domingo, 1 de enero de 2012

Día 1 Annus Domine 2012



Me gusta Cavafis, porque es claro, describe el camino, yo creo que en la vida, al caminar vemos lugares, ríos, montañas, valles, desiertos, bosques, cruzamos por pueblos y ciudades, ahí en todos ellos conocemos gentes, personas que nos acompañan aunque sea un poco en nuestro andar, hoy quiero agradecer a aquellas personas, mis amigos, con los cuales compartí una parte de mi vida, de quienes aprendí y con quienes goce, hoy deseo compartir con cada uno de aquellos que me acompañaron y aunque varios han seguido u andar, al igual que yo, deseo que la vida de la oportunidad de saber que han caminado.

Dice una voz popular italiana “que todo lo que hay en el cielo, lo hay la uva, en la vid, en el vino, por eso el vino une al cielo con la tierra”, un brindis por que construyamos un futuro posible, un futuro humano, libre, en paz y con compasión, por eso brindo.

Esto lo he escrito, es un pequeño cuento, esperando que sea un vínculo, un breve momento para la memoria.

Con todo mi afecto, el de mis hijos, de mi nieta y de mi madre.

Alejandro.

ooOOoo



Algo sobre el incienso, algo sobre las velas.

Hola, que haces ahí, mientras estas te platico…

Cuentan que hace tiempo, mucho tiempo, en un lugar del cual nadie recuerda el nombre en las noches, en esas noches que el viento sopla suavemente, arrastrando polvo, sueños, deseos, voces de amados, sollozos de amantes, de alegrías y de tristezas, en esas noches en las cuales la luna no llenaba el cielo, iba poco a poco creciendo, solo se veía una mitad, la otra, como un rostro que se oculta apenas era visible, rodeada de un halo, de un velo que no dejaba ver claramente, pero que traslucía su imagen, aquella que nosotros deseábamos ver.

En esas noches cálidas, se prendían por la noche las velas, por que contaban lo más viejos que Dios una vez que paseaba por la tierra observo que los humanos no veían nada, que no ver dejaba de sentir, entonces llamo al primer hombre que vio y le dijo, ¿Cómo puedes camijar en la oscuridad? A lo cual este respondió, solo tocando, pero solo siento cosas, no se que son y a veces me golpeo o caigo, a veces solo me quedo sentado hasta dormir y así no importa, en otras ocasiones, cuando estoy con mi amada ella me busca, pero no logra encontrarme y yo desesperadamente le grito, pero solo sabemos que no nos encontramos, que nuestros cuerpos no se arropan uno con el otro, que no comparten el sueño.

Dios le dijo al hombre que por la mañana, muy temprano, apenas y si hubiese sol, fuera al enjambre que había cerca del árbol de roble y que les pidiera a las abejas que por favor le regalaran un poco de cera, que lo hiciera sin miedo, con humildad, también le dijo que buscara un trozo de tela, uno viejo, que fuera al lugar donde se encuentran las flores y las hierbas y a cada flor y cada hierba que por favor le obsequiara un poco de su esencia, de su aroma y que volviera a regresar al mismo sitio por la tarde, cuando todavía el sol camina y no se oculta.

El hombre hizo lo que Dios le pidió, sin embargo, al ir con las abejas les grito y estas se asustaron tanto que volaron y le siguieron para que se alejara de su hogar, al llegar con las hierbas y las flores descubrió, que cuando el sol está en el zenit, ellas se cubren, no desean ser molestadas, así que el hombre en ese primer di amo logro llegar con Dios, le dio vergüenza.

Al otro día, más temprano fue con las abejas y estas le dieron la cera, porque fue moderado, humilde, sin miedo, llego temprano con las flores y las hierbas y estas le dieron un poco de su esencia, le regalo cada una hoja o un pétalo, así el hombre se fue con dios.

El hombre llego con Dios y le dijo lo que le había pasado la primera vez, y que por vergüenza no había asistido ese día, Dios quedo callado, le tomo las manos y le pidió que cerrara los ojos, entonces el hombre vio a dos niños jugando, escucho cuando uno de ellos le decía a la otra, no te acerque a la orilla porque te puedes caer, ella no hizo caso, resbalo y cayó al agua, llorando salió y se fue enojada con el otro niño, en ese momento Dios le pregunto al hombre ¿Qué sentiste? Y él respondió que indignación con la niña, que estaba molesta con el niño, pero en realidad estaba enojada con ella misma, que también la niña no había confiado en e niño,

Dios le dijo, por eso ayer debiste haber venido.

Diks tomo la cera entre sus manos, el divino alfarero amaso y le dio forma, después una tira de la tela la coloco en medio de todo e hizo la primera vela, después con un poco de incienso que algún viejo árbol había dejado caer lo fundió y lo agrego los aromas de las flores y las hierbas, sujetándolo a una rama que estaba tirada, con lo cual le pidió al sol un poco de luz y encendió ambas y le enseño al hombre como hacer el fuego.

Por eso, cuentas quienes cuentan esta vieja historia que con cada vela que se enciende, se alumbra la vida, que se forman los amigos y se alegran los corazones de los amantes, que con cada vela que se enciende los Ángeles de Dios vienen a estar con nosotros para enseñarnos a sentir.

Por eso cuentan que el incienso llena de aroma el mundo, que forma figuras de humo, frágiles y efímeras, como a veces son los sueños y la vida, por eso el incienso siempre recuerda lo que fue y nos hace evocar, nos ayuda a entender que aunque algo sea efímero, al menos, en algún momento fue aromático, nube y solido, que aunque todo se vaya, siempre esta lo que fue.

Por eso no dejes que el tiempo siga, date la oportunidad de oler, de sentir, de ver, date la oportunidad de que la luz de la vela te guie y que sea tu corazón el que hable, eso es lo que cuentan los que cuentan…

Alejandro, Ciudad de México, 1 de enero, 2012

1 comentario:

  1. Felicitaciones por tu blog Alejandro, quería decirte que me gustó mucho tu cuento, ahora cuando encienda una vela o un incienso recordaré tu relato.

    Saludos

    ResponderEliminar