martes, 1 de mayo de 2012

1 de mayo, 126 años y ...?




Cuando Karina y Federico estaban pequeños, ya sea en la escuela, con sus amigos o alguien les preguntaban cómo y dónde se conocieron sus papas, ellos respondían que fue durante una huelga, estoy seguro que eso lo entendieron conforme fueron creciendo, sin embargo es real, Violeta y yo nos conocimos cuando ambos estábamos en huelga, la primera huelga bancaria en el país y de la cual solo quienes en ella estuvimos la recordamos, ahí termine de definirme como trabajador, descubrí que el trabajo es solidaridad, compromiso, pero sobre todo el saber a que clase social pertenezco, también aprendí la importancia del respeto a mi trabajo y al trabajo ajeno, la capacidad de construir vidas y futuros.

Hasta entonces había trabajado como asalariado (yo no soy empleado de nadie), había escrito, investigado, leído sobre el concepto del trabajo, había aprendido la importancia y valor del trabajo físico, del placer de sembrar y cosechar, pero con la huelga aprendí que soy ante todo un trabajador, soy parte del pueblo, del pueblo de esta mi nación y un trabajador como todos los trabajadores del mundo.

Es por eso que desde esta mi experiencia puedo hablar, es por eso que cuestiono a los que se ocultan tras el sindicalismo y son lebreles de presa, también a quienes deroguen las naciones sin importarles el bienestar del pueblo, eso me da el derecho y la calidad moral para hablar.

El trabajo es algo que escasea en tanto derecho y manera de acceder a los niveles de bienestar, así, el trabajo que implica por un lado la relación entre el ser humano y su entorno para crear satisfactores y por el otro como la actividad básica que ha transformado al ser humano y al homo sociabilitis, se trabaja para vivir no se vive para trabajar.

Hoy cada día el trabajo baja su valor, eso que los economistas de Yale o Harvard o Oxford y de tantos lugares y universidades han convertido en la mercancía más barata y fácil de sustituir, “Siempre hay alguien que haga lo mismo que tu por un salario menor”, “Si quieres conservar el empleo debes (aquí favor de anotar lo que ustedes quieran, el catalogo es bastante amplio) o mejor vete” y así sucesivamente, cada día es más difícil acceder a empleos dignos y bien remunerados, en el campo o en las costas, el trabajo vale todavía menos y las gigantescas empresas se encargan de mejorar la producción y de abatir los costos, bajos sueldos y despidos masivos (bueno, esta característica es esencial en este entorno de jaurías que devoran el alma humana).

Cada día basta abrir la prensa, en Grecia, España, EUA, México y cualquier nación desarrollada o emergente aumentan su índice de desempleo, esos números que son rostros, muchos de los cuales son las únicas fuentes de ingreso para sus familias, más rostros.

Claro, es necesario resarcir los procesos económicos, productivos, fiscales y financieros, pero los Estados modernos no lo hacen, no pueden hacerlo, así que la población busca opciones de empleo, de trabajo, algo paralelo, subterráneo, underground, trabajo no regulado, al margen del derecho, trabajo que permite que organizaciones perversas (también lo son las capitalistas o si no, pregunten de Enrom o de Bophal en la India donde la Unión Carbide tenía una planta que estallo y aparte de las víctimas de la explosión, los daños ambientales son irreversibles y existen aquellos que fueron contaminados y siguieron viviendo para saber cómo sus vidas se destruían) narcotraficantes, tratantes de personas, tratantes de armamento, etc.

Así, por un lado el trabajo es un bien escaso y cada vez más despreciado, pero existe el otro lado de la moneda, el de las personas, aquellas que son ”empleados” y que dentro de la escala de la explotación no son obreros, campesinos o albañiles, están un peldaño más arriba y también están las organizaciones de los trabajadores, unas que realmente defienden sus derechos y jamás, jamás permite que ninguno de sus integrantes dañe los intereses del pueblo, porque son interés de clase y las otras, las pusilánimes, las que corrompen a sus integrantes, las que se vendieron a los interese ajenos y distantes a los del pueblo y a los de su clase.


Concluyo con una nota aparecida en El Universal de México el día de hoy:
“México fue uno de los pocos países donde aumentó la desigualdad del ingreso entre 2002 y 2011 y aunque se registró cierta baja en el desempleo, los nuevos puestos creados son poco estables y de bajos salarios. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) expuso en el Informe sobre el trabajo en el mundo 2012, que el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad del ingreso, muestra que en más de la mitad de las economías avanzadas y en tres cuartas partes de los países en desarrollo la desigualdad del ingreso ha bajado”. - Ixel Yutzil González

Hoy más que un día de asueto, es un día no para descansar, sino para construir.

Alejandro.





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