Las
emociones existen y son necesarias a la vida, sin ellas no podríamos amar,
enojarnos, tener miedo, Sin embargo, tenemos que entender que las emociones son
herramientas para construirnos, para conformar nuestra existencia, sin ellas la
vida seria fría, ausente de color y sonidos.
Las
emociones nos hacen responder ante las diversas situaciones que cotidianamente
atravesamos, la respuesta dada, depende e como hayamos aprendido a vivir con
ellas.
Mi
hijo, cuando era un niño pequeño y algo importante había de ocurrir, como su
cumpleaños o las vacaciones no podía dormir de la “emoción”, cuando un niño
pequeño siente algo, lo expresa, no conoce ni sabe utilizar las reglas morales
y sociales para articular sus emociones a situaciones cotidianas, esa es la
experiencia que vamos adquiriendo conforme vamos creciendo y experimentando el
vivir.
Hace
poco tembló en la Ciudad de México, para quienes vivimos el sismo de 1985 y
conocimos la destrucción conocemos el miedo, sin embargo, a pesar de que lo
sentimos y lo expresamos, a pesar de que no lo logramos controlar, se dice que
debemos superar el miedo.
A
decir verdad, yo no creo eso de superar el miedo, el miedo existe porque es
básico para la supervivencia humana, el miedo sirve para ser prudentes, para
evitar que nos hagamos daño
El
miedo ha sido muy útil para la humanidad. Le permitió imaginar sus dioses, realizar
innumerables avances, para Thomas Hobbes, el miedo es inherente a la naturaleza
humana, pero al mismo tiempo es un fenómeno social: nace del contacto con los
demás y por lo tanto es un miedo cercano, tangible y florece en medio de unas
relaciones de igualdad:
El
miedo del que habla Hobbes, es el que suscita en cada individuo la existencia
de los otros con los cuales se relaciona y convive; miedo secular, mundano, que
adquiere su sentido en el aquí y el ahora; miedo propio de la naturaleza humana
y de su condición, que le teme a sus semejantes porque sabe que no son
diferentes a él y por lo tanto persiguen cosas similares; miedo que nace de la
convivencia porque el hombre no es un ser solitario y está obligado a vivir en
contrapunto con los deseos y las pasiones de los otros y por tanto en
permanente discordia con ellos.
Este
miedo singular, definible y oponible a otros, es un miedo también razonable y
del cual Hobbes señala desde un comienzo sus utilidades:
El
miedo Hobbesiano es un miedo que razona; que piensa, que calcula, que induce a
sopesar posibilidades o riesgos; que diseña futuros posibles y deseables; en
fin, es miedo razonable, que se fundamenta en hechos y que busca soluciones
adecuadas en un horizonte de posibilidades reales; es un miedo con objeto
definido –los otros hombres– y que permite saber qué hacer en determinados
momentos y circunstancias; es un miedo que se puede instrumentar para producir
terror y hacer desistir al enemigo de sus propósitos, para obligarlo a ceder y
a rendirse o para mantener en vilo su poder, recordándole a cada momento que
las situaciones son reversibles y que puede perder su dominio incluso a manos
de sus enemigos más débiles y pequeños.
Entonces,
el miedo es por definición una emoción humana, es parte de nuestra condición, sin
embargo, he escuchado infinidad de veces decir “la gente se deja dominar por
sus emociones”, “que el mal genio les ha jugado una mala pasada”, “que el miedo
es más fuerte que ellos mismos·, etc.
Sin
embargo, me viene a la mente la batalla de”Los cuernos de Hattin” el 4 de julio
del año 1187 en Palestina, al Oeste del mar de Galilea, en el desfiladero
conocido como Cuernos de Hattin (Qurun-hattun), es el
sitio donde se atribuye que Jesús predicó el célebre Sermón de la Montaña y
exhortó a los discípulos a difundir el mensaje de la buena nueva del reino de
Dios.
El
ejército cruzado, formado principalmente por contingentes Templarios y Hospitalarios
a las órdenes de Guido de Lusignan, rey de Jerusalén, y Reinaldo de Châtillon,
contra las tropas del sultán de Egipto, Al-Nāsir Salāh ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb. Saladino
entre los cristianos, si desean conocer más sobre esto, hay un texto
maravilloso “Las Cruzadas vistas por los árabes”, en francés en el original “Les
croisades vues par les Arabes”, es el título de una obra del escritor libanés Amin
Maalouf publicada en 1983 y que en español lo hace Alianza Editorial aunque al
parecer en México, como de costumbre, no se ha repuesto la edición, también vale
la pena ver; “Kingdom of Heaven (El reino de los cielos en España y Cruzada en
Hispanoamérica)”.
Bien,
en esa batalla cambio la historia, los cruzados atacaron hasta el último
hombre, los musulmanes no, sencillamente aguardaron, se retiraron y volvieron
al ataque hasta derrotar y destruir al ejercito cruzado, los árabes no creen
que el valor sea combatir sin sentido, se repliegan y contraatacan, el sentido
occidental no permite esto, a los que retroceden para volver a reagruparse les
llama cobardes, a los que tienen miedo, les dice traidores, así el mundo árabe se
unió gracias a la negligencia y torcido sentido del valor y del honor. El
resultado del enfrentamiento en los Cuernos de Hattin fue la eliminación de las
órdenes guerreras en tierra santa y el inicio de la expulsión de los europeos
para la unificación del Dar el Harb, el mundo islámico conocido, y esto ocurrió
el 4 de Julio de 1187.
Menciono
esto, porque el miedo es una emoción que nos permite sobrevivir, nos da la
oportunidad de volver a hacer las cosa, la cobardía es la falta de ética, de
moral, el no ser consecuente con los principios de cada uno, los cobardes son
timoratos, reptan, pusilánimes, ambiciosos, traidores.
Pero
aquellos que tienen miedo, que huyen, siempre tienen la opción de resarcirse,
de recapitular, de aprender.
Esa
manera que tenemos de decirle a los niños, no tengas miedo, a los adultos tu
miedo es irracional, a los jóvenes, enfrenta y vence y supera tus miedos, es
ver el miedo como el enemigo. Así el miedo no debe, según creo yo, mirársele como
a un enemigo, sino como parte de nuestro ser, de la condición humana, no se trata,
entonces de vencerlo, sino de conocerlo, de aprender a sentirlo, de hacerlo
útil.
Aprender
a aceptar el miedo nos permite comprender y luchar contra aquello que lo
ocasiona, así, de la estúpida lucha contra el narcotráfico, México tiene más de
60 mil muertos, miles más de victimas por secuestro y robo, miles más de
padres, madres, hermanos, hermanos, tíos, tías, abuelas, abuelos, amigos,
amigas, compañeros que alguien cercano ha sido víctima de la violencia, pero el
pueblo de México ha decidido aceptar el miedo y no vivir huyendo, sino volver a
hacer de sus calles, sus valles, sus montañas y desiertos, una posibilidad de
vida, no mirando el miedo como un enemigo, sino como lo que es, una causa de un
gobierno que no busca ni pretende la seguridad de sus ciudadanos, de unos
asesinos que valoran la vida humana por su capacidad de comercializarla, así
que esta guerra ahora es contra aquellos que la provocan y que no estamos
dispuestos a ser esclavos ni siervos.
En
el budismo e miedo no es un pecado ni una deshonra, es solo una emoción que al
igual que las otras emociones, ira, tristeza, dolor, alegría, amor están para
crear al ser humano, para darnos la oportunidad de vivir con libertad,
seguridad, tranquilidad, sin miedo al futuro, a los otros, sino con esperanza y
respeto.
Alejandro.
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