jueves, 1 de abril de 2010

El proceso de Jesus


Durante casi veinte siglos, y hasta la celebración del Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica divulgó la idea de que el pueblo judío era el pueblo deicida, responsable del arresto, juicio, condena y ejecución de Jesús de Nazareth. Una lectura superficial de los Evangelios favorecería este punto de vista. Pero la exégesis bíblica y un examen crítico y científico de las Sagradas Escrituras demuestran exactamente lo contrario: no sólo los judíos no pueden ser responsables -cada uno de ellos- del proceso a Jesús, sino que tampoco puede afirmarse que las autoridades judías de la época tuvieran nada que ver con la muerte del de Nazareth.

Es claro, en sus argumentos y en sus conclusiones: en el proceso que va de la composición de Marcos a la de Juan la culpa de la murte de Jesús va pasando de los romanos a los judíos, acorde todo ello con el acercamento del cristianismo a Roma y su alejamiento dle judaísmo. Un proceso comenzado por PAblo, y contunuado bastante más allá por San Juan.

El libro de Paul Winter, que tuvo una marcada influencia en las decisiones del Concilio Vaticano II, pretende demostrar esta teoría que llega a tiempo para la reconciliación de los pueblos.
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Les dejo con un articulo de Eduardo Díaz Reyna Universidad de San Carlos de Guatemala.

Los cuatro evangelistas Juan, Mateo, Lucas y Marcos anotan en sus respectivas narraciones que hubo cuatro interrogatorios, los que se sucedieron uno tras otro después de la captura de Jesús por la guardia romana en el huerto de Getsemaní; por supuesto que ninguna de las cuatro interpelaciones se ajustó al debido proceso.

Anás, Caifás el sumo sacerdote, el gran Sanedrín de Jerusalén y finalmente Poncio Pilato, gobernador romano, fueron quienes procedieron a interpelar a Jesús y hacerle algunas preguntas puntuales, tales como las que sí hizo Pilato.

Las horas o el tiempo que duraron estos interrogatorios no se conocen exactamente, pero sí se puede afirmar, según los evangelistas, que la presencia de Jesús ante el Sanedrín y Poncio Pilato, y por supuesto ante Anás y Caifás, transcurrieron del jueves por la noche al viernes por la mañana.

El otro aspecto a considerar por muchos especialistas es si el proceso en realidad fue legal o estuvo afectado por acciones no ajustadas a la ley. Si se consultan textos no evangélicos las dudas persisten y por eso es mejor atenerse a lo que los cuatro evangelistas nos han narrado pues ellos, aunque no trasladan en detalle lo sucedido, sí fueron testigos presenciales de los acontecimientos del ya lejano día de la crucifixión.

Tal y como nos lo relatan los evangelistas, especialmente Juan, el primer interrogatorio lo hace Anás, suegro de Caifás, Presidente del Sanedrín (Sanedrín es el nombre de la alta corte de los judíos). Entonces, según el apóstol Juan "Anás lo mandó atado a Caifás, sumo sacerdote"; luego es interrogado por el Sanedrín y finalmente Pilato emite la sentencia y se lava las manos.

Es importante señalar en la fase del interrogatorio de Anás que es el único que parece preocuparse de los discípulos de Jesús, ya que seguramente temía que éstos pudieran provocar una revuelta popular. No fue así.

En el correr del tiempo mucho se ha escrito sobre el proceso de Jesús y no hay acuerdo unánime entre escritores e historiadores sobre los pasos y el orden de aquel juicio, a lo que colaboran las diferencias de los relatos evangélicos.

Tres notables autores que cita Francisco de Mier en su obra "Sobre la Pasión de Cristo" relatan a su entender cómo se dio este proceso. Por considerarlo de interés trasladamos al lector lo que, en su momento, interpretaron Reinaldo Fabris, Pierre Benoît y Paul Winter.

El modelo de Reinaldo Fabris nos dice:

1) Jesús, ya arrestado, es llevado, en primer término, ante Anás, donde sufre un primer interrogatorio, aunque no oficial. Esto sucedía hacia medianoche, como se deduce de Juan.

2) Luego hay una reunión ante Caifás, el sumo sacerdote, rodeado de los otros sumos sacerdotes, ancianos y escribas; lo testifica Mateo. Aquí ya hay un verdadero interrogatorio por parte de los miembros del tribunal, que termina con una primera sesión de escarnio, como testimonian Marcos y Mateo.

3) De madrugada, se reúne la sesión oficial del Sanedrín (sumos sacerdotes, ancianos y escribas), hay una condena de Jesús y lo trasladan a Pilato.

4) Interrogatorio ante Pilato, con un intermedio entre Herodes, y continuación del interrogatorio con resultado de condena a cruz.

Pierre Benoît, otro estudioso, apunta:

«Veamos, en definitiva, mi reconstrucción de los acontecimientos de la noche: Jesús, arrestado en Getsemaní, es conducido a casa de Anás. Allí pasa la noche porque se aguarda a que el alba permita la sesión del Sanedrín. Durante esta vigilia, Anás y con él algunos jefes del Templo interrogan a Jesús sobre su doctrina y sus discípulos; este interrogatorio no es oficial, pero la autoridad de Anás da peso a estas pesquisas privadas. Jesús, con gran dignidad, se niega a contestar diciendo: Yo he hablado siempre abiertamente, ¿por qué me preguntas ahora? He dicho ante todo el mundo lo que pienso. Uno de los guardias le da entonces una bofetada, lo que desencadena una rechifla general. Al mismo tiempo, en el patio, Pedro se debate contra los que le asedian a preguntas [...] Se puede admitir que el interrogatorio de Anás hubiese sido en una habitación y que no durara mucho tiempo. En cuanto el Sumo Sacerdote se persuade de que Jesús no quiere contestar, lo hace bajar al patio. Allí es donde Jesús pudo mirar a Pedro después de sus negaciones, y donde habría que aguardar la mañana. Al alba es llevado a casa de Caifás, es decir, ante el Sanedrín, donde se celebró un interrogatorio en regla».

Paul Winter, otro experto del proceso, propone estos cuatro pasos del juicio ante el Sanedrín:
1) Jesús conducido a la residencia del sumo sacerdote (Mc 14,53a; Lc 22,54).

2) Jesús escarnecido y azotado (Mc 14,65; Lc 22,63-65);
3) Pedro niega al Maestro (Mc 14,66-72);
4) El Sanedrín se reúne (Mc 15,1a; Lc 22,66ª)».
Para el judío Paul Winter se puede precisar históricamente un poco más, solo un poco, el desarrollo de aquel proceso que abocó en la condena y ejecución de Jesús:

«Puede afirmarse con seguridad que Jesús fue detenido por personal romano (Jn 18,12), por motivos políticos (Mc 14,48), y conducido luego ante un funcionario administrativo del lugar (Mc 14,53a; Lc 22,54; Jn 18,13a) en la misma noche. A la mañana siguiente, tras breve deliberación con las autoridades judías (Mc 15,1a), fue entregado de nuevo a los romanos para que le juzgasen (Mc 15,1b; Lc 23,1; Jn 18,28a). El gobernador le condenó a morir en cruz (Tácito; Mc 15,15b.26), ejecutándose la sentencia según el procedimiento penal romano (Mc 15,15b.24a.27). Resulta bastante razonable la conclusión de que Jesús fue interrogado la noche de su prendimiento (durante el envío de un funcionario judío y la deliberación matutina en la sala del Consejo), por un miembro del cortejo del sumo sacerdote, que también interrogó a algunos testigos y redactó un acta de acusación que los magistrados judíos aprobaron a la mañana siguiente (Josefo; Mc 15,1a; Lc 22,66). Tras haber sido condenado por Pilatos, el reo fue escarnecido por los soldados del pelotón de ejecución (Mc 15,16-20)».

De todas maneras sea cual sea la interpretación que cada quien haga del interrogatorio de Jesús, lo cierto es que la inocencia de Jesús es clara y que la crucifixión se consumó.
Bibliografía:
- Benoît, P., Pasión y resurrección del Señor (Fax, Madrid 1971)
- Fabris, R., Jesús de Nazaret (Sígueme, Salamanca 1986)
- Winter, P., El proceso a Jesús (Munchnik Eds., Barcelona 1983)

1 comentario:

  1. El querer a toda costa exonerar a los judíos de su responsabilidad en la condena y muerte de Jesús de Nazaret el Hijo de Dios, lleva a muchos a tratar de tergiversar lo que está registrado por los que fueron testigos de primera mano de aquellos hechos necesarios para la Salvación de los hijos de Dios.

    Se quiere ignorar el registro bíblico del Nuevo Testamento en Juan 11:45-53 en donde se nos dice entre otras cosas que: " Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales.
    Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.
    Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;
    ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.
    Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;
    y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.
    Así que, desde aquel día acordaron matarle."

    También el articulista pasa por alto que en aquella noche decisiva, no solo fueron soldados romanos los que apresaron a Jesús, también había alguaciles de los principales sacerdotes. Hubo un verdadero complot para asesinarle porque era un personaje incómodo para los dirigentes judíos y para las autoridades romanas quienes buscaban, estos últimos, mantener la paz en Jerusalén y Judea a toda costa.

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