sábado, 24 de abril de 2010

10 de mayo en la plaza




"La plaza es el lugar donde se produce el verdadero y único milagro de la resurrección (...) los primeros pasos tienen mucha profundidad y cuando me pongo el pañuelo en la casa de las madres, antes de salir para la plaza, y me lo aprieto fuerte en la barbilla, es un abrazo, el abrazo de los treinta mil. La plaza es la lucha, la esperanza, los sueños, las ilusiones y la sangre de los tantos. (Hebe de Bonafini, Presidenta de las Madres de Plaza de Mayo en Diario Página 12, 26 de junio de 1996)"

"Éramos catorce madres. Volvimos a la semana siguiente. Volvíamos cada semana por novedades a reclamar. Hasta que un día la policía nos dijo que no podíamos estar reunidas, porque había estado de sitio, y que debíamos caminar. Ellos nos impulsaron a caminar. -Caminen de a dos... circulen...- nos gritaban los policías. Nos tomábamos del brazo y empezábamos a caminar. Llegábamos a la plaza y nos poníamos en marcha para que la policía no nos corriera. (Revista Paz y Justicia. Enero 1983)"

Yo no sé por qué festejar a las madres, porque solo un día, por que festejar y no compartí, esa es mi pregunta, mi madre tiene 85 años, es una mujer vieja y yo sigo aquí, con mis hijos, sin embargo, hay muchas mujeres, muchas madres que han visto a sus hijos salir al trabajo o a la escuela, a jugar o a disfrutar de su juventud, los han visto marcharse y no los han vuelto a ver, se fueron, se esfumaron, hombres y mujeres jóvenes, llenos de sueños con alas, de canciones en la voz, jóvenes que tuvieron el error de ser jóvenes, todos ellos hijos, muchas hijas partieron con sus hijos en brazos, hijas ellas que también salieron como aquellas que llevaron su hijo en el vientre y tampoco regresaron.

No festejaron a sus madres, ellas no gozaron de su compañía, de sus tristezas y alegrías, no hubo recitales ni bailes, ni cantos ni palabras hermosas, solo soledad, angustia, desesperanza, hoy las lagrimas ya no brotan, los ojos se han secado, ya no hay risas, ni cantos, ni bailes, hoy solo queda la soledad y la injusticia.

Hoy en mi país al igual que en todo el mundo hay muchas mujeres que ya no tienen a sus hijos, algunos desparecieron, otros fueron torturados y asesinados, por eso deseo invitarles a que hoy compartamos aunque sea un momento con esas madres y esos hijos y que no permitamos que esto continúe en ningún lugar, en ningún tiempo.

Por las valerosas madres de la Plaza de Mayo y todas y cada una de las miles de madres que en cualquier lugar del mundo buscan la verdad y tratan de entender ¿Por qué?, ¿Por qué?...
Para todas ellas mi mano, mi ánimo y mi solidaridad.
Alejandro.
Mario Benedetti - Homenaje a las Madres de la Plaza de Mayo

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