viernes, 31 de agosto de 2012

Generaciòn Beat, John Grinsberg & Jack Kerouac




Hoy he vuelto a estar en el hospital con mi madre, casi 10 horas, en ese tiempo pude ver a esas personas que aquí dejan de ser números, estadísticas sin sentido, son rostros, muchos de ellos de viejos, ancianos, los más vienen solos, ahí aguardan, lentamente, esperan su turno, acaso así suceda con el infierno, es solo esperar a ser llamados, algo que nunca sucede, solo esperas tu turno, en silencio, acurrucado en una silla en el ascético sitio.

De pronto, vi a los jóvenes, ¡Dios Mío! Son demasiados, ellos como los viejos están ahí, deseando jugar, charlar, llenos de dolor y de tristeza, la vida parece humo entre sus manos.

Me vienen a la mente esas cifras sin rostro de los miles de muertos en mi país, muchos de ellos son daños colaterales, las otras víctimas, aquellas que no son ni siquiera dignas de entrar como un mero dato en los estadísticos, solo son los padres, hermanos, familiares y amigos, ah! son tantos…

Me viene a la mente la generación Beat, los beatkins, John Grinsberg y Jack Kerouac, generación que abre caminos, no acepta las guerras y grita, grita fuerte contra ellas, aulla, que busca y recorre caminos, que anda en el camino, me viene a la mente por que creo que es el momento de que estos viejos y jóvenes-niños sean solo datos y aquellos otros, solo son sufrimiento y dolor, pues ni en los números de las estadísticas los consideran.

En fin, los dejo con algunas cosas de estos dos beats.

Alejandro.

 John Grinsberg

Aullido

“He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz.

Quienes expusieron sus cerebros al Cielo, bajo Él y vieron ángeles mahometanos tambaleándose en los techos de apartamentos iluminados.

Quienes pasaron por las universidades con ojos radiantes y frescos alucinando con Arkansas y la tragedia luminosa de Blake entre los estudiantes de la guerra.

Quienes fueron expulsados de las academias por locos por publicar odas obscenas en las ventanas del cráneo.

Quienes se encogieron sin afeitar y en ropa interior, quemando su dinero en papeleras y escuchando el Terror a través de las paredes”.

ooOOoo

Howl

I saw the best minds of my generation destroyed by madness, starving hysterical naked, dragging themselves through the negro streets at dawn looking for an angry fix, angel headed hipsters burning for the ancient heavenly connection to the starry dynamo in the machinery of night, who poverty and tatters and hollow-eyed and high sat up smoking in the supernatural darkness of cold-water flats floating across the tops of cities contemplating jazz,

Who bared their brains to Heaven under the El and saw Mohammedan angels staggering on tenement roofs illuminated.

Who passed through universities with radiant cool eyes hallucinating Arkansas and Blake-light tragedy among the scholars of war.

Who were expelled from the academies for crazy & publishing obscene odes on the windows of the skull.

Who cowered in unshaven rooms in underwear, burning their money in wastebaskets and listening to the Terror through the wall.

Who got busted in their pubic beards returning through Laredo with a belt of marijuana for New York.




Jack Kerouac

Himno

Y cuando me mostraste el puente de Brooklyn
         por la mañana
                  ¡oh Dios!
Y la gente resbalando sobre el hielo de la calle,
dos veces,
         dos veces,
                  dos personas diferentes
                  cruzan, yendo a trabajar,
                  tn dispuestas y confiadas,
                  abranzando su piadoso
                  Daily News mañanero
                  resbalan en el hielo & caen
                  ambas dentro de 5 minutos
                  y yo lloro, lloro
Eso es cuando me enseñas las lágrimas, ¡Ah
         Dios! por la mañana,
                  ¡Ah, tú!
Y yo apoyándome en el farol sollozando
ojos,
         ojos,
                  nadie sabe que lloro
                  o no se preocupan de nada
                  pero ¡Oh! vi a mi padre
                  y la madre de mi abuela
                  y las largas filas de sillas
                  y lágrimas sentadas y muertas,
                  ¡Ay de mí!, sé Dios que
                  tenías planes mejores que ése
Así que cualquier plan que tengas para mí
Extrema majestad
Haz que sea corto
         breve
Haz que sea enérgico
         llévame a casa a la Madre Eterna
         hoy
A tu disposición de cualquier modo,
         (y hasta entonces)


ooOOoo

En el camino

Y seguimos hacia aquel triste y repugnante concierto al que no me apetecía nada ir y todo el tiempo estuve pensando en Dean y en cómo se subiría al tren y recorrería una 207 vez más cinco mil kilómetros sobre este terrible país y nunca llegué a saber por qué se  había presentado en Nueva York, excepto para verme.

Así, en esta América, cuando se pone el sol y me siento en el viejo y destrozado malecón contemplando los vastos, vastísimos cielos de Nueva Jersey y se mete en mi interior toda esa tierra descarnada que se recoge en una enorme ola precipitándose sobre la Costa Oeste, y todas esas carreteras que van hacia allí, y toda la gente que sueña en esa inmensidad, y sé que en Iowa ahora deben estar llorando los niños en la tierra donde se deja a los niños llorar, y esta noche saldrán las estrellas (¿no sabéis que Dios es el osito Pooh?), y la estrella de la tarde dedicará sus mejores destellos a la pradera justo antes de que sea totalmente de noche, esa noche que es una bendición para la tierra, que oscurece los ríos, se traga las cumbres y envuelve la orilla del final, y nadie, nadie sabe lo que le va a pasar a nadie excepto que todos seguirán desamparados y haciéndose viejos, pienso en Dean Moriarty, y hasta pienso en el viejo Dean Moriarty, ese padre al que nunca encontramos, sí, pienso en Dean Moriarty.




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