domingo, 22 de abril de 2012

El espíritu del miedo.




Las emociones existen y son necesarias a la vida, sin ellas no podríamos amar, enojarnos, tener miedo, Sin embargo, tenemos que entender que las emociones son herramientas para construirnos, para conformar nuestra existencia, sin ellas la vida seria fría, ausente de color y sonidos.

Las emociones nos hacen responder ante las diversas situaciones que cotidianamente atravesamos, la respuesta dada, depende e como hayamos aprendido a vivir con ellas.

Mi hijo, cuando era un niño pequeño y algo importante había de ocurrir, como su cumpleaños o las vacaciones no podía dormir de la “emoción”, cuando un niño pequeño siente algo, lo expresa, no conoce ni sabe utilizar las reglas morales y sociales para articular sus emociones a situaciones cotidianas, esa es la experiencia que vamos adquiriendo conforme vamos creciendo y experimentando el vivir.

Hace poco tembló en la Ciudad de México, para quienes vivimos el sismo de 1985 y conocimos la destrucción conocemos el miedo, sin embargo, a pesar de que lo sentimos y lo expresamos, a pesar de que no lo logramos controlar, se dice que debemos superar el miedo.

A decir verdad, yo no creo eso de superar el miedo, el miedo existe porque es básico para la supervivencia humana, el miedo sirve para ser prudentes, para evitar que nos hagamos daño

El miedo ha sido muy útil para la humanidad. Le permitió imaginar sus dioses, realizar innumerables avances, para Thomas Hobbes, el miedo es inherente a la naturaleza humana, pero al mismo tiempo es un fenómeno social: nace del contacto con los demás y por lo tanto es un miedo cercano, tangible y florece en medio de unas relaciones de igualdad:

El miedo del que habla Hobbes, es el que suscita en cada individuo la existencia de los otros con los cuales se relaciona y convive; miedo secular, mundano, que adquiere su sentido en el aquí y el ahora; miedo propio de la naturaleza humana y de su condición, que le teme a sus semejantes porque sabe que no son diferentes a él y por lo tanto persiguen cosas similares; miedo que nace de la convivencia porque el hombre no es un ser solitario y está obligado a vivir en contrapunto con los deseos y las pasiones de los otros y por tanto en permanente discordia con ellos.

Este miedo singular, definible y oponible a otros, es un miedo también razonable y del cual Hobbes señala desde un comienzo sus utilidades:

El miedo Hobbesiano es un miedo que razona; que piensa, que calcula, que induce a sopesar posibilidades o riesgos; que diseña futuros posibles y deseables; en fin, es miedo razonable, que se fundamenta en hechos y que busca soluciones adecuadas en un horizonte de posibilidades reales; es un miedo con objeto definido –los otros hombres– y que permite saber qué hacer en determinados momentos y circunstancias; es un miedo que se puede instrumentar para producir terror y hacer desistir al enemigo de sus propósitos, para obligarlo a ceder y a rendirse o para mantener en vilo su poder, recordándole a cada momento que las situaciones son reversibles y que puede perder su dominio incluso a manos de sus enemigos más débiles y pequeños.

Entonces, el miedo es por definición una emoción humana, es parte de nuestra condición, sin embargo, he escuchado infinidad de veces decir “la gente se deja dominar por sus emociones”, “que el mal genio les ha jugado una mala pasada”, “que el miedo es más fuerte que ellos mismos·, etc.


Sin embargo, me viene a la mente la batalla de”Los cuernos de Hattin” el 4 de julio del año 1187 en Palestina, al Oeste del mar de Galilea, en el desfiladero conocido como Cuernos de Hattin (Qurun-hattun), es el sitio donde se atribuye que Jesús predicó el célebre Sermón de la Montaña y exhortó a los discípulos a difundir el mensaje de la buena nueva del reino de Dios.

El ejército cruzado, formado principalmente por contingentes Templarios y Hospitalarios a las órdenes de Guido de Lusignan, rey de Jerusalén, y Reinaldo de Châtillon, contra las tropas del sultán de Egipto, Al-Nāsir Salāh ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb. Saladino entre los cristianos, si desean conocer más sobre esto, hay un texto maravilloso “Las Cruzadas vistas por los árabes”, en francés en el original “Les croisades vues par les Arabes”, es el título de una obra del escritor libanés Amin Maalouf publicada en 1983 y que en español lo hace Alianza Editorial aunque al parecer en México, como de costumbre, no se ha repuesto la edición, también vale la pena ver; “Kingdom of Heaven (El reino de los cielos en España y Cruzada en Hispanoamérica)”.

Bien, en esa batalla cambio la historia, los cruzados atacaron hasta el último hombre, los musulmanes no, sencillamente aguardaron, se retiraron y volvieron al ataque hasta derrotar y destruir al ejercito cruzado, los árabes no creen que el valor sea combatir sin sentido, se repliegan y contraatacan, el sentido occidental no permite esto, a los que retroceden para volver a reagruparse les llama cobardes, a los que tienen miedo, les dice traidores, así el mundo árabe se unió gracias a la negligencia y torcido sentido del valor y del honor. El resultado del enfrentamiento en los Cuernos de Hattin fue la eliminación de las órdenes guerreras en tierra santa y el inicio de la expulsión de los europeos para la unificación del Dar el Harb, el mundo islámico conocido, y esto ocurrió el 4 de Julio de 1187.

Menciono esto, porque el miedo es una emoción que nos permite sobrevivir, nos da la oportunidad de volver a hacer las cosa, la cobardía es la falta de ética, de moral, el no ser consecuente con los principios de cada uno, los cobardes son timoratos, reptan, pusilánimes, ambiciosos, traidores.

Pero aquellos que tienen miedo, que huyen, siempre tienen la opción de resarcirse, de recapitular, de aprender.

Esa manera que tenemos de decirle a los niños, no tengas miedo, a los adultos tu miedo es irracional, a los jóvenes, enfrenta y vence y supera tus miedos, es ver el miedo como el enemigo. Así el miedo no debe, según creo yo, mirársele como a un enemigo, sino como parte de nuestro ser, de la condición humana, no se trata, entonces de vencerlo, sino de conocerlo, de aprender a sentirlo, de hacerlo útil.

Aprender a aceptar el miedo nos permite comprender y luchar contra aquello que lo ocasiona, así, de la estúpida lucha contra el narcotráfico, México tiene más de 60 mil muertos, miles más de victimas por secuestro y robo, miles más de padres, madres, hermanos, hermanos, tíos, tías, abuelas, abuelos, amigos, amigas, compañeros que alguien cercano ha sido víctima de la violencia, pero el pueblo de México ha decidido aceptar el miedo y no vivir huyendo, sino volver a hacer de sus calles, sus valles, sus montañas y desiertos, una posibilidad de vida, no mirando el miedo como un enemigo, sino como lo que es, una causa de un gobierno que no busca ni pretende la seguridad de sus ciudadanos, de unos asesinos que valoran la vida humana por su capacidad de comercializarla, así que esta guerra ahora es contra aquellos que la provocan y que no estamos dispuestos a ser esclavos ni siervos.

En el budismo e miedo no es un pecado ni una deshonra, es solo una emoción que al igual que las otras emociones, ira, tristeza, dolor, alegría, amor están para crear al ser humano, para darnos la oportunidad de vivir con libertad, seguridad, tranquilidad, sin miedo al futuro, a los otros, sino con esperanza y respeto.

Alejandro.

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