados somnolientos
y recogí el tormento de las tiernas ramas.

Te abrazaba la cintura tierna,
bebía de la boca agua clara.
Yo me contentaba con lo permitido,
pero tú querías aquello que no lo es.
Expondré aquello que ocultas:
¡Oh gloria de la caballería!
Defendiste las aldeas,
pero violaste a las personas

El vino es abatido y cae de bruces,
expulsando por su boca un aroma violento;
la copa es un caballo alazán que da vueltas,
con un sudor en el que fluyen las burbujas;
corre con el vino y la copa, una luna
de rostro hermoso y sonrisa mielada;
armado de punta en blanco, en su cintura y en su mirada,
hay también armas y espadas penetrantes.

Gacela llena de coquetería,
que a veces nos agrada y a veces nos asusta;
arroja naranjas en una alberca
como el que mancha de sangre una cota de malla.
Es como si arrojase los corazones de sus amantes
en el abismo de un mar de lágrimas.

Aprendió el oficio de carpintero y me dije:
«Quizá lo aprendió del aserrar de sus ojos en los corazones»
¡desgraciados los troncos que se apresta a cortar,
unas veces tallándolos y otras a golpes!
Ahora que son maderos, comienzan a coger el fruto de su delito,
de cuando, siendo ramas, se atrevieron a robar la esbeltez de su talle.

¿Es un sol con la túnica de púrpura
o una luna ascendiendo sobre una rama de sauce?
¿Muestra unos dientes o son perlas enfiladas?
¿Son ojos lo que tiene o dos leones?
¿Una mejilla de manzana o una rosa
que de los escorpiones guardan dos espadas?

Ésa es la razón que me impide dormir:
cuando suelta sus bucles sobre el rostro,
parece la luna en las tinieblas de la noche;
es como si a la aurora se le hubiese muerto un hermano
y la tristeza se hubiese vestido de luto.

2 comentarios:

  1. Me voy a profundizar la poesía persa. Puede ser una excelente fuente de inspiración.
    Los musulmanes siempre han sido muy sensuales.

    Saludos.

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    1. Hola Marta, eso me parece muy bien, la poesía persa tiene el encanto del desierto y la frescura aromática del Jazmín, es suave, tersa y envolvente, como el canto, en fin, espero que tu experiencia con los persas sea hermosa y si es posible, el mundo musulmán tiene maravillas, para mi gusto, sobre todo las de Al-andalus.

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