“Desde
que vimos cosas tan admirables, no sabíamos qué decir, o si era verdad lo que
por delante parecía, que por una parte en tierra había grandes ciudades, y en
la laguna otras muchas... y por delante estaba la gran ciudad de México; y
nosotros aún no llegábamos a cuatrocientos soldados». «Solamente el rumor y
zumbido de las voces y palabras que allí había sonaba más que de una legua, y
entre nosotros hubo soldados que habían estado en muchas partes del mundo, y en
Constantinopla, y en toda Italia y Roma, y dijeron que plaza tan bien compasada
y con tanto concierto y tamaña y llena de tanta gente no la habían visto». «…veíamos
en aquella gran laguna tanta multitud de canoas, unas que venían con
bastimentos y otras que volvían con cargas y mercaderías;... y veíamos en
aquellas ciudades cúes y adoratorios a manera de torres y
fortalezas, y todas blanqueando, que era cosa de admiración, y las casas de
azoteas» (cp.88 - 92).
Bernal
Díaz del Castillo – Historia verdadera de la conquista de la Nueva España.
Hoy es 13 de marzo del 2015 matlactli omome
cuetzpalin, 12 lagartija, y hace 690 años, 281,250 días, casi 58 meses, según
cuentan, un día de del año solar Xihuitl, del año lunar ce Tecpatl, del dia Tonalpohualli: Tonalli, 13 de marzo Anno Domini de 1325, en un islote en medio de un lago
se funda la ciudad de Mexihco – Tenochtitlan (ambas sin tilde, la h suena como “j” aspirada,
esto es en nahua).
Aun
hoy, al caminar por las viejas y algunas arregladas y sofisticadas calles y otras
abandonadas y sucias, se pueden encontrar construcciones cubiertas con el
rojizo y poroso tezontle, algunas piedras provienen de la antigua ciudad
Mexica, aun hoy la ciudad de los Tenochcas vive.
Su
historia como la de los pueblos es única, mágica y donde existe un continuo
andar entre lo divino y lo humano, así nace la leyenda, el mito, la historia de
esta, la que fue años más adelante y por decreto de su Majestad el soberano
Español la “Muy noble y leal Ciudad de
Mejico”
César Macazaga hace cita de Alfonso Caso en su libro
"Nombres Geográficos de México" más o menos así: "Alfonso Caso estableció en algunas páginas
acerca de la fundación de Tenochtitlan que "Los aztecas arrivaron al lago
de la Luna, donde al centro del mismo (Anepantla) había una isla cuyo nombre
era México, de Metztli, luna; xictli, ombligo; y co lugar: El centro del lago de la Luna".
Gutierre Tibón hace referencia a un pasaje del ensayo de Alfonso
Caso "El águila y el nopal" :
"Tenochtitlan es la ciudad fundada en el centro de Metzilapan, que
recuerda a otro lago que circundaba a la isla de Aztlán (...) la isla llamada
México se encontraba alli (...) de Metztli (luna), xictli (ombligo, centro), y
co(lugar), dando en su composición "En el centro de la luna",
entonces "El centro del lago de la
luna" era el nombre del gran lago de México" ("Historia
del Nombre y de la Fundación de México" de Gutierre Tibón, editado por el
Fondo de Cultura Económica. César Macazga Ordoño: "Nombres Geográficos de
México" y "Diccionario de Geografía Náhuatl", ambos editados por
Editorial Innovación) (tomado de:
http://www.galeon.com/hechoenmexico/itl4.html)
Los mexicas no fueron el primer
grupo nahua que llegó a poblar la meseta central de México, muy por el
contrario, pues fueron los últimos. Cuando llegaron ya se encontraban asentados
otros grupos de habla náhuatl emparentados con ellos, lingüística y
étnicamente, desde muy antiguo. Nos referimos a los tepanecas, “los que se
encuentran sobre la piedra”, situados hacia el sureste del Valle de México; los
acolhuas, asentados al este del lago Texcoco; los chinanpanecas, “los que viven
en las chinampas”, sitos hacia el suroeste y los chalcas, “moradores de
chalco”, establecidos en el sureste de Valle. Además, se encontraban los grupos
de tlatepotzcas, “los que viven a espaldas de los montes”, habitantes de
Tlaxcala y Huexotzingo; y los tlahuicas, “gente de tierra”, que ocupaban los valles
sureños, justamente en las ciudades de Cuernavaca, Oaxtepec y Tepoztlán.
El Códice Boturini
cuenta la historia desde que los mexicas salieron de
Aztlán (Tierra de la blancura o Lugar de las garzas) hasta que llegaron al valle de
México, donde fundaron su ciudad capital Tenochtitlan. Según la leyenda, el dios principal de los mexicas, Huitzilopochtli (Colibrí Zurdo) les dijo que salieran de Aztlán en
busca de una señal prometida, la cual era un águila posada sobre un nopal
(La parte de la serpiente sería agregada después
por los españoles), y que en donde encontraran esa señal fundaran su ciudad. Al
salir de Aztlán, lo hicieron acompañados de ocho grupos más. Algún tiempo
después, los mexicas se separaron de estos pueblos, por órdenes de su dios,
quien les dijo que a partir de ese momento tendrían que buscar el sitio prometido
solos.
Todas estas tribus habían surgido
de la tierra y emergieron en Chicomoztoc o “lugar
de las siete cuevas”. Es de suponer que el número siete hace referencia a
las tribus que comprendía el grupo nahua contando, por supuesto, a los aztecas
o mexicas. Por otra parte, dicho número siempre tuvo un carácter sagrado para los
pueblos del altiplano mesoamericano, al igual que para los mayas, para quienes
el dios de la agricultura era el Dios-Siete ligado al fenómeno astronómico que
determina la estación de las lluvias.
Los Mexicas afirmaban que
provenían de una ciudad que denominaban Aztlán, “el país del color blanco”,
concebido como una isla en medio de un lago rodeado de carrizos y pleno de
chinampas –podemos notar fácilmente la similitud con la posterior
Tenochtitlan-, en una de cuyas orillas se levantaba el cerro de Colhuacan,
“lugar de los nietos-sobrinos”, provisto de las famosas siete cuevas. (De la
palabra aztlán, derivó el nombre de aztecas; es decir, “la gente de Aztlán”,
aun cuando ellos mismos se denominaban mexicas), El vocablo Mexica proveniente
del nombre de su héroe Mexitli, o Mecitli; aunque también usaban el término
tenochcas, en referencia a su caudillo Tenoch.
Los Mexicas salieron de Aztlán
posiblemente en el año de 1168, y llegaron por el norte al Valle de México,
para establecerse en la orilla occidental del lago de Texcoco. Otra versión nos
cuenta que arribaron, en el año 1256, a un bosque de ahuehuetes que tenía un
manantial que brotaba de una fuente. Este bosque se llamaba Chapultepec, o
“cerro del chapulín”. En este lugar se asentaron y tuvieron que soportar los
continuos ataques de que fueron víctimas por parte de los otros grupos nahuas
cercanos a ellos, hasta que éstos consiguieron arrojarlos del cerro. Entonces,
vencidos y apesadumbrados, debieron someterse al príncipe de Colhuacan, quien
ordenó asesinar a su caudillo. Sin embargo, aun débiles y pobres, los aztecas
lograron escapar a esta sumisión y se refugiaron en unas islas situadas en el occidente
del lago de Texcoco.
Después de una larga peregrinación de más de 200
años desde su lugar de origen, ubicado al norte de Mesoamérica, los mexicas
llegaron a esta región que estaba densamente ocupada por diversos grupos
humanos con desarrollos culturales complejos y florecientes. Esos grupos
aprovechaban la gran cantidad de recursos naturales a su alcance: animales y
plantas para la caza y recolección en bosques y lagos; piedras en las montañas
como basalto, tezontle y pedernal; obsidiana en los derrames volcánicos; madera
de los bosques, carrizos de los lagos y sal que obtenían en las costas. Hacia
el año 1325 de nuestra era, se establecieron en un islote ubicado en la parte
occidental del lago de Texcoco a cambio de pagar tributo a los tepanecas de
Azcapotzalco, quienes eran dueños de esa parte del lago. De acuerdo con su
historia, el lugar de la fundación les fue indicado mediante una señal por su
dios tribal, Huitzilopochtli, quien se comunicaba con ellos a través de su
sacerdote. El grupo errante estableció su ciudad en el lugar donde vieron dicha
señal, la cual consistía en un águila parada sobre un nopal, y la llamó
México-Tenochtitlan.
Durante los primeros tiempos de
la colonización de las islas, los Mexicas fueron comandados por el gran Tenoch,
a quien debió su nombre la ciudad, que viene a significar “el lugar de Tenoch”.
Sin embargo, la etimología de la palabra también se presta para que se la pueda
interpretar como “el lugar donde el nochtli (nopal), crece sobre la piedra (tetl).
El mito sobre la población de
Tenochtitlan nos refiere que durante el peregrinaje que tuvieron que padecer
los aztecas para asentarse definitivamente, dos de sus sacerdotes descubrieron
en una isla un manantial de aguas cristalinas, en una de cuyas rocas cercanas
se encontraba posada un águila devorando una serpiente, portento que según los
sacerdotes constituía una señal inequívoca de que ahí se debía construir un
templo a Huitzilopochtli, “Colibrí Zurdo”, y máxima deidad del panteón mexica.
Por cierto que, ya construido el gran teocalli, aprisionó entre sus muros al
mencionado manantial. Desde el punto de vista simbólico, el águila
representaba al sol y al cielo diurno; y la serpiente al cielo nocturno,
Huitzilopochtli sentenció que aquella tierra prometida sería
en donde se encontrara un águila encima de un nopal, devorando una serpiente.
De ahí que los Mexicas se dieron a la tarea de buscar esas
nuevas tierras de las que hablaba la leyenda. Tardaron alrededor de 300 años
para encontrar la señal que les había dicho su Dios. Fue así como fundaron la
famosa ciudad de Tenochtitlán (lugar de pencas de nopal) ahora conocida como la
Ciudad de México.
México Tenochtitlan (lugar de tunas sobre piedra/las tunas
son las frutas que da el nopal), se fundó en una pequeña isla en medio de un
lago donde en 1325 los antepasados de los aztecas vieron un águila sobre un
cactus, o nopal, escena que vemos representada en el escudo de la bandera
mexicana.
Finalmente los aztecas encontraron el sitio indicado en algún
lugar del lago de Texcoco y allí fundaron su ciudad. Tal isla se encontraba en donde hoy está el centro de
la ciudad. De acuerdo a la tradición calendárica y las crónicas, estos sucesos
ocurrieron el día 18 de julio de 1318, de acuerdo con los códices Cuahuitlán y
Vaticano, y en 1325 según códice de Mendoza. Más tarde los aztecas edificaron
en el lugar sus templos.
La tradición legendaria de los pueblos nahuas explica que
estos pueblos hicieron una peregrinación desde su lugar de origen, llamado
Aztlán hasta lo que más tarde sería Tenochtitlan, y que esta peregrinación de
los nahuas-aztecas duró 165 años, hasta encontrar el lugar deseado. Según a sus
leyendas su dios Huitzilopochtli ('colibrí izquierdo'), les había prometido que
encontrarían un lago con un islote, en el cual habría una roca y sobre la roca
un nopal y, sobre el nopal un águila con alas extendidas y reconociendo al sol.
Etimológicamente Tenochtitlan significa literalmente 'lugar de tunas sobre piedra', las tunas
son las frutas que da el nopal. Morfológicamente en náhuatl te-nōch-ti-tlān
deriva de las palabras te(tl) 'piedra', y nōch(tli) (tuna), que integradas a
-ti (estativo) y -tlān 'lugar (de), o donde abunda algo' se construye la
palabra 'tunal'. Según ilustra el Códice Borgia, la palabra 'piedra' en este
caso significa «corazón de la Tierra», ya que la forma con la que se representa
se asemeja un corazón humano doble. El nopal, de donde se derivan las tunas,
nace directamente de la diosa de la tierra. Esta representación le da el
significado divino a la piedra original.
El Estado mexica (en náhuatl: Ēxcān
Tlahtolōyān), llamado del común “Imperio azteca” (sic), fue la formación
política mexica derivada del proceso de expansión territorial del dominio
económico de la ciudad-estado México-Tenochtitlan,
que floreció en el siglo XIV en Mesoamérica. Fue encabezado por los mexicas
—también conocidos como aztecas—, un pueblo que, de acuerdo con algunos documentos
históricos como la Tira de la Peregrinación, era originario de un sitio mítico
conocido como Aztlán, al que se suele ubicar fuera de los confines de
Mesoamérica.
Una
dirección que deben visitar: http://www.mexicomaxico.org/introTenoch.htm
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