viernes, 7 de mayo de 2010

Y al final solo nos queda la luna...


La luna tiene encanto y magia ,nos hace transformarnos, somos seres de la noche, amantes furibundos, generosos y llenos de gozo, la luna es siempre el último lugar, por eso recurrimos a ella, porque es guía, luz que ilumina con plata los valles y los bosques, reflejo en el agua de los océanos y los ríos, diosa, de lo oculto, de lo intimo, de lo sensual ,de lo erótico, de los cuerpos y de los sueños que juegan cada noche, que se buscan y vuelan y el viento sopla para llevarlos de un lugar a otro..

Esto lo escribi una noche de febrero del 2008 cuando la luna llenaba el alma del cielo.
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A la hermosa luna que me llena y cobija.

Cuentan los viejos que hace muchos, muchos años, la luna no existía, que solo estaban las estrellas, sin embargo, un buen día cuando Dios se despertó notó que no habían llegado a tiempo la Esperanza y la Fantasía, las busco por todos lados y las encontró caminando y muy cansadas, Dios les pregunto qué había sucedido, por que no habían regresado a tiempo.

La Fantasía le respondió que ellas viajan siempre acompañadas de sus pequeños hermanos, los Sueños y que mientras estos acarician las cabezas de los hombres, ellas se quedan con ellos para que los hombres tengan fantasías y esperanzas mientras duermen y los sueños los cobijan.

Pero al terminar, en ese momento en el cual el día y la noche se unen en uno solo, ellas regresan, sin embargo, ese día, la noche no quería irse porque estaba jugando con los sueños, así que ellas (la Esperanza y la Fantasía) decidieron regresar solas, pero todo estaba tan oscuro que se perdieron, le pidieron a las estrellas que les marcaran el camino, pero muchas de ellas ya se habían ido a dormir, así que caminaron durante mucho tiempo hasta que Dios las encontró.

Ante esto, Dios decidió que debería de haber algo en el cielo que guiara y llenara de gozo y paz a quienes lo vieran, y tomando un cabello de la esperanza, una sonrisa de la fantasía, un suspiro de los sueños y una canción de la noche, los mezclo, con un poco de polvo de estrellas y una lagrima, EL formo una bola y soplo sobre ella, así esta comenzó a subir hasta el cielo y desde entonces la Luna está ahí, cuidando que siempre puedan ver en la noche, que quienes se cobijen con ella puedan tener hermosos sueños, deliciosas fantasías, grandes esperanzas, que sientan que ella está ahí para acompañarlos, para que quienes tengan hambre tomen un pedazo de luna y lo coman y así sacien su apetito, para que quienes se sientan solos se llenen sus almas y para que los amantes gocen y se duerman en una cama de luna.

Por eso la Luna tiene tantos hoyos, porque todos le hemos comido y probado un pedacito.

Alejandro / febrero 2008
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He aquí dos de mis lunas favoritas...
Alejandro

Claro de Luna - Claudio Aquiles Debussy

La Luna
La luna se puede tomar a cucharadas o como una cápsula cada dos horas.

Es buena como hipnótico y sedante y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía.

Un pedazo de la luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo: sirve para encontrar a quien se ama, para ser rico sin que lo sepa nadie y para alejar a los médicos y las clínicas.

Se puede dar de postre a los niños cuando no se han dormido, y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos, ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna debajo de tu almohada y mirarás lo que quieras ver.

Lleva siempre un frasquito del aire de la luna para cuando te ahogues y dale la llave de la luna a los presos y a los desencantados.

Para los condenados a muerte y para los condenados a vida, no hay mejor estimulante que la luna, en dosis precisas y controladas.

Jaime Sabines

Sonata Claro de Luna - Beethoven

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