viernes, 22 de mayo de 2015

Baudelaire




Himno a la belleza

Charles Baudelaire


¿Vienes del hondo cielo o subes del abismo,
Belleza? Tu mirada infernal y divina,
Vierte confusamente beneficios y crimen,
Y se puede por eso comparársele al vino.

Contienes en tus ojos el ocaso y la aurora;
Esparces los perfumes tal tormentosa tarde;
Tus besos son un filtro y un ánfora es tu boca
Que al héroe acobarda y al niño hace valiente.

¿Sales de negra sima o bajas de los astros?
El Destino hechizado le sigue como un perro;
Vas sembrando al azar la dicha y los desastres
Y todo lo gobiernas y de nada respondes.

Caminas sobre muertos, Belleza, escarneciéndolos;
El Horror, de tus joyas, no es el menor encanto,
Y el Homicidio, entre tus más caros adornos,
Amorosamente baila en tu vientre orgulloso.

Hacia ti vuela, lumbre, deslumbrada la efímera,
Crepita, arde y dice: ¡Bendigamos la antorcha!
Jadeante enamorado al pie de su querida
Parece un moribundo que su tumba acaricia.

¡Del cielo o del infierno vengas, poco importa,
Belleza! ¡Monstruo enorme, ingenioso y espantoso!
¿Si tus ojos, sonrisa, y pie me abren la puerta
De un infinito que amo y nunca he conocido?

De Satán o de Dios, ¿qué importa? Ángel, Sirena,
¿Qué importa si tú tomas –ojos de terciopelo,
Ritmo, fulgor, perfume, ¡oh, mi única reina!-
Menos terrible el mundo, menos lento el minuto?

No hay comentarios:

Publicar un comentario