miércoles, 15 de octubre de 2014

522 años de ese 12 de octubre


"Frecuentemente el bien queda sepultado con sus huesos."

William Shakespeare,  Julio Cesar, III Acto, Escena II

Nuevamente es 12 de octubre, Día de la Hispanidad, Día de la Raza y algunos epitomes más para conmemorar el aniversario nacido en 1492, hoy deseo invitarles a reflexionar sobre esta fecha, los muertos fueron demasiados, por eso presento algunos datos de la población indoamericana anterior a Colón y algunos que se ubican un poco más de los 100 años de la llegada de Cortes a las playas de Yucatán.

Desde hace varios años se ha hablado del genocidio cometido, los millares de muertes, no voy a tratar si este suceso puede ser clasificado como tal, pero si puedo decir que la sangre lavo el continente y que no hubo nación, reino o imperio europeo que no se hiciera rico con esa sangre, con el despojo y la humillación, con el dolor.

Más hay que ubicarse en el contexto de la época, Bizancio (Constantinopla) en 1453, quedando bajo el dominio Otomano  la ley del Islam, el baluarte del cristianismo que en sus últimos casi 500 años fue despojado por sus hermanos cristianos (el saqueo de Bizancio por los Venecianos al mando del Dux Dondolo es una referencia de la avaricia, del despojo y del desprecio), en la península Ibérica, ese año, pero en uno de enero Al-Andalus deja de existir, Granada ve por última vez a su Emir y queda en manos cristianas, la de sus majestades Isabel de Castilla y Fernando de Aragón y León, en ese mismo año sus majestades hacen del conocimiento el Edicto de Granada, con lo cual la nueva Diáspora inicia, los judíos son expulsados de Sefarad.

Quienes vienen a estas nuevas tierras son estos hombres que no terminan de salir de la edad media y de comenzar a vivir el Renacimiento, estos hombres ambiciosos, deseosos de fama y fortuna conseguida a través de las armas, cosa de harto honor, llenaron las naos todo tipo de personas, filibusteros, aventureros, reos, porquerizos, leguleyos, pero con algo en común, ambiciosos.

Con ellos vinieron también el idioma, que considero el máximo y mejor legado que nos fue dado, la palabra y la posibilidad de leerla, de escribirla, de hablarla.

Pero la palabra llego convertida en evangelio y los Dioses antiguos fueron derrotados, la guerra había llegado al alma de los vivos, de las mujeres, niños, la antigua religión fue enclaustrada, encadenada, experiencia conocida por los europeos, lo mismo habían hecho durante el medioevo, destruir la antigua palabra.

Hoy a 522 años de distancia pareciera que la única heredad que ha sido fija permanece y permea la vida y los corazones de cada persona que vive en esta, nuestra América.

Así, llegaron los europeos, pero hubo quienes marcaron e hicieron la diferencia, acaso por ser ellos y su circunstancia, acaso por convicción, lo importante es que esos pocos lograron modificar la visión y ya sea con su actuar o con sus escritos o las memorias que algún cronista recoge, dejaron una posibilidad y una esperanza abierta.

Cuenta Bernal Díaz del Castillo en su “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” que cuando en 1519 Hernán Cortés llegó a la isla de Cozumel, en la península de Yucatán, se enteró de que en aquellas tierras se encontraban varios náufragos españoles, miembros de expediciones anteriores, que habían sido tomados prisioneros por los mayas.

Dispuso entonces que los buscaran y que los rescataran para que se unieran a su expedición; fue así como uno de aquellos náufragos, Jerónimo de Aguilar, oriundo de Ecija, se enteró de la llegada de Cortés y fue a otro pueblo en busca de Gonzalo Guerrero, nacido en Palos, para llevarle la grata nueva. Menuda sorpresa debió de llevarse Aguilar, pues ante la noticia de que naves españolas los esperaban en Cozumel, Guerrero respondió con estas palabras, que han quedado grabadas en la historia y que llegan a nosotros gracias a Bernal Díaz del Castillo, quien las relata en su Historia verdadera de la conquista de Nueva España:
 
“Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras. Id vos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¿Qué dirán de mí cuando me vean esos españoles ir de esta manera? Y ya veis estos mis hijicos cuán bonicos son”.

La mujer de Gonzalo Guerrero no se quedó atrás e increpó así a Jerónimo:
“Mira con qué viene este esclavo a llamar a mi marido; íos vos y no curéis de más pláticas”. Aguilar tornó a hablar a Gonzalo, que mirase que era cristiano, que por una india no se perdiese el ánima, y si por mujer e hijos lo hacía, que los llevase consigo si no los quería dejar. Y por más que le dijo y amonestó, no quiso venir.

Al final, la historia se convierte en leyenda, hoy uno es un héroe para los mexicanos (chovinismo puro) y el otro un conquistador, pero ambos tuvieron la oportunidad de decidir y así lo hicieron.
  
A lo largo de poco más de un siglo, la brutalidad, la barbarie, la violencia han ido convirtiéndose en las formas de expresión, las Dictaduras, que prácticamente cubren un poco más de las dos terceras partes del siglo XX,

Se calcula que la población del flamante continente Americano cuando fue descubierto (sic) un 12 de octubre del año del señor de 1492 era de aproximadamente de 13.385.000 de almas (referencia en internet en: http://pueblosoriginarios.com/textos/rosenblat/1492.html)
 
Se considera que tan solo en lo que es el Valle del Anáhuac (Valle de México). Para 1595 la población indígena había disminuido de ente un 45 a un 70% De acuerdo a los datos del Padre De las Casas, extracta de su Destrucción el siguiente resumen de los indios muertos por los conquistadores:

ü  En Santo Domingo.
3 millones y más.
ü  En San Juan, Jamaica, Cuba, Lucayas y otras islas.
3 millones.
ü  En Nicaragua.
1 millón y más en sólo 14 años.
ü  En Méjico.
4 millones y más en sólo 12 años.
ü  En Honduras.
2 millones y más en menos de 20 años.
ü  En Guatemala.
5 millones y más.
ü  En Costa de Paria.
2 millones y más
ü  En el Perú.
4 millones y más
Total: 24 millones y más, sin contar los muchos millares exterminados en Quito, en el reino de Granada, en Popayán, Xalisco, costa de Santa Marta, etc. y los muertos después de esos 14 años en Nicaragua, de los 20 en Honduras y los 12 en Méjico.

Entre 1519 a 1535 murieron más de 20 millones de personas originarias de Mesoamérica y un siglo después solo sobrevivía el 3% del total de la población mesoamericana a la llegada de los europeos, estas muertes básicamente sucedieron por tres epidemias de viruela, enfermedad importada de Europa y contra la cual los pobladores originales no poseían elementos biológicos de defensa.

Enfermedad
Fechas
Porcentaje de mortandad
Gripe
1494-1514
20%
Viruela
1519-1528
35%
Sarampión
1531-1534
25%
Tifus
1545-1546
20%
Peste neumónica
1545-1546
15%
Sarampión
1557-1563
20%
Viruela
1576-1591
20%
Sarampión
1576-1591
12%
Tifus
1576-1591
15%
Sarampión
1595-1597
8%
Sarampión
1611-1614
8%
Tifus
1630-1633
10%

Georges Montandon, en la Enciclopedia Italiana, XII, 112-113 (s. v. cicli cultarali), dice que los sacrificios humanos costaban entre los aztecas de Méjico 100.000 vidas por año, de donde deduce que esta civilización estaba condenada y que su destrucción por la conquista española era inevitable. Sobre los cautivos de guerra y los sacrificios sangrientos, véase también Carlos Bosch García, La esclavitud prehispánica entre los aztecas, Méjico, 1944, págs. 91-105.

Hoy coloco esto, no en memoria, no como acto de redención o de venganza, sencillamente lo coloco aquí, porque después de 522 años, de 190,530 días, el dolor y el sufrimiento siguen en pie en esta América, al igual que en África y Asia.

Octubre 2014

“Devolver odio por odio multiplica el odio, añade una oscuridad más profunda a una noche ya desprovista de estrellas. La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad: sólo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar al odio: solo el amor puede hacer eso.

“Where Do We Go From Here?: Chaos or Community?” (1967)
Martin Luther King



 

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