jueves, 9 de diciembre de 2010

El milagro - El Dolor - La esperanza



A mi madre, que un doce de diciembre de 1924 se le ocurrio nacer y gracias a Dios no se llama Guadalupe.

Este cuento lo escribí hace muchos años, cuando vivía en Santa Cruz de Juventino Rosas, ahí el 12 de diciembre se hace una gran fiesta popular, vienen campesinos de todas las comunidades, hay vendimia y en la iglesia se reza, los viejos con respeto, con solemnidad, con gran fe y fervor, en el atrio las bandas, trompetas y tambora, acaso una flauta, en el jardín central, hombres vestidos como mujeres, alegorías, senos y caderas inmensos, bailan, poco antes de las 12 de la noche, todo se va callando, el silencio cbre la noche y todos entran a la iglesia, ahí, de pronto, una luz ilumina el altar central donde se encuentra el icono de la virgen María de Guadalupe, es como si de pronto ella apareciera ante todos, se escucha la voz colectiva del asombro e inmediatamente los canto y los rezos, la misa ha iniciado, el milagro esta vivo.

Esa escena me impacto mucho y decidí escribir un cuento, solo que el texto original tiene cerca de 40 cuartillas, así que les dejo esta pequeña historia.
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El Dolor

“Dios te salve María, llena eres de gracia”, era como iniciaba la plegaria que tantas veces había escuchado, desde que los extranjeros llegaron la repetían una y otra vez y todos tenían que rezarla como si le rezaran a sus antiguos dioses.

“el Señor es contigo bendita eres entre todas la mujeres” Tantas veces lo había escuchado, pero él sabía muy bien que mientras la ciudad sufría hambre y destrucción, mientras la sangre encharcaba las calles, y todos le rezaban a los antiguos dioses, a aquellos que los llevaron desde tan lejos para construir la ciudad sobre un espejo, en el valle rodeados de bosques y montañas, mientras los dioses les habían dado el valor para unir a varias tribus, ahora que las mujeres eran usadas y que los extranjeros hacían lo que querían, era tan solo una mentira más, una mentira que no dejaba de asombrar como la decían, como si fuese una verdad.

“y bendito el fruto de tu vientre Jesús” Ellos dicen que hemos vuelto a nacer, ¿pero cómo podremos hacerlo? ¿si ellos han matado nuestro espíritu?, ¿si han marcado con hierros candentes nuestros cuerpos?, ¿si han encadenado nuestra alma y cuero, como podemos hacerlo?, antes escuchábamos las chirimías, los atabales y los caracoles, los guerreros danzaban y el copal ascendía suavemente llenando el aire del aroma de los dioses, de nuestro dioses, el Tlatoani presidia todo y nadie osaba mirarle el rostro, sentado sobre su magnifico equipal, ahora ya no hay baile, no hay canto, no hay flores.

“Santa María, madre de Dios ruega por nosotros los pecadores” La ciudad nueva, construida con los escombros de nuestra ciudad, sobre sus ruinas se va levantando rápidamente y ellos, los extranjeros son voraces, buscan el metal amarillo, el excremento de los dioses, con gran avidez y nos matan por el, pero ellos también se matan, se engañan, ese metal es más poderoso que su dios, por que por el pecan y por el viven y mueren.

“Ahora y en la hora de nuestra muerte” Nos negaron el Tlalocan y nos hacer saber inferiores, ya no somos señores en esta tierra, la tierra ahora tiene dueño, ya no somos nosotros, somos lo que ellos quieren que seamos, poco a coco dejaremos de ser para convertirnos en ellos, asi, poco a poco, mientras la ciudad nueva se lavanta nosotros nos volvemos fantasmas, sombras que se van desvaneciendo en el tiempo y en el olvido.

Amen

Por cierto, para quienes deseen conocer la fuente más antigua sobre el mito Guadalupano, lean el Nican Mopohua.

Algo que es importante resaltar es que la nacionalidad mexicana, solo existe en función de la Virgen de Guadalupe, sin ella no es posible concebir al menos los últimos doscientos años a la nación, el espíritu de México está atravesado de un extremo a otro por la idea de la Guadalupana, la madre (Tonatzín, Nanatzín), no es una cuestión de fe en términos de aceptación religiosa, sino en términos culturales, porque la gran piedra angular es la Virgen de Guadalupe, la cual es presente desde que Hidalgo la uso como estandarte hasta que Morelos la declara fiesta nacional en el documento fundacional de la jurisprudencia mexicana, “Los sentimientos de la nación”.

Por último, están los otros usos, la de esquilmar a los creyentes, que por cierto son siempre los pobres, acto que principalmente realizan los funcionarios eclesiásticos y los dignos caballeros que cristianamente usan y medra con la religiosidad y fe, pero hay otras y esas las imágenes son más que expresivas.

Alejandro / 2010

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