Estaba
recientemente volviendo a leer sobre la Independencia de España, de cuando
Napoleón Bonaparte invade, Carlos IV cede el trono a su hijo, Fernando VII, sin
embargo, ambos mediocres no lograron contener al emperador francés y este
nombra a su hermano “Pepe Botella”, José Bonaprte como Rey de España.
Así
creyó el francés que solucionaba el problema suscitado por el alzamiento de
Aranjuez, el 2 de mayo de 1808 Madrid se alza en armas y busca la independencia
del dominio Francés.
En
ese levantamiento popular un joven se destaco, no solo por su capacidad
militar, sino por su integridad, Francisco Javier Mina, oriundo de Navarra.
Esta
batalla fue vivida también por Francisco de Goya y Lucientes, un pintor que había
sido del Rey, ahora esta guerra lo transforma, rompe con el compromiso real y
se asume como portavoz de la vida, pinta el dolor y la barbarie, no con
patriotismo, sino para reflejar que la crueldad se da en cualquiera de las
partes combatientes, resaltando con estas pinturas y litografías la condición
humana, dejando siempre una pregunta que se hace grito y estremece la
conciencia de quienes hemos visto esa obra de sus últimos años ¡¡¡¿Por qué?!!
Mina
es un revolucionario, un convencido pleno de la libertad, así como hombre justo
así el 15 de abril de 1817 desembarca en Soto la Marina, en Tamaulipas para
unirse a los revolucionarios mexicanos y construir la independencia de esta
tierra de la madre patria, no solo de México, sino de toda la América Española.
Así
el lanza una Proclama al desembarcar en el Nuevo Santander. Soto la Marina, 25
de abril de 1817.
"(...) Mexicanos: permitidme
participar de vuestras gloriosas tareas, aceptad los servicios que os ofrezco
en favor de vuestra sublime empresa y contadme entre vuestros compatriotas.
¡Ojalá acierte yo a merecer este título, haciendo que vuestra libertad se enseñoree
o sacrificándole mi propia existencia! Entonces, en recompensa, decid a
vuestros hijos: "Esta tierra fue dos veces inundada en sangre por
españoles serviles, vasallos abyectos de un rey; pero hubo también españoles
liberales y patriotas que sacrificaron su reposo y su vida por nuestro
bien."
Mina
lucha al lado de Pedro Moreno, como hermanos no de armas, sino de convicciones,
de principios. Moreno es muerto en octubre de 1817 y poco tiempo después Mina
es hecho prisionero, fusilado y decapitado en Penjamo en noviembre de ese año.
Así,
la independencia de España y de México se unen, a pesar de los 300 años de
explotación y miseria, la búsqueda de la libertad, de la dignidad, de lo que
hoy son los derechos humanos de cualquier generación son los vasos comunicantes
que enlazan a Mina, Moreno y Goya, un solo camino, un solo sueño, el derecho a
vivir.
Para
todos aquellos que no construyen la libertad con violencia, con rencor,
prejuicio, discriminación, para los que creen que la libertad es un compromiso
y un acto de vida como lo es la democracia.
Alejandro
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