martes, 2 de noviembre de 2010

Ofrenda en memoria de los ancestros


¿De dónde venimos?, ¿hacia donde vamos?, ¿que venimos a hacer?, esas son las grandes preguntas y para todas y cada una de ellas existen varias respuestas, de todas ellas podemos armar una imagen que sería inmensa, ya que estas si bien tienen elementos comunes a cada uno de nosotros sin embargo ninguna logra satisfacer plenamente el dese de saber.

Lo que es cierto es esa necesidad de mirar hacia atra, de reconocerse en el pasado, de saber que existimos, esa necesidad de agradecer a nuestros ancestros, aquellos que vivieron para que nosotros estemos aquí, ese linaje que conforma las casas, no por sangre, sino por afecto, no por genética, sino por amor.

Mis antepasados se pierden como los de muchos en el tiempo, estoy cierto que hubo indios del color de la tierra, negros del color de la noche sin luna ni estrellas, que las esconde y las cuida, blancos y amarillos, soy como un arcoíris, también los hubo cristianos, judíos y musulmanes, adoradores de los viejos dioses nahuas y de los dioses de los leones y los rinocerontes, de los Yoruba y de los Zulú, y también quien no reyo en nada más que en lo humano, esos son mis ancestros, mi linaje, mi casa.

Ha habido cuatro familiares que han fallecido durante mis 54 años de vida, mi abuelo José quien murió antes de que yo cumpliera un año, mi abuela, Concha, ella me cuido en mis primeros 5 años, ella no era mi abuela por sangre, lo era por amor, mi hermana, que nació dos años antes que yo y que murió al resbalársele a un médico, de ella no puedo decir mucho, pero creo que en cierto sentido yo he vivido por ambos; en mi vida sin embargo, ha habido otros muertos, compañeros, camaradas que fueron masacrados, ultrajados por los esbirros del poder, hombres y mujeres, la mayoría jóvenes que murieron libres, aunque sus cuerpos fueron alimento de perros, fueron arrojados a los basureros, amigos y hermanos, camaradas, esos son mis muertos.

La última de mis familiares fue mi sobrina, ella siempre corria a buscarme cuando me veía, me sentaba y se sentaba y acurrucaba en mis piernas y me pedia que le contara una historia, al final ella se fue cuando tenia casi 8 años, tres año en el hospital, tres años que cuando me veis me pedia que le contara una historia, pero cada vez era más difícil para mi niña hablar, así que un dia quedo en silencio, como esperando que le siga contando historias, auque a veces las lagrimas no me permiten hablay de seguir narrándole…

Entre los antiguos mexicanos y después los criollos y mestizos siguieron caminando con sus muertos, con flores de zempaxuchitl, veladoras y lámparas de aceite, preparándoles comida, aquella que más les agradaba, aquella que también daba gozo al espíritu, esperan y así el 1 de noviembre son los niños y el 2 los grandes, vienen los espíritus de los santos difuntos a compartir, a charlar, a comer, a sentir a su descendencia.

Hoy este volver a los ancestros sigue vivo, no importa cuán perverso lo hayan corrompido para vender ni cuanto hayan deseado hacer esa búsqueda de monstros que surgen en el Halloween gringo, el espíritu está vivo, la necesidad de compartir de agradecer de saber que ellos están con nosotros es importante, por que ellos nos han de recibir y guiar.

Se les prepara una ofrenda, flores, calaveras de azúcar, dulces como camote, calabaza en tacha, mole, cerveza, mezcal, cigarros y se colocan retratos de ellos o alguna de sus pertenencias, se hace una ofrenda a los ancestros, a aquellos que vivieron para que nosotros estemos aquí, así se comparte, así se agradece.

También se hace poesía, en papeles sencillos se escriben breves poemas a los vivos, poemas de burla, de ironía, de denuncia, en ella se juzga a los vivos, en ellos se expresa el pueblo.

Algunos ejemplo de las calaveritas de principios del siglo XX

Es una verdad sincera
lo que nos dice esta frase:
que sólo el ser que no nace
no puede ser calavera.
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Es calavera el inglés,
calavera, sí señor,
calavera fue el francés
y Fauré y Sadi Carnot.
El chino, el americano,
el papa y los cardenales,
reyes, duques, concejales
y el jefe de la nación
en la tumba son iguales:
calaveras del montón
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Los ricos por su elegancia,
los rotitos con redrojos,
los pobres por su miseria,
los tontos por su ignorancia,
los jóvenes por su infancia,
los hombres de edad madura,
todos en la sepultura,
con las viejas, ¡qué ficción!,
serán, como dice el cura:
calaveras del montón.
___________

La muerte es democrática,
ya que a fin de cuentas,
güera, morena, rica o pobre,
toda la gente acaba siendo calavera
José Guadalupe Posadas


Por fin la calaca llego
En el metro se trepo y parada en el metrobus viajo,
Vino desde abajo pa´ pasear
Y el gobierno la puso a trabajar
Para esto le organizo
El incendio de la guardaría ABC
Y a más de 33 mil muertos le entrego.

Ella está muy enojada
Por qué el gobierno le gano
Ya que a todos los mexicanos este se echo

Vuela vuela palomita
Vete a decir
Que el país solo en calacas quedo
Que la muerte está enojada y hasta el narco se llevó.
Alejandro.

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