domingo, 2 de octubre de 2011

Carta a mi mismo 3



Hola, Alejandro, sabes, a mí me gustan las librerías, y recuerdo el comentario que me hiciste mientras caminábamos por la calle de la Condesa mirando libros, recuerdas, tú me decías que no te gustaban esas librerías gigantescas, en ese momento no te conteste porque estaba ocupado hojeando unos libros, pero estoy de acuerdo contigo, no estás que son supermercados donde los textos solo son mercancías sin alma, donde los pedantes asisten para adquirir por osmosis un baño de conocimiento, me gustan las librerías donde puedes mirar, tocar, oler (me encanta oler los libros), sentir su textura, eso antes de conocerlos, es como un ligue entre ellos y yo, me gustan las librerías en las cuales te encuentras con alguien que lee, que busca en los textos, que la librería para esa persona no solo un empleo, es un acto de generosidad, de compartir, me gustan las librerías donde puedes mirar y caminar despacio sin que te observen, sin que te consideren su cómplice (de los libreros millonarios), un ladrón, por que quien entra a una librería siempre espera caminar, buscar, sentir, espera poder charlar con alguien que le recomiende textos por su contenido (ya leído obviamente.

Tienes razón, esas librerías que son ajenas a espíritu humano son al igual que los Starbuck´s y seres similares, futuro de soledad, no de compañía, no de conocimiento, lugares de moda, sin mayor trascendencia que el dinero que puedas portar en tu bolsillo.

Comparto contigo ese disgusto por esos supermercados de libros y el gozo por los libros que aun puedes hojear y donde con algo de suerte te encuentres con un buen librero, viejo oficio, digno del mejor espíritu humano.

Un saludo.

Alejandro.

1 comentario:

  1. Saludos,
    no se si te acuerdes de mi, pero hace meses te escribi para lo de un blog.
    Nada mas pasaba a saludar. :)
    te dejo mi blog http://monstercore.blogspot.com/

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