“No
podemos enseñar nada a nadie; Tan sólo podemos ayudarles a encontrar
la respuesta por sí mismos”
"Conozco
un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca
ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa
que sumas. Se pasa el día diciendo, como tú: "¡Soy un hombre serio! ¡Soy
un hombre serio!", lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un
hombre, ¡es un hongo!." Asì dice Antoine de Saint-Exupéry en el
Principito.
Y tú, si a ti te hablo, tú
¿acaso has visto los ojos de una estrella? (Huyen. Se ve que huyen / vueltas
de espaldas a la tierra. / Nosotros no hemos visto todavía / los ojos de una
estrella. / Para buscar lo que buscamos / (¿dónde está mi sortija?) una cerilla
es buena, / y la luz del gas, / y la maravillosa luz eléctrica… / Nosotros no
hemos visto todavía / los ojos de una estrella. León Felipe), no creo que nunca has visto el cielo, no
has volado con el viento, no has sentido la luna en tu piel desnuda o el agua
del océano, no has sentid la grama tocar tus pies descalzos mientras caminas ni
el rocío al amanecer o el agua cuando cae y se desliza sobre tus mejillas.
Sabes, yo creo que la vida
es un camino, es un texto que escribimos o andamos, es un ponto de partida
lleno de finales e inicios, de sueños y deseos, de tormentas y mares calmos.
Cuando era niño soñaba con
ser general de grandes ejércitos, ir a batallas épicas, me veía como Héctor o
Aquiles, soñaba con volar entre las nubes y probarlas, saber si son como los
algodones de dulce que me compraban, soñaba con que recorría los mares llevado
por una gran tortuga o que llegaba a las profundidades oceánicas a jugar con sirenas,
tritones y delfines, ah! entonces soñaba.
Hoy he visto que la vida
tiene hartos vericuetos y que todos deben recorrerse, deben ser capítulos escritos
y terminados, caminos andados y al momento siguiente esta nuevamente la hoja en
blanco, como una gran mar océano para ser navegada por nosotros, pagina que
aguarda a ser escrita
Y
nadie te enseña en esos caminos nada que tu no lleves dentro de tu morral y estés
dispuesto a usar, caminos nuevos y caminos viejos, unos por ser andados, otros
ya recorridos.
En
mi vida ha habido algunos momentos en que a pesar de todo, la vida isma me ha
dado la oportunidad de reinventarme, de redimirme, de seguir siendo siendo a la
vez otro, como el yin y el yang.
Cuando
decidí estudiar arqueología, dejar un camino andado, más no olvidado, aprendí
que a veces uno debe seguir sus sueños, pero que estos también te llevan por
caminos y senderos a veces oscuros y terribles, pero al final, siempre puedes
optar, el albedrio, el aprendizaje, la inercia ¿acaso?, estudie antropología, descubrí
que la arqueología solo me da una pate de lo que busco, pero que sin ese interés
no habría encontrado mi camino.
La
segunda vez fue cuando opte por ser consecuente entre mis creencias, mis
principios y mí actuar, esa vez conocí el poder, el real, aquel que puede volverte
invisible, aquel que hace que los poderosos se alejen de lo humano, sintiéndose
dioses y no mirando sus propios demonios, ahí conocí el dolor, la humillación,
el desprecio y el olvido.
La
tercera vez que un capitulo inicio fe cuando supe que podía ser padre, que solo
se necesita lo que tanto dolor costo aprender, aceptación, tolerancia,
entendimiento, comprensión, es curioso, como es posible que esto sea tan difícil
de aprender y renuente a nuestras manos y corazones cuando esto es su esencia y
sentido, tarde en aprender, pero tuve una niña que maravillosamente me educo "Las personas mayores nunca son capaces de
comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que
darles una y otra vez explicaciones" dice nuevamente Saint-Exupéry.
La
cuarta cuando vi a mi hijo, ahí supe el dolor y la angustia del futuro, pero
sobre todo la alegría y la esperanza.
En la
quinta me fui, camino nuevo que andar, solo, nuevamente solo, aprendí a perdonar,
a no envidiar ni a tener rencor, aprendí que hay muchas maneras y formas de la
otredad, pero siempre es la misma, “Ahora: si
hay alguno que llamado por ti escuchó tu voz y pudo evitar los delitos que
ahora recuerdo y confieso y que él puede leer aquí, no se burle de mí, que
estando enfermo fui curado por el mismo médico a quien él le debe el no haberse
enfermado; o por mejor decir, haberse enfermado menos que yo. Ese debe amarte
tanto como yo, o más todavía; viendo que quien me libró a mí de tamañas
dolencias de pecado es el mismo que lo ha librado a él de padecerlas” San Agustín. Libro II, capítulo 7.
En
esta, la sexta he aprendido que estoy solo, que todo concluye y sin embargo, la
vida fluye como lo hace el agua en el rio de forma natural, sigue su cauce normal
y sigue su camino llena de vida por donde transita en ella se refleja todo lo
hermoso y bello, hasta llegarse a confundir con el infinito el sol y las
estrellas, cuando tan solo miras a tu corazón como lo que es, una cauce de un
rio que fluye sin parar emana vida y lo más importante llena de amor todo a su
alrededor. He aprendido a saber que puedo y que quiero, a tener paciencia, a
buscar pero sobre todo a saber que busco y como lo hago, he aprendido que ya no
hay nadie y que siencio es hermoso, veo con tranquilidad el tiempo, la
clepsidra ya no me asusta, no necesito ya el sextante ni el astrolabio, solo se
que todo fluye.
“Ama
y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con
amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor” San Agustín
Hoy
se que cada camino es tan solo parte del mismo, de ese que se inicia con el
primer llanto, de ese que proviene de mis ancestros de mis abuelos indios y
negros, judíos, árabes, iberos, romanos, del polvo de las estrellas.
Alejandro.
“Por nuestra parte debemos
iluminar el viejo mundo y crear positivamente el mundo nuevo./ Cuanto más
tiempo dejen los acontecimientos para reflexionar a la humanidad que sufre,
tanto más perfecto vendrá al mundo el fruto que el presente lleva en su vientre”
Karl Marx
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