sábado, 21 de septiembre de 2013

Testamento




Vulnerant omnes, última necat,
“Todas hieren, la última mata”,
Se refiere a las horas.

El testamento es quizá el último acto que hacemos, no por que necesariamente se haga al filo de la muerte, sino por que asumimos nuestra mortalidad como lo que es, un hecho consumado.

Hoy he decidido hacer público mi testamento, acto que se supone se debe realizar posterior a mi muerte, por tanto y para tal fin, me declaro completamente muerto, Acta est fabula “Se acabó el espectáculo” dicen que fue lo último que dijo Octavio Cesar Augusto.

César Vallejo decía "Yo nací un día que Dios estuvo enfermo", ahora que hago mi testamento, estoy convencido que muchos hemos nacido en días similares, en días en los cuales Dios no cuida su creación, así que nacemos así, sin más gracia.

Sin embargo, a cambio de lo que no me fue dado en todos estos años, lo que he caminado creo que lo supera en mucho, un buen día decidí que tomar mis cosas y echar a andar, así aprendí a tejer, a caminar, a navegar y hasta a volar, tejí mi vida con hilos propios y ajenos, de aquellos que de alguna forma me fueron heredados, hilos de varios colores y tamaños, los otros en ocasiones me fueron generosamente dados, los demás, sencillamente los tome y los hice míos. Así con esos hilos empecé a tejer, hoy he enseñado a algunos, compartido los hilos y los nudos, las oraciones y plegarias cuando anudas los hilos para seguir tejiendo y no se rompa, para que el hilo sea resistente, con el color y grueso preciso, no uso materiales sintéticos, esos dan un mal tono y textura, se desgarran y duelen demasiado por que no fueron verdaderos.
 
Así que decidí usar materiales naturales, amor, ternura, enojo, ira, perdón, alegría, dolor y le doy colores de nubes, de peces. De cielos y mares, de montañas y valles, los ato con ilusiones, esperanzas, sueños, deseos, ya no uso tampoco agujas hechas de falacias y traición, ni de miedos y malos sueños, así mi tejido me permite dar forma y color, aunque a veces quisiera que el color fuese aquel que surgió en el primer instante, ese que lleno la nada de luz y se hizo acompañar de mil formas y sonidos, la música de las esferas.

A todos les dejo el mar, lugar de vida y muerte, de origen y destino, agua que esculpe continentes, tormentas y huracanes.

Les dejo también el cielo, casa de las nubes y las aves, camino del sol y la luna.

Les dejo la tierra, solida, fuerte, hogar de simiente y frutos, de arenas y desiertos.

A los pobres les dejo el hambre, la injusticia y el olvido.

A los ricos les dejo el poder, la violencia, el miedo, la cobardía.

A los políticos  les dejo la avaricia, la traición y la mediocridad.

A los ejercitos les dejo la compasión, el perdón y la desnudez.

A los sabios les dejo los libros, las ideas, la soledad y el egoismo.

A los mediocres les dejo la televisión y Hollywood.

A ti, mi deseo, mi fantasía, mi amor y mi corazón.

A los amantes les dejo la noche y la luna, las palabras secretas murmuradas suavemente al oido, los cuerpos sudorosos y tremulos, el gozo, el placer, les dejo el viento.

A los gobiernos les dejo el que busquen la felicidad y el bienestar de sus pueblos.

A los pueblos la fuerza, la prudencia, el valor, la voluntad, la justicia y si no pueden les dejo el gobierno que se merecen.

A los asesinos, los traficantes de personas, los violadores, los ladrones, les dejo la soedad, el olvido, el dolor y la justicia.

A los olvidados les dejo la memoria, el recuerdo, la presencia.


A los muertos les dejo el catafalco, la tierra, el sudario y sus recuerdos.

A los viejos sus recuerdos, sus actos fallidos, sus soledades y agonías.

A los niños la alegría, la sonrisa, el correr y el jugar, los sueños, las esperanzas y el amor y respeto.

A todos los demás, hombres y mujeres les dejo un pequeño, insignificante planeta, el único que tenemos, les dejo la búsqueda de la paz y de la razón, los sueños extraviados y las palabras de amor olvidadas, les dejo a los niños y a los viejos para que los amen y les dejo un fusil para que recuerden que la guerra, la violencia rompe la vida, hace fantasmas y pesadillas y por último, les dejo la voz, el canto y la palabra, las flores, los árboles, la vida, la vida…!

Mis sueños, mis esperanzas, las dejo huérfanas por si alguien quiere ser generoso y darles un corazón para que habiten en él.

Mientras viví aprendí que la vida no está hecha, que se construye día a día, que su arquitectura es única y lo gloriosa, solemne o fatuo es nuestro producto, que cada acto implica una responsabilidad y aunque yo no la acepte ella está ahí siempre conmigo.

Aprendí que si no eres capaz de dar entonces tu vida es oscura, si no eres capaz de compartir tu corazón es duro y duele demasiado.

Aprendí que del amor puedo decir muy poco, tuve la posibilidad de amar y ser amado, pero fue hace ya tanto tiempo que apenas y si lo recuerdo y que estoy seco y sólo.

Aprendí que la alegría hace ligero el andar.

Aprendí que el perdón y la tolerancia son duros, que existen límites, pero también que es posible ser tolerante y perdonar, no olvidar, solo perdonar.

Aprendí que los amigos, los buenos, siempre están, que sin ellos estas invalido y vacío.

Aprendí que hay que detener el andar de vez en vez y buscar un árbol cerca de un arroyo, descalzar los pies, desnudar todo y mojarse en el agua fría para sentir el viento suave en la piel, aprendí que recostado bajo el árbol puedo mirar lo andado y saber que he vivido y así ya descansado, volver a echar a andar con la esperanza bajo el brazo, el sextante y el astrolabio en el morral y la canción en el corazón.

Este es mi testamento, esto es lo que dejo y si por alguna casualidad alguna vez nos encontramos, no se sorprendan, realmente no soy yo, por que con este sencillo acto, me redimo e invento, así que sigo aquí esperando mientras continuo caminando.
  
AS TIME GOES BY
Es aún la misma vieja historia,
Una lucha por el amor y la gloria,
Un caso de hacer o morir.
El mundo siempre dará la
Bienvenida a los amantes
A medida que pasa el tiempo.
La interpreta
La interpreta Dooley Wilson en Casablanca mientras toca el piano para Ilsa Lund (Ingrid Bergman)



Hashkava

¿Dónde se encuentra la sabiduría y dónde está la morada del entendimiento? Feliz el hombre que halló la sabiduría, que obtuvo entendimiento. Cuán grande es Tu bien, que has reservado para los que Te reverencian; que has vertido en los que esperan de Ti ante los ojos de los hombres. ¡Cuán preciosa es Tu merced, oh Dios! Tú cubres con tu protección a los hijos del hombre; Tú los sacias de lo mejor de Tu casa, y los abrevas en el río de Tus delicias. Para un hombre común: Bienaventurado el hombre temeroso del Eterno, que ama mucho sus preceptos. Preferible es un buen nombre a los ungüentos perfumados, y el día de su muerte a su nacimiento En la habitación del reposo verdadero y supremo, bajo la protección de la Divina Presencia, en las alturas santas y puras en que resplandece como el firmamento luminoso; donde los pecados son ignorados y el mal desconocido, donde las almas gozan de las piedades y gracia del Eterno morador de las alturas y de una beatitud perfecta y eterna; que éste sea el destino reservado al buen nombre del alma del finado (nombre del fallecido) hijo de (nombre su madre). Que el eterno le dé descanso en la bienaventuranza del más allá y que sea incluido en la misericordia y perdón divinos. Así sea la voluntad de Dios, y digamos Amén

Oración hebrea para los muertos


 

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