"El mejor camino para llegar al
odio del otro, al racismo, a la xenofobia, a la intolerancia, es empezar por el
autodesprecio. Uno empieza por odiar a su propio pueblo, luego empieza a odiar
a todos los demás."
Inkram
Antaki (Damasco, 1948 – Ciudad de México 2000)
Es
curioso, nuestra cultura esta formada por lo que nuestros abuelos árabes y judíos
nos legaron y que los españoles trajeron a esta, ciudad maravillosa de Tenochtitlán, la entonces muy noble y leal
Ciudad de México, sin embargo a pesar de ese pasado en común, el mundo del
Islam y el de los árabes nos son ajenos, son tan lejanos como un océano un
continente y un mar lo permiten.
Y
sin embargo, cada día mi boca dice algo que proviene del árabe, por ejemplo: Albaricoque,
alborozo, albricias, alcaide, alcalde, alcanfor, alcoba, alcohol, aldea,
alfil, álgebra, algodón, alhaja, baladí, barda, bodoque, café, cafre, cenefa,
chaleco, chivo, daga, diván, elixir, embarazar, gandul, guarismo, hasta, jaque,
kermese, lima, limón, mía, mono, nadir, noria, tabique, tarea, zabila, zafiro,
zarco, cientos, miles de
vocablos, cada uno de ellos es una historia de un pueblo y al decirlo yo en mi
diario hablar hago, sin saberlo esa historia mía.
No sé cuántas de estas palabras hayan nacido en Siria,
si lo hicieron hace miles de años los
fenicios las escribieron en sus tablillas o si llegaron a Al-Andalus y florecieron
en tierras Iberas, solo se que atravesaron el atlántico hace 523 años y aquí anidaron,
lugar nuevo y lejano, lugar para poder crecer a pesar de los amos y las
cadenas.
Siria, tierra vieja, llena de conocimiento, de
pasado, de recuerdos humanos, habitada por cananeos, fenicios, y arameos, reino de los generales de Alejandro,
Seleuco y Antigono, Damasco, ciudad de las noches innumerables cantadas por
Sherezada, ciudad de magia, encanto, de cultura, lugar de nacimiento y de vida,
Siria, poesía como la de Ibn al-Simma
llegado de Siria al al-Andalus en el siglo VIII
A veces me veo, por amor a mí mismo, en alta posición,
con mi cabeza, de cabellera abundante, peinada con trenzas;
la vida acomodada tiene malas artes;
es mejor para nosotros el agua y los pastos
Hoy
Siria, se llena de sangre, millones de vidas son fantasmas, ese lugar de magia,
de erudición, es hoy una boca del infierno, donde el diablo devora a sus
mujeres, hombres, niños, ancianos, destruye todo, un lugar donde la paz no
ilumina, donde el miedo y el hambre saben a polvo y sangre, hoy quiero pedir
por que en Siria haya PAZ, porque las escuelas se abran, porque los niños
corran y rían, por que las mesas y los estómagos estén completos, por la
libertad y la unidad, por la tolerancia, el respeto y la vida.
Porque
la luz y el viento suave vuelvan a entrar, por que el mor de los jóvenes llene
de esperanza y gozo la vida, por que los fusiles sean lápices, las bombas casas
y la crueldad un recuerdo de lo que no deberá de volver a pasar.
DESIERTO
Ali Ahmad Said
Esber - Adonis
DESIERTO,
I
Las ciudades se pudren, la tierra es una
locomotora polvorienta.
Sólo la poesía puede arriesgarse a contraer nupcias con semejante espacio.
Sólo la poesía puede arriesgarse a contraer nupcias con semejante espacio.
* * *
Ningún camino conduce a su casa: Estado de
sitio.
Las calles, cementerios.
Muy lejos, por encima del techo
de su casa,
una luna perpleja, colgada
de los hilos de polvo.
Las calles, cementerios.
Muy lejos, por encima del techo
de su casa,
una luna perpleja, colgada
de los hilos de polvo.
* * *
Dije: es el camino hacia mi casa.
No –dijo–, no pasarás. Y me apuntó
con su fusil.
Bueno –pensé–, en cada barrio tengo un amigo
y una casa.
No –dijo–, no pasarás. Y me apuntó
con su fusil.
Bueno –pensé–, en cada barrio tengo un amigo
y una casa.
* * *
Caminos de sangre,
sangre de la que hablaba un niño
susurrando al oído de sus compañeros:
Ya no hay en el cielo
más que algunos agujeros
que llaman estrellas.
sangre de la que hablaba un niño
susurrando al oído de sus compañeros:
Ya no hay en el cielo
más que algunos agujeros
que llaman estrellas.
* * *
(…)
* * *
Encontraron personas metidas en sacos:
una sin cabeza
otra sin manos ni lengua
la tercera estrangulada
Y las demás irreconocibles, anónimas.
– ¿Te has vuelto loco? Te ruego
que no escribas acerca de estas cosas.
una sin cabeza
otra sin manos ni lengua
la tercera estrangulada
Y las demás irreconocibles, anónimas.
– ¿Te has vuelto loco? Te ruego
que no escribas acerca de estas cosas.
* * *
Página de un libro
en la que se reflejan las bombas,
las profecías, los aforismos viejos.
Donde las hornacinas de las mezquitas
se contemplan como en un espejo.
Alfombra de rezos tejida con letras
que caen hilo a hilo
desde el telar de la memoria
sobre el rostro de la ciudad.
en la que se reflejan las bombas,
las profecías, los aforismos viejos.
Donde las hornacinas de las mezquitas
se contemplan como en un espejo.
Alfombra de rezos tejida con letras
que caen hilo a hilo
desde el telar de la memoria
sobre el rostro de la ciudad.
* * *
(…)
* * *
Del vino de dátiles
a la quietud de los desiertos, etcétera,
en una mañana que pasa vísceras de contrabando
y duerme sobre cadáveres rebeldes, etcétera,
por calles, camiones de soldados,
tropas, etcétera,
entre sombras, mujeres, hombres, etcétera,
en bombas cargadas con oraciones
de creyentes y ateos, etcétera,
en hierros que sudan hierro y se desangran en carne, etcétera,
desde campos nostáglicos de trigo,
hierba y labradores, etcétera,
ante murallas que cercan nuestros cuerpos
y nos anegan de tiniebla, etcétera,
por fábulas de muertos que hablan de la vida
y la llevan de la mano, etcétera,
en una palabra que es sacrificio,
víctima y victimario, etcétera,
entre sombras, sombras, sombras,
respiro, me palpo, me busco,
te busco, lo busco, busco a todos
y cuento mi muerte
entre mi rostro y esta palabra que sangra, etcétera.
a la quietud de los desiertos, etcétera,
en una mañana que pasa vísceras de contrabando
y duerme sobre cadáveres rebeldes, etcétera,
por calles, camiones de soldados,
tropas, etcétera,
entre sombras, mujeres, hombres, etcétera,
en bombas cargadas con oraciones
de creyentes y ateos, etcétera,
en hierros que sudan hierro y se desangran en carne, etcétera,
desde campos nostáglicos de trigo,
hierba y labradores, etcétera,
ante murallas que cercan nuestros cuerpos
y nos anegan de tiniebla, etcétera,
por fábulas de muertos que hablan de la vida
y la llevan de la mano, etcétera,
en una palabra que es sacrificio,
víctima y victimario, etcétera,
entre sombras, sombras, sombras,
respiro, me palpo, me busco,
te busco, lo busco, busco a todos
y cuento mi muerte
entre mi rostro y esta palabra que sangra, etcétera.
* * *
(…)
* * *
¿Cadáveres o escombros,
el rostro de Beirut?
¿Campanas
o gritos de socorro?
el rostro de Beirut?
¿Campanas
o gritos de socorro?
¿Eres tú, amigo mío?
Bienvenido.
¿Has estado de viaje?
¿Has vuelto de nuevo?
Han matado a un vecino nuestro.
Bienvenido.
¿Has estado de viaje?
¿Has vuelto de nuevo?
Han matado a un vecino nuestro.
Hoy apuestas fuerte
en el juego del chaquete:
el azar te acompaña.
en el juego del chaquete:
el azar te acompaña.
Tinieblas.
Las palabras tiran de las palabras.
Las palabras tiran de las palabras.
ooOOoo
INVIERNO
Muhammad Al Magut
Como lobos
en una estación seca
Germinamos
por todas partes
Amando la
lluvia,
Adorando
el otoño.
Un día
incluso pensamos en mandar
Una carta
de agradecimiento al cielo
Y en lugar
de un sello
Pegarle
Una hoja
de otoño.
Creíamos
que las montañas se desvanecerían,
Los mares
se desvanecerían,
Las
civilizaciones se desvanecerían
Pero
permanecería el amor.
De pronto
nos separamos:
A ella le
gustan los grandes sofás
Y a mí me
gustan los grandes barcos,
A ella le
gusta susurrar y suspirar en los cafés
Y a mí me
gusta saltar y gritar en las calles.
A pesar de
todo
Mis brazos
se abren al universo
Esperándola.
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