sábado, 12 de mayo de 2012

Nos quedaremos solos y será ya de noche... Cortázar



Allá por 1976 leí por vez primera a Cortázar, de hecho fueron tres textos, uno tras otro: “Historias de cronopios y de famas”, “La vuelta al día en ochenta mundos”, Territorios” y claro, “Rayuela” todos magníficos, aunque el último es sencillamente una verdadera obra de arte, es como los número de Fibonacci o la composición áurea.

El 9 de mayo de 2010 decidí escribir alguna de las partes que más me gustan de “Rayuela”, por que estando embarazada la Bruja, mirando su vientre crecido, mientras lo frota, le dice suavemente a su bebe, a Rocamadour:


“Bebé Rocamadour, bebé, mon bebé. Rocamadour :

Rocamadour, ya sé que es como un espejo. Estás durmiendo o mirándote los pies. Yo aquí sostengo un espejo y creo que sos vos. Pero no lo creo, te escribo porque no sabes leer. Si supieras no te escribiría o te escribiría cosas importantes. Alguna vez tendré que escribirte que te portes bien o que te abrigues. Parece increíble que alguna vez, Rocamadour. Ahora solamente te escribo en el espejo, de vez en cuando tengo que secarme el dedo porque se moja de lágrimas. ¿Por qué, Rocamadour ? No estoy triste, tu mamá es una pavota, se me fue al fuego el borsch que había hecho para Horacio; vos sabés quién es Horacio, Rocamadour, el señor que el domingo te llevó el conejito de terciopelo y que se aburría mucho porque vos y yo nos estábamos diciendo tantas cosas y él quería volver a París; entonces te pusiste a llorar y él te mostró como el conejito movía las orejas; en ese momento estaba hermoso, quiero decir Horacio, algún día comprenderás, Rocamadour”.

Y así sigue, es una delicia todo el texto, aparte de que puede iniciar su lectura en la primera o en la última hoja, es como esos poemas escritos en dos columnas que al final, como el destino llegan a un solo punto, pero es posible recorrerlo en su lectura por tres caminos diferentes, eso es la composición aurea, son los números de la naturaleza.

En estos días he descubierto una Java de que es un estilo musical que fue popular en Francia en la primera mitad y a mediados del siglo XX, este guijarro humilde como diría el buen León Felipe ante su viejo y roto violín, que sirve para construir cualquier sueño, que da forma, que es sólido, así esta canción donde la letra es de Cortázar (que por cierto nació en Bélgica, como una buena amiga que cocina como lo hacen las manos prodigiosas”, la música de Edgardo Cantón y con la voz de Juan Cedrón.

En esta canción "juega" a ser una java "la java de aquel que se va" pero que "la canta el que se queda", así que espero la disfruten, que lean Rayuela, que cocinen algo sabroso, que lo compartan con su soledad o con alguien cercano a su corazón y beban un poco de Chiantti mientras charlan suavemente sobre lo que sea, esa tarea se las dejo.

Con todo mi afecto.


Java

Nos quedaremos solos y será ya de noche.
Nos quedaremos solos mi almohada y mi silencio
y estará la ventana mirando inútilmente
los barcos y los puentes que enhebran sus agujas.

Yo diré: Ya es muy tarde.
No me contestarán
Ni mis guantes ni el peine,
Solamente tu olor, tu perfume olvidado
Como una carta puesta boca abajo en la mesa.

C'est la java
D'celui qui s'en va
C'est sa java
C'est ma triste java.

Morderé una manzana fumaré un cigarrillo
viendo bajar los cuernos de la noche medusa
su vasto caracol forrado en terciopelo.
donde duermen tus senos quemados por la luna

Y diré: Ya es de noche
y estaremos de acuerdo, oh muebles oh ceniza
con el organillero que remonta en la esquina
sus títeres de luna para los niños pobres

C'est la java
D'celui qui s'en va
C'est sa java
C'est ma triste java

Es justo, corazón, la canta el que se queda,
la canta el que se queda para cuidar la casa.

larai lara larai lara...




El coro en francés dice más o menos esto:
"Esta es la java
de aquel que se va
Esta es su java
Es mi triste java "


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