viernes, 23 de agosto de 2013

Juicio a Dios...





Hace mucho tiempo me preguntaba ¿Dónde estaba Dios?, realmente no lo sé, hace muchos años no creía que existiera, hoy lo he aceptado, acaso por comodidad, en fin, sé que Dios invento el pecado, de hecho, entre los musulmanes la yihad es la forma de enfrentar el pecado, está es la batalla contra la tentación y el pecado por el auto-control.

Así el pecado es básicamente el alejarse de Dios, el desobedecerle, el hacer caso omiso a sus preceptos, sin embargo, por su omnisciencia es imposible tan siquiera suponer que pudiese haber un error que no fuese concebido como tal por su inmensa mente, de tal suerte que él no se desvía jamás de sus propios preceptos.

Yo soy un pésimo pecador, cuando me animo a hacerlo, es tal mi miedo que me sale mal y como estoy arrepentido desde antes, sufro demasiado, realmente siento que tengo marcada en la frente cualquier acción que cometa y que yo (como parte de Dios –esto puede ser o no una herejía-) no logro obtener un más mínimo alivio y mucho menos placer, de ahí que el pecado adquiera en mi caso dimensiones épicas.

Y traigo esto a colación, porque si Dios no siente vergüenza ni arrepentimiento por que sus pecados no son tales, nosotros, su creación debemos de velar por que esto no suceda.

Él en cierto sentido, firmo un pacto con la humanidad, si queremos redimirnos (el pecado original) debemos de sufrir y reconciliarnos a través de nuestros pensamientos y acciones con Dios, sin embargo, si ese pacto se rompe, si ese pacto de altera por decisión unilateral de quien detenta el poder ¿no deberíamos poder enjuiciarlo?, ¿no deberíamos poder saber por qué haciendo uso de su inmenso poder nos corrompe?.

Hace cosa de dos años, por casualidad me encontré en la TV un film en este sentido, está basado en uno de los actos más vergonzosos y ominosos de la humanidad, el deseo y procedimiento de exterminio de un pueblo entero, no por sus creencias religiosas o ideológicas de cualquier índole, sino por sus características genéticas.

Hoy en día, en mi país, en mi ciudad la violencia, el despojo, el desprecio por la vida y la dignidad humana son el fruto prohibido, atractivos que son tentadores, lugar de homicidios, trata de personas, perdida de todo lo humano-

Por esto, les comparto esta película, la cual, les recomiendo que vean sin prejuicios, solo como lo que es, un simple juicio, un juicio a Dios.

Alejandro.


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